Antrobiótica
Cata de frituras
Ampliar la imagen Frituras inquietantes desde la envoltura Foto: Archivo
LA NOSTALGIA ES un pasatiempo sumamente rústico. Piénsalo: la carretera que conduce al infierno está pavimentada de mala poesía nostálgica, de ese acute longing for familiar surroundings, especially regarded as a medical condition que dice el OED o, peor, el sentimental longing for or regretfull memory of a period of the past, especially one in an individual's own lifetime... Así Luis Antonio de Villena en su "1974", así incluso Darío, así el pobre Manuelito Acuña: "De noche, cuando pongo/ mis sienes en la almohada/ y hacia otro mundo quiero/ mi espíritu volver, / camino mucho, mucho,/ y al fin de la jornada/ las formas de mi madre/ se pierden en la nada/ y tú de nuevo vuelves/ en mi alma a aparecer..." También la nostalgia por los alimentos de la infancia nos lleva al disparate: ponderamos la horrenda pizza de Helen's, juramos por los tristísimos Botecitos, aceptamos a ciegas la bondad de las congeladas... Para purificarnos de esa enfermedad, dos catadores que han pedido el anonimato y yo nos reunimos ante varias bolsas de frituras que disfrutamos o fingimos disfrutar en algún momento del pasado. Para sazonar, un par de limones y una botella de salsa Valentina. Nada más. He aquí los resultados.
TAKIS HUAKAMOLES (¡NUEVOS!). 24ENE07. $3.50
INQUIETANTES DESDE LA envoltura, estos takis se prometen "pequeñas tortillas de maíz enrolladas y fritas sabor huakamoles" (en serio). A la primera nariz, esa que mete uno derechito en la bolsa: notas de perejil viejo, queso cabrales (chafita) y limón. Para notar el aguacate (o awakate, pues) hay que poner demasiada buena voluntad. A la vista, que ni qué, sí parecen taquitos dorados, cubiertos de un polvo verde fósforo, debido sin duda a su ingeniosa combinación de colorantes tartrazina amarillo #5 y azul brillante #1. Pizpireto en boca, picosillo y ácido, respondón al eructo y difícil para el olvido: después de tres tragos de chela, su sabor permanece en el fondo de la lengua.
CHIP-OTLES (EL SABOR prendido). 24ENE07. $3.50
MAS PROMETEDORES QUE sus hermanos los Takis, por su agregado de "ajo en polvo" y queso (nueva aclaración en letras chiquitas: "suero de leche en polvo", que, digamos, es casi lo mismo), los Chip-otles presentan un inexplicable, pero atractivo, aroma de longaniza frita a la manteca. A la vista: naranja tirándole a rojo, grumoso, con pequeñas manchas negras que le dan un bienvenido y romántico carácter doméstico. En boca "puro maíz", rijoso en garganta e inclemente en el estómago, al chip-otle (nombre ingenioso, ¿no?) hay que maridarlo con largas bocanadas de Fresca fría. A que no puedes comer más de uno.
CHICHARRON DE CERDO Sabritas (¡100%!). 24ENE07. $5.00
UNA FRITURA MUY cercana a la perfección. En la bolsita se lee únicamente esto: "cuero de cerdo, sal yodada, aceite vegetal". No se necesita más: redondo al tacto y al paladar, suave, etéreo a la mordida, con un sabor sencillo y antiquísimo, para acompañar un vino blanco, tropical, platicador. Es también una de esas botanas que aguantan perfectamente el agregado de tantito limón, tantita salsa Valentina. (Los Cazares, por ejemplo, no lo resisten; se convierten en acidérrimos mazacotes de chile y polvo de tortilla.) Otra ventaja: una gota de limón hace tronar los güequitos que dejó en el cuero la grasa evaporada. Pura sinestesia: sonido que sabe a un olor visible.
CAZARES (HOT CORN chips). 28ENE07. $5.00 en puestito de metro Chapultepec
DIOSES DE TODAS las nostalgias, a los Cazares se les aproxima uno con cierto respeto: se diría que no hay novia o novio que no los disfrutó en la primaria. Maíz vendimiado en el venerable terroir del parque industrial La Perla, apellation d'origine controlée Naucalpan de Juárez, ácido cítrico, sal yodatada, sazonador "de chile" y muy poco más, en comparación con su competencia Barcel/Sabritas de frituras de choclo los Cazares casi suenan orgánicos. No lo son. Duros, cortantes, ahumados (?), sus catadores les hallaron un curioso que no simpático dejo de liga de hule de esas color carne. Con cinco varitos te compras unos takis cualesquiera y el paquetito futigom que te ayude a librarte de su sabor. Para melancólicos sin remedio.
FRITOS CHILE Y limón (¡¡Te llena!!). 21DIC06. $3.50.
YA NO SE si es un candor absoluto o una desfachatez fuera de serie pero el eslogan de los Fritos chile y limón (¿o debería decir "chile" y "limón"?) es profundamente cierto: son como ñoquis de maíz que van inflándose con sabia lentitud en la panza. En nariz, ricas notas de chile seco y ácido cítrico; a la vista y a los dedos naranja intenso con puntitos rojos. Quebradizos en boca, picosos, tronadores, ricos en grasas (18 gramos por bolsita) y tal vez en aire, con aristas que se quedan entre los dientes y un retrogusto que puede durar toda la noche. Dicen que una bolsa de Fritos, un Gansito y una coca en lata al día bien podrían sustituir varios programas contra la desnutrición...
SABRITAS (PRUEBALAS!!!), 18ENE, $6.00 vs Barcel Chips Sal, 18ABR07, $6.50.
UNA CATA EXTREMADAMENTE difícil: en ambos casos pura papa, aceite y sal, esta es una lucha tan sólo entre la artesanía de los maestros freidores. La sabrita es una papa ligera, delgadita, fina, en la que nada predomina; la chip es algo más grosera, irregular, "freída a mano" según su propia declaración, con manchitas de aceite y vejigas rotas. Cuando no se ha quemado nada más triste que abrir una bolsa y ver varios montoncitos marrones de papas rotas* la sabrita es perfecta, aunque tal vez un punto aséptica, monacal; la chip es cambiante papa a papa (exagero, pero no demasiado): es un poquito más divertida; ambas resisten el ataque de la salsa Valentina, ambas el del limón. Optar por una de plano es imposible y tal vez indeseable. Salomónicamente, hay que mezclarlas en el mismo platón: que ellas nos enseñen su mutua tolerancia.
POSDATA. ANOCHE, ATHEWA me dijo que en Costa Rica hay una fritura en bolsita "sabor cochinillo asado". ¿Se trataría de una broma mal entendida o existirá de veras en un país no muy lejano esa extraordinaria posibilidad? Yo me temo que sí existe: un rasgo típico de la maestría de Dios es otorgarnos, con magnífica ironía, al mismo tiempo la fritanga y la distancia.
* Nota: Bueno, sí hay cosas más tristes pero ahorita valen madres.