Ojarasca 115  noviembre 2006

Tehuacán, Puebla
El falso mito de la Matanza

Martín Amaru Barrios
 

Este acre renegar de una fiesta en la que desde el siglo XVI, dicen, se acostumbra

matar chivos cebados en el Valle de Tehuacán y en la Mixteca Alta de Oaxaca y Puebla es,

por supuesto, más que un reniego. De las fiestas se exudan los vicios

más recónditos de una región y las entretelas políticas y sociales

de un México harto de engaños y corrupciones.


 


Nuevamente ha llegado la Matanza. Esta vez con todo y la presencia non grata del ex-indígena ladino popoloca, lambiscón, protector de pederastas y empresarios maquileros que gustan de acosar costureras y explotar a su personal, el persecutor de periodistas y activistas, mario marín torres, tan pequeño en lo físico y en lo moral que en él no cabe lo mayúsculo ni siquiera en la ortografía.

El mal gusto, las falacias y el etnocentrismo de una ciudad sin costumbres medianamente salvables saltan a la vista en los encabezados de boletines de prensa del gobierno disfrazados de noticias o entrevistas a nuestros neoconservadores e incultos regidores.

Pintoresco es el chovinismo de algunas y algunos tehuacaneros. Nos gusta robarnos lo que no es nuestro y venderlo como tal, y como si eso no fuera repudiable, hacemos gala del atraco y hasta inventamos cualquier disparate como pedir "la denominación de origen de... (de lo que sea, pues)". Para ser aún más congruentes en su dislexia intelectual nuestras autoridades municipales deberían pedir que nos den la denominación de origen del pueblo más auto-referente, egocéntrico y etnocéntrico del estado, por lo menos. Me cae que si la conseguimos.

Por ejemplo, y como cualquier persona medianamente informada sabe, conocemos que el maíz se empezó a domesticar y cultivar en este Valle que habitamos, es decir desde la meseta de El Riego hasta Coxcatlán en los años que McNeish dató. Pero no, haciendo gala de cinismo y gandallez nos apropiamos del cultivo del teocintle e inventamos que es "Tehuacán la cuna del maíz". Vaya soberana estupidez. En esos tiempos no existía población alguna que se llamara Tehuacán ¿O sí? Ni existían Chilac, Altepexi, o cualquier pueblo de este rumbo. Pero no conformes con la estulticia, ponemos el mal ejemplo y allá en Coxcatlán replican heridos en su ladino orgullo: ¡Mentira, nuestra patria chica es la verdadera Cuna del Maíz! ¡Es más, aquí está La Cueva del Maíz! Y esto ya es la ignominia de la sinrazón. ¿Desde cuando acá el maíz se sembraba o siembra en cuevas? Que el investigador y saqueólogo anglosajón encontrara coprolitos de mamíferos tlacualeros de granos con restos de maíz en esas cuevas es otra cosa.

Y de igual manera hacemos con la Matanza. Para empezar, es una oda a la insensatez por decir lo menos, presentar una carnicería caprina que nada tiene de espiritual como un "festival étnico". Éste es un asunto netamente comercial y de caciques. ¿Encuentro étnico? El que acarreen a la gente de Zinacatepec a bailar el Jarabe Colexero o al personal de San José Mihuatlán o de Coapan a danzar el Xochicanela (¿qué tienen que ver bailes de casamiento nahuas con el homicidio serial de chivatos?). O peor aún que lleven a los ridículos y patéticos grupos de "baile folclórico" con sus ladinas y güeritas disfrazadas de indígenas a la tan sobada Matanza no hace de esta bacanal de sangre una tradición indígena.

Como siempre, desafortunadamente, los indígenas (sean nahuas o mixtecos) sólo son la mano de obra barata, mal pagada (en especie) y sin derechos laborales ni prestaciones, que trabajan de facto gratis para que criollos racistas, revendedores y restauranteros que cocinan sucio, caro y fraudulento redoblen sus ganancias. ¡Que bonitas tradiciones tenemos! !Pidamos la denominación de origen del fraude folclórico y de las costumbres de gachupas colonialistas!
 

Pero no paramos ahí. Nos la robamos. Nos robamos el crédito de la Matanza. Se la atracamos a los igualmente chovinistas y etnocéntricos vecinos de Huajuapan, población en la que la Matanza empezó antes que en nuestro rancho y donde se creó el primigenio guasmole de caderas, que inicialmente se denominaba "mole de longos" y que era una comida para los pobres, para la raza, ya que los gachupas buscaban producir primordialmente chito, lo demás era secundario.

Con el tiempo las cosas han cambiado, ahora el mole de caderas es para proletarios que puedan comer en su chante con alrededor de quinientos pesos el espinazo y las respectivas caderas o ir a ser atracados a plena luz del día en las fondas y restoranes de nuestra pequeña urbe. Aun así, las autoridades municipales insisten en su necedad: "Vamos a pedir la denominación de origen de la receta original del mole de caderas".

En tierra de mudos, el balbuceante es rey. Mejor pidan la denominación de origen del plagio guasmolero.

Y para morir iguales y en ánimos conciliadores ante el atraco de tan "ancestral tradición", nuestro vergonzoso cabildo le dio la bienvenida al represivo y reaccionario gobierno municipal de Huajuapan, cuyos miembros les gritaban a los miembros de la appo que tomaron la alcaldía de aquel municipio por el tan conocido amasiato de los panistas con el asesino Ulises Ruiz: "Lárguense indios mugrosos". ¡Que bonita familia la blanquiazul! Tan tolerante y tan preocupada por el "bien común".

Dudo que conozcan la rasposa canción "Hipócrita" de un grupo de rocanrol chamagoso. Les queda que ni mandada a hacer. Es más, podría suplantar al fútil, cursi y ñoño estribillo ese del "El Tehuacán que todos queremos". Se los recomiendo, neta. Funcionaría mejor.

Y en esto del racismo, en su tienda de enfrente La Favorita, propiedad del político priísta Ángel Barroso, no se quedan atrás con sus discriminatorios anuncios en los que haciendo gala del lugar común y el estereotipo escupen frases tan vergonzosas como la actual: "cállate indio bruto".

Es más, por qué no nuestro farmacéutico alcalde le pide al tal cronista del pueblo (sí, el supuesto intelectual al servicio del prianismo que ha escrito serviles panegíricos a algunos sátrapas que han gobernado la entidad) un himno con "denominación de origen". Es en serio, no se rían.
 

Pero no crean que nada más nuestras autoridades inventan tradiciones y "festivales étnicos" y otros dislates adjuntos. En la buap existe una antropóloga, exégeta por excelencia del disparate folclórico que ha afirmado temeraria, ignorante y absurdamente que la matanza de chivos "ha suplido el sacrificio humano" de los indios de la región. Lo que nos faltaba, académicos pachecos escribiendo tamañas barrabasadas. Lo peor, que con nuestros impuestos financiamos tan "serias" investigaciones sociales.

Perdónalos Santo Xipe Totec, no saben lo que hacen.

¡Viva el mole de olla!
 

19-EN

Las chimeneas de las plantas envenenan el aire y la tierra


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