Ante el subcomandante Marcos denuncian desalojos y embargos de sus tierras
Acusan a alcalde de Durango de usar a indígenas como "esclavos del voto"
Tepehuanos deben enfrentar jueces venales, policías antimotines y políticos mentirosos
Ampliar la imagen Jóvenes punketos también respondieron a la convocatoria del delegado Zero para expresar su problemática en Santa María del Ocotal, en El Mezquital, Durango Foto: Víctor Camacho
Vicente Guerrero, Dgo. 6 de noviembre. "Aquí hemos soportado desalojos y embargos por parte de empresarios, autoridades, jueces y seguridad pública. Han venido a quitarnos lo que es de la comunidad, y nos impiden el paso a nuestras tierras, el único patrimonio que tenemos y nos pertenecen legalmente desde hace 43 años. Nos las quieren arrebatar por razones desconocidas. Padecemos invasiones, conflictos agrarios, oscuridad", manifiesta en la casa del asediado patio maderero de esta comunidad tepehuana su representante, Carmelo Reyes, para recibir al subcomandante Marcos.
"Estamos en pie de lucha por la unidad social indígena en defensa de nuestro territorio. A pesar de tener terrenos, debemos irnos a trabajar a otros estados", prosigue don Carmelo. Lo rodean decenas de hombres y mujeres de la comunidad, en un cuarto desnudo y con los vidrios rotos (más tarde sabremos que saqueado por la policía), que fue la casa del "patio maderero" que el gobierno les quiso arrebatar a principios de este año.
Pues en esta tierra de tepehuanos vinieron a exhibir su calidad los políticos electos del PRD y el PT. Con amigos como el presidente municipal Bernardo Nevares Guzmán, del sol azteca, y el diputado petista Pepe Posada, para qué quieren enemigos los indígenas. El segundo incluso participó en los ataques de policías y empresarios contra la comunidad.
"Hay mucha corrupción en Vicente Guerrero", añade una mujer. "Los ricos se hace pasar por ejidatarios, con prestanombres. Vienen con apoyo del gobierno a comprar terrenos. Hay mucha injusticia. El alcalde tiene secuestradas las arcas. Usó a los indígenas como esclavos del voto."
A orillas de la carretera Durango-Zacatecas, este ex aserradero fue clausurado y saqueado por las autoridades y las policías municipales de Súchil, Nombre de Dios y Vicente Guerrero al servicio de empresarios que ambicionan las tierras tepehuanas. Ocho veces atacaron a los indígenas; la última, el pasado 14 de febrero, fueron repelidos por los comuneros luego de un choque "de un día y una noche", donde mujeres y hombres se opusieron al despojo, del cual, insisten una y otra vez, desconocen los motivos. Desde entonces "dejaron de molestarnos", cuenta una indígena más tarde. No obstante, les quitaron su maquinaria, y ya dos predios al otro lado de la carretera fueron enajenados por las empresas Lala y Cervecería Cuauhtémoc, que hoy poseen allí sendas bodegas, en tierras que no les pertenecen.
Para los tepehuanos, el gobierno lo encarnan jueces venales, policías antimotines y políticos que en campaña "hasta nos saludan de mano" y ya en el cargo se les echan encima, sean el alcalde perredista-petista, sea el gobernador e inversionista Ismael Hernández Deras, de extracción priísta. Y sus socios, los inversionistas privados.
En el patio maderero viven sólo algunas familias de la comunidad Santa María Ocotán y Xoconostle, compuesta por unos 19 mil tepehuanos. "La mayoría viven en la sierra", expresa otro hombre mayor, quien se pregunta: "¿Por qué a las comunidades indígenas se les suprime y cataloga como seres inferiores?"
Juan Chávez, a nombre del Congreso Nacional Indígena, llama a los comuneros "a organizarnos para recuperar nuestros territorios, y que nos sirvan para garantizar la vida en mejores condiciones". El representante purépecha critica a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indios, que no sólo no ha defendido a los pueblos sino que se sumó a la política de saqueos y crímenes contra ellos". A la situación de olvido, Chávez agregó "el robo de lo que pertenece a los pueblos" y explicó: "Estamos en la otra campaña por un nuevo programa nacional de lucha en el que estemos todos, y no quedemos otra vez olvidados".
El subcomandante Marcos cierra el acto confirmando a los tepehuanos que en México, "si hay una ley que te protege, el rico hace otra contra esa ley", y les describe las condiciones generales de los pueblos indígenas en el país, no muy distintas a las de este poblado. Insiste en que es posible el cambio pacífico, y cita los casos de Bolivia y Ecuador, donde la resistencia indígena ha transformado esos países.
La víspera, la otra campaña sostuvo un concurrido encuentro en la ciudad de Durango con adherentes, en la sede del Consejo Coordinador Obrero Popular (Cocopo) en la colonia San Luis, donde esta organización ocupó hace una década 400 viviendas para familias de escasos recursos. Participaron en la sesión la Organización Democrática Campesina, Alianza Social, Jóvenes de Hoy, Unión Punk Inconforme (UPI), Patriotas Mexicanos, el Movimiento de Activistas Sociales (MAS), así como estudiantes de la Universidad Juárez y el Tecnológico de Durango, entre otros.
En la tierra de Francisco Villa se subrayaron la contradicciones entre los movimientos populares por abajo y la hegemonía de una sociedad que fue descrita como "muy conservadora", en "una tierra políticamente desolada, en la que el PRI está a la derecha del PAN, y el pueblo está agraviado y abandonado".