El retorno del Treponema
La sífilis está de regreso. El siglo XXI es el escenario en el que reaparece la infección producida por el Treponema pallidum, bacteria que durante centurias causó grandes estragos y pavor entre los pobladores de todas las regiones del mundo. Su principal vía de transmisión es el contacto sexual. Su reaparición ocurre no sólo en países pobres, sino en naciones desarrolladas de Europa, como Escocia, Alemania y Suecia, donde se reportan tasas de crecimiento alarmantes desde finales de los años 90.
Aunque sus orígenes son oscuros, la sífilis hizo su aparición súbita en Europa en el siglo XV, como enfermedad altamente contagiosa y de desenlace casi siempre fatal. Llegó a ser tan temida como la peste bubónica. Como ocurre ahora con las enfermedades de transmisión sexual, como el VIH-sida, la Iglesia católica la consideró castigo divino por supuestas blasfemias y como consecuencia de vidas inmorales, llenas de vicios.
Durante siglos, incluida la primera mitad del XX, fue una amenaza empleada eficazmente para tener bajo "control" la sexualidad. El objetivo era infundir miedo al coito, como se hace ahora con otras enfermedades ligadas al sexo.
La cura apareció tardíamente. El primer remedio fue el mercurio, introducido por Paracelso en el siglo XVI, así como el guayacán y la zarzaparrilla, obtenidos de plantas de origen americano. Más delante se utilizaron derivados del azufre, como el salvarsán, desarrollado por el alemán Paul Ehrlich en 1909. El agente causal, el Treponema pallidum, no se conoció hasta 1905, gracias a los trabajos de los científicos alemanes Erich Hoffmann y Fritz Schaudinn.
A falta de remedios efectivos, la sífilis causó en cinco siglos grandes estragos, sin respetar condición social o económica. Son célebres los casos de personajes de todas las cortes europeas que padecieron la enfermedad, incluidos reyes y príncipes, aunque también reinas, princesas y uno que otro defensor de la moral, como los papas.
También atacó a los intelectuales: escritores, músicos, filósofos y políticos. La solución definitiva contra ésa y otras enfermedades infecciosas llegó en 1928, cuando Alexander Fleming descubrió la penicilina, cuyo uso se hizo extensivo a partir de la Segunda Guerra Mundial. La sífilis había sido derrotada.
Pero ahora está de regreso, precisamente en Europa. Hasta 2000 Escocia no había reportado un solo caso de sífilis; en 2004 hubo 186, un incremento de 158 por ciento respecto de 2003.
En Alemania los daños se observaron antes: en el último tercio de los años 90. En 2004 había 3 mil 334 reportes, lo que significa que hay 4.1 enfermos por cada 100 mil habitantes. En Suecia el cambio ocurrió en 1999, al pasar de menos de 50 casos a cerca de 200 en 2004.
Lo que marca una señal de alerta no es el número absoluto de casos, sino la velocidad con que año con año se van presentando. Las tendencias y proyecciones que se desprenden de estas cifras no son en modo alguno halagüeñas.
Tomo datos de publicaciones periódicas (2005) de Eurosurvillance, organismo de vigilancia epidemiológica creado por la Unión Europea.
La infección se presenta en las grandes ciudades, como Edimburgo, Glasgow, Berlín, Munich y Estocolmo, entre otras. Los casos afectan tanto a hombres como a mujeres, pero el número es significativamente más alto entre los varones de los tres países. En Alemania, por ejemplo, es 10 veces mayor en hombres.
El tipo de prácticas sexuales parece tener una especial importancia y hacia allá se orientan los principales estudios que ha realizado Eurosurvillance.
Si bien la sífilis se presenta también en heterosexuales, la mayor proporción de casos ocurre en hombres que tienen sexo con hombres. En Suecia la proporción es de 60 por ciento, en Escocia de 87 por ciento y en Alemania de 67.5 por ciento.
Si bien esto lleva a pensar que las prácticas homosexuales son factor importante en la reaparición de la enfermedad, hay aspectos que en mi opinión deben ser investigados con mayor cuidado, pues las relaciones entre personas del mismo sexo han existido siempre.
Es indispensable explicar por qué la reaparición de la sífilis ocurre a finales de los 90 y no antes o después. Esto llevaría a indagar cuáles son los factores que determinan su resurgimiento en las sociedades industrializadas antes que sacar conclusiones apresuradas que pueden estigmatizar a un grupo por sus preferencias sexuales, como ya ocurrió para otras enfermedades de transmisión sexual.