Presentan reclamos frívolos y sin sustento
Obsoleta, la ley del IFE sobre quejas de partidos
Hay más de 700 querellas sin solución, asegura el instituto
Como secuela del pasado proceso comicial y de los pocos espacios en que hay coincidencia entre los consejeros electorales y los partidos, el reglamento para procesar las quejas interpartidistas es absolutamente obsoleto, ineficaz para una justicia oportuna, y deja insatisfechas a las propias formaciones políticas.
Virgilio Andrade, responsable de la Comisión de Reglamentos del Instituto Federal Electoral (IFE), acepta las deficiencias del marco que rige la presentación de quejas: "es un régimen que privilegia la exhaustividad en la investigación de las reclamaciones, provocando, como efecto no deseado, el retraso en su resolución".
No sólo la demora en el fallo mantiene inquietos a los partidos, sino también, en parte por un ejercicio autocrítico, algunas formaciones políticas admiten que en muchos casos las quejas son frívolas y carecen de pruebas que las sustenten. Hay querellas escritas en sólo una hoja, señala la representación del PAN ante el IFE, lo cual es motivado en parte por los partidos y por la facilidad que otorga el reglamento para promover recursos de inconformidad con un mínimo de pruebas.
El resultado de la "exhaustividad" en la investigación y el cúmulo de denuncias presentadas es que se promueven sin sustento y únicamente como estrategia electoral. Hay más de 700 sin resolver del pasado proceso electoral, de las cuales 400 corresponden a supuestos agravios derivados de la colocación de propaganda.
Llevar a cabo una reforma al reglamento de quejas fue reclamo de los partidos al concluir los comicios pasados, a consecuencia de la perpetua inconformidad en el tratamiento que les da el IFE y del consenso entre los consejeros ante el elevado rezago en las resoluciones.
La carga de trabajo que implicaron los recursos por las estrategias propagandísticas de los partidos en los pasados comicios, que provocaron un interminable desahogo de procedimientos especiales para ordenar el retiro de promocionales que estaban fuera de la ley, ocasionó la concentración, según la explicación del IFE a los partidos, de personal de la Dirección Jurídica en resolver esos casos urgentes, de acuerdo con la tipificación que hizo el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y el consecuente rezago en la atención de otras querellas.
Hay que buscar equilibrio, señala Andrade
Por ello, según Andrade, es preciso revisar el reglamento para encontrar equilibrio entre la exhaustividad en las indagatorias y una mayor oportunidad en las resoluciones. Ello supone cambios que reduzcan los tiempos, particularmente en quejas relacionadas con elecciones, para una resolución expedita, como ya se aplicó con el procedimiento especial que el TEPJF ordenó para solucionar las inconformidades relativas a la "propaganda negativa" de las pasadas elecciones.
El saldo de esa obsoleta estructura es claro: más de 700 quejas sin solución. De ellas, según datos del IFE, más de 400 corresponden sólo a irregularidades cometidas por la colocación indebida de propaganda, que afecta a otros partidos.
Tanto el PRI como el PAN pugnan por que se introduzcan medidas que permitan agilizar el desahogo de las demandas mediante la descentralización de algunas hacia órganos distritales o estatales del IFE, a efecto de resolver con mayor eficacia las inconformidades que conciernen exclusivamente a ámbitos locales.
Para el blanquiazul, el involucramiento de instancias distritales, además de fortalecerlas con mayor autoridad, permitiría más eficiencia en la atención de quejas relacionadas con campañas electorales, con lo que podrían detenerse las irregularidades en que frecuentemente incurren los partidos y evitar que meses después de concluida la campaña apenas comiencen a revisarse.
El lento desahogo de inconformidades ha sido motivo para que el PRD demande que la citada comisión agilice en primera instancia la resolución de algunos recursos que considera importantes por ejemplo, con las precampañas del PRI y del PAN, que casi año y medio después de presentadas no han sido solucionadas antes de abocarse a la modificación de dicho reglamento.
De cualquier modo, la postura de ese partido privilegia la incorporación de otros temas al debate; por ejemplo, la aprobación de un capítulo relacionado con el financiamiento, la regulación de procedimientos especializados en el reglamento de quejas genéricas como el propuesto por el TEPJF para desahogar las relacionadas con la "propaganda negra" y adoptar medidas que garanticen que los órganos desconcentrados del IFE eviten remitir asuntos en materia de fijación y colocación de propaganda.
Otro punto importante para el PRD es impedir que, en la reforma, la autoridad electoral pierda facultades en materia de investigación y pueda empezar las indagatorias con la sola presentación del recurso. Esto ante planteamientos de otros partidos de modificar ese esquema, con el propósito de que las formaciones políticas tengan mayores responsabilidades en la presentación de pruebas.
Una constante en las demandas de las tres principales fuerzas políticas es la fijación de plazos perentorios para garantizar mayor eficiencia en su desahogo. Inclusive, la propuesta priísta va más allá y plantea que la autoridad tenga un plazo específico para admitirlas o desecharlas.
Por su parte, el PAN ha promovido que se revise el capítulo sobre reincidencia, para que no sea "eterno" su efecto con el consiguiente impacto en la aplicación de sanciones. Y es que para el blanquiazul un caso de sanción por el uso de propaganda religiosa en 1997 sigue vigente, a pesar de que ya prácticamente han pasado 10 años.
Aunque ya se hay varias propuestas para la modificación, se estima que se dará prioridad al desahogo de las 700 quejas antes de reanudar las discusiones.