Aunque no anotó, su sola presencia arrancó aplausos
Ganó México 3-2, pero Maradona se llevó la noche
Ampliar la imagen Diego Maradona falló un penal en el Palacio de los Deportes Foto: José Antonio López
"...Sentir que es un soplo la vida, que 20 años no es nada, que febril la mirada..." dice el tango que ayer pudo ser el himno de un entusiasta Maradona. En la gigantesca pantalla alta del Palacio de los Deportes, la magia del video revivía una y otra vez la etapa cumbre del Pibe de Oro, en el Mundial de México 1986, mientras abajo, en una reducida cancha y 20 años después, Diego Armando se afanó infructuosamente en la búsqueda de un gol.
Lo advirtió Diego en la víspera, lo de menos era el resultado, lo importante: "Convivir con amigos, intercambiar saludos, y tomarse algunas fotos", pero México ganó 3-2, no obstante, al final, el más aplaudido fue el Pelusa, quien dedicó escuetas palabras: "Agradezco a todos por la presencia y ya estamos esperando la revancha en Monterrey".
Pocos asistentes en la tarde lluviosa, no más de 2 mil, pero ruidosos hasta el delirio, en algunos instantes cumbres de esta modalidad balompédica, llamada Showball, más show que futbol. Como durante la aparición de la estrella del evento, Maradona, quien no falló a su ritual de persignarse siempre que entra a un terreno sagrado en cualquier cancha del planeta. Los aficionados, muchos con las playeras albiazules o con el rostro de Diego impreso en el pecho, se pusieron de pie y entonaron el cántico "Oeeeee, Oeee, Oeee... Oe".
Los flashazos cegaron al ex crack que luego de lanzar besos y balones al público se acercó a las filas tricolores para fundirse en abrazos con sus colegas anfitriones Carlos Hermosillo, Alberto García Aspe, Benjamín Galindo, Missael Espinosa, Luis Hernández y varios más. Los himnos mexicano y argentino se escucharon con respeto en el único momento solemne, porque de ahí en adelante el espectáculo y el relajo fueron ganando terreno.
Los 14 jugadores, siete por bando, tardaron en adaptarse a esa jaula de acrílico transparente y con cientos de rostros pegados a ella del otro lado. Desde la diminuta cancha los balonazos salían del área de juego a cada instante hasta que, poco a poco, México se adaptó mejor y no tardó el Maestro Benjamín Galindo en anotar un golazo. Luego llegó el segundo tanto, de Alberto García Aspe; el descuento, de Matías Almeyda, y enseguida el empate de José Flores.
Ríos, destacado
Adolfo Ríos se la tomó en serio e hizo excelentes atajadas, paró un penal cobrado por Maradona y tuvo otras intervenciones destacadas para arrancar el grito de "portero, portero".
En el segundo lapso, también de 25 minutos, el juego se convirtió en un duelo de mañas, donde los veteranos albicelestes y tricolores apelaron a su amplio repertorio de trucos y simulaciones, esas que acuñaron durante sus brillantes carreras. No faltaron los conatos de bronca, porque bien se dice: "genio y figura..."
García Aspe fue el recio y atrabancado jugador de siempre; en el otro bando Matías Almeyda encaraba lo mismo a García Aspe que al Matador Hernández.
Show con sello de Televisa porque Enrique Perro Bermúdez estaba al micrófono. Primero intentó narrar, pero no titubeó en lamentar cualquier aspereza con la música de rock. El gol del triunfo fue de Luis Hernández.
Aunque Maradona no tuvo el brillo ni la destreza de hace 20 años, ayer salió a la cancha a enfrentar el reto de volver a correr y sudar la playera. Apenas se dio breves lapsos para jalar aire y, otra vez, intentó jugar en el campo con la misma entereza que lo ha hecho en su vida.