Repudio de Italia, Gran Bretaña y Jordania; fue una "masacre", afirma la ANP
Mueren 18 palestinos, la mayoría mujeres y niños, en un ataque israelí con proyectiles
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Un médico palestino examina los cuerpos de una madre y sus dos hijos muertos durante el ataque de la aviación israelí, ayer en el depósito de cadáveres de Beit Hanun
Foto: Reuters
Beit Hanun, 8 de noviembre. Dieciocho civiles palestinos, la mayoría mujeres y niños de la misma familia, perecieron al tratar de huir de una descarga de artillería israelí lanzada sobre la casa donde dormían minutos antes y en sus inmediaciones.
Las muertes fueron causadas por unos 12 proyectiles de 155 milímetros que dieron en la atestada zona habitacional del oeste de Beit Hanun, menos de 24 horas después que soldados habían concluido una incursión terrestre de seis días en este poblado del norte de Gaza con intención de detener a militantes que lanzaban cohetes artesanales Qassam contra Israel.
La mayoría de las víctimas todas menos una pertenecían a la familia Athamneh, entre ellas seis niños de ocho meses y medio a 16 años de edad perecieron luego que salieron corriendo hacia la calle de terracería donde se ubica el edificio de cuatro pisos ante el primer impacto, que abrió un boquete de 60 centímetros de diámetro en el techo. Cinco horas después del ataque se veían aún charcos de sangre ennegrecida en la calle.
La descarga de artillería, que comenzó a las 5:30 horas, causó la que es con facilidad la mayor cuota mortal de civiles en los cuatro meses de operaciones del ejército israelí desde que militantes de Gaza capturaron al cabo israelí Gilad Shalit. De las docenas de heridos, 17 personas, entre ellas tres niños y seis mujeres, continuaban la noche de este miércoles en cuidado intensivo en el hospital Shifa de Gaza.
En el depósito de cadáveres del hospital Kamal Adwan, un abatido Majdi Saad Athamneh, de 37 años, lloraba al escribir en una cajetilla de cigarrillos los nombres de parientes que había identificado. Mientras un vecino abría uno de los contenedores para revelar los cuerpos de su hijo de 10 años, Saad, y de su hermano Mohammed, de 28, Athamneh exclamó que había perdido a 13 familiares, incluidos su hijo y tres hermanos. "Mi esposa está en el hospital y también mi otro hijo, Fadi", añadió.
En una cama del hospital Al Awda, Haneen Athamneh, de 20 años, relató que acababa de lavarse antes de la oración matutina en su departamento del cuarto piso uno de los ocho del edificio cuando escuchó el estallido del proyectil en el techo. "Corrí con mi marido hacia la calle. Una esquirla me dio en el costado. Había humo y polvo por todos lados; era como niebla. Costaba trabajo respirar. Había cabezas cercenadas. Vi volar la pierna de mi tía Jamila. Traté de ayudarla, pero me gritó: '¡Corre, salva tu vida!'"
Relató que soldados israelíes ocuparon el edificio por dos días durante la incursión, en la cual murieron 50 palestinos, de los cuales la mayoría eran militantes, pero no todos. "Nos dijeron que no nos preocupáramos, que no nos iban a lastimar. Dijeron que querían paz. ¿Qué paz es ésta? Somos mujeres y niños."
Al lado de su cama, su madre, Sarya Basiouny, de 62 años de edad, lamentó: "Ayer enterramos a nuestros muertos. Y ahora vamos a enterrar a otros".
La fuerza aérea israelí, que este miércoles detuvo el fuego de artillería en Gaza para dar lugar a una investigación militar interna, afirmó que había lanzado descargas "preventivas" en respuesta a los ataques con cohetes Qassam entre ellos cuatro en la ciudad sureña de Ashkelon lanzados después de la retirada de las tropas de Beit Hanun, el martes anterior. No se informó de heridos en esos ataques.
La corporación militar agregó que "lamenta cualquier suceso en el que resulten heridas personas no involucradas", pero insistió en que la "responsabilidad por las víctimas civiles" es de las facciones armadas que lanzaron los cohetes Qassam "desde el abrigo de zonas pobladas". Sin embargo, en explicación implícita de que las muertes fueron causadas por un error humano o técnico, precisó que el fuego de artillería iba "dirigido a una ubicación distante de donde se informa que cayó".
La pesquisa oficial militar ha sido encargada al mayor general Meir Jalifi, quien también investigó la muerte de siete miembros de la familia Ghalia en una explosión ocurrida en la playa de Gaza en junio pasado. Pese a las dudas surgidas ante sus conclusiones inclusive el horario en que según él ocurrieron los ataques israelíes aquel día, su informe sostuvo con firmeza que la fuerza aérea israelí no fue responsable.
En Damasco, Jaled Mashal, el líder exiliado de Hamas, advirtió que la facción tomará represalias por la ofensiva israelí en Beit Hanun "con hechos, no palabras", y añadió: "Debe haber una reacción rugiente para vengar a todas esas víctimas".
Mientras el político independiente Mustafá Barghouti, al visitar la escena de la matanza, se hacía eco del horror de los pobladores al denunciar que fue una "masacre brutal"; uno de ellos, Usama Ahmed Athamneh, de 34 años, le gritó con furia: "¡No queremos ver nada de Fatah o de Hamas! Ellos se ponen a hacer fuegos artificiales y a nosotros nos matan".
En un aparente intento de salir al paso de las críticas, una camioneta de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, ligada a Fatah, recorría el barrio pregonando con altavoces nombres de militantes muertos durante la incursión.
En una oleada de reacciones internacionales, el rey Abdullah de Jordania, el ministro italiano del Exterior, Massimo D'Alema, y el presidente palestino Mahmoud Abbas describieron también el suceso como "masacre". Margaret Beckett, ministra británica del Exterior, se dijo "gravemente perturbada" por las muertes de civiles.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya