El ex presidente de Guatemala espera evitar la extradición
Alfonso Portillo asegura que es víctima de "manoseos políticos"
Protegido por una suspensión en vía de amparo que impide provisionalmente su extradición a Guatemala, a pesar de que el canciller mexicano Luis Ernesto Derbez concedió la semana pasada su envío a ese país, el ex presidente guatemalteco Alfonso Portillo sostiene: "soy inocente, por eso hice uso del recurso de amparo; no busco impunidad, quiero que prevalezca la ley, que se diga si yo tengo o no razón, y lógicamente acataré lo que digan las autoridades judiciales mexicanas".
Entrevistado en las instalaciones del Palacio de Justicia Federal de San Lázaro, adonde acudió al juzgado quinto de distrito, Portillo asegura que no es prófugo de la justicia. "La prensa de Guatemala se ha encargado de decir que yo huí; todo mi caso ha estado manoseado políticamente en mi país, pero todo eso me tiene sin cuidado."
El ex mandatario, acusado de malversación de fondos por un monto cercano a 16 millones de dólares, equivalentes a cerca de 900 millones de quetzales, agrega que no abandonará territorio mexicano, porque aquí "hay una prevalencia del estado de derecho, cosa que no pudo suceder en mi país".
De trato sencillo y vestido con ropa casual, Portillo djo a La Jornada que desde hace dos años ha luchado contra todo un "aparato de Estado" en su país, pero "estoy confiado en las autoridades mexicanas; pienso quedarme en México, hacer mi vida aquí con la familia, y creo en que se aplicará la ley de una manera objetiva e imparcial".
Sus abogados defensores, encabezados por el penalista Marcos Castillejos, confían en que la próxima semana el Poder Judicial de la Federación otorgará una suspensión definitiva al ex presidente, lo que alargaría al menos seis meses el procedimiento de extradición.
¿Qué mensaje envía a quienes lo señalan como prófugo de la justicia y delincuente? se le preguntó.
Siempre se usan esos términos. Cuando yo me vine de Guatemala, lo hice por el peligro de un arraigo. La prensa de mi país se ha encargado de decir que yo huí. Ahora que quebró un banco en Guatemala, que fue todo un escándalo, los medios dijeron que éstos (los delincuentes) se fueron, y no huyeron, sino que abandonaron el país; todo mi caso ha estado manoseado políticamente en Guatemala, pero todo eso me tiene sin cuidado, lo importante es que estoy tranquilo, sometido a los tribunales mexicanos y esperando el veredicto final.
La semana pasada, el gobierno mexicano autorizó la extradición del ex presidente de Guatemala con el propósito de que enfrente acusaciones en su país por la supuesta malversación de fondos durante su administración.
La decisión fue aplaudida de inmediato por el gobierno guatemalteco, cuyo presidente, Oscar Berger, pidió directamente a Vicente Fox que interviniera para lograr la extradición de Portillo.
Cables de agencias noticiosas de aquel país señalan que según el fiscal general, Juan Luis Florido, es importante la decisión del Presidente y la cancillería mexicanos, ya que "se está reconociendo que había un sustento legal importante en la petición de Guatemala, no obstante la opinión de una juez."
Sin embargo, dos semanas antes, la juez federal, Verónica Judith Sánchez, titular del juzgado décimo de distrito del Reclusorio Oriente, consideró que no había elementos jurídicos para conceder el envío del funcionario guatemalteco.