Incursión obligada, tras fallidas negociaciones, señalan los gobiernos estatal y federal

Toman policías el penal de Morelia; mueren tres abogados y un interno

Hay 6 lesionados; en todo momento se mantuvo orden en el Cereso, indican en comunicado

ERNESTO MARTINEZ ELORRIAGA CORRESPONSAL

Morelia, Mich., 18 de noviembre. Después de 27 horas de negociaciones fallidas entre la Agencia Federal de Investigación (AFI) y los cuatro reclusos que el viernes tomaron en rehenes a 10 abogados en el penal de Mil Cumbres, la policía tomó por asalto la prisión, lo que dejó saldo de tres defensores de oficio y un reo secuestrador muertos, además de seis heridos.

Al fracasar el operativo ninguna autoridad se hacía responsable de lo ocurrido. Javier Garza Palacios, director de Operaciones Especiales de la AFI, transfirió esa responsabilidad al gobierno del estado. Protegido por sus subordinados, evadió a la prensa, subió al helicóptero y se trasladó a la ciudad de México. Familiares de los secuestrados rebasaron la línea permitida en la entrada del penal para exigir información, pues no sabían lo que había ocurrido.

Fuentes oficiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado informaron, sin embargo, que en la toma de la prisión murieron los abogados Alfredo Fabián Sandoval, José Antonio Fernández Galván y Edgar Galindo Hernández, así como Arnaldo Villanueva Herrera, cabecilla de los reos.

Los defensores de oficio Ulises Montañez Arias y Alejandro Ramos Reyes resultaron con lesiones de armas de fuego. Sus compañeros José Camarena Sánchez y Pedro Aguilar Sánchez sufrieron severa crisis nerviosa al finalizar el operativo, cerca de las 17 horas.

Los otros tres secuestradores, Jorge Alvarez Arcilla y Teodoro y Juan Partida Zúñiga, quienes fueron sentenciados a 40 años de prisión por asociación delictuosa, secuestro y homicidio, resultaron con heridas de bala.

Tensión en el Cereso

De las 10 a las 13 horas se mantuvo la calma afuera y adentro de la prisión. El director de Seguridad Pública estatal, Mario Bautista, comentó que todo estaba "en paz y tranquilidad". A las 13:20 bajó un helicóptero de la AFI y 10 minutos después otro de la Procuraduría General de la República (PGR). Este último sobrevoló el penal, después los cuatro policías ocupantes aterrizaron la aeronave en el patio exterior de la cárcel.

A las 15:24 se escuchó en las radios de los policías la alerta de código rojo. Fue la señal para que decenas de agentes estatales y federales ingresaran al penal. Se notaba la acción, pues los policías se colocaban sus chalecos antibalas y alistaban sus armas. Seis minutos después se escucharon algunas detonaciones.

A las 15:40 salió del penal la primera ambulancia; en los siguientes 25 minutos otras cuatro. Algunas mujeres, familiares de los rehenes, comenzaron a llorar y gritaban que les informaran de lo sucedido. Continuaba el silencio de las autoridades.

A 200 metros del penal permaneció siempre un camión con más de 25 soldados, siempre al margen de la acción. Fue entonces cuando salió Rogelio García, director del reclusorio, quien se negó a comentar los resultados del operativo.

"La PGR les pueden dar información", balbuceaba. Dijo que tenía datos de que había lesionados, pero "no conocimiento de que haya muertos".

Nervioso, mientras se abría paso entre los reporteros, decía que Pastor Villagómez y Juan Manuel Rodríguez González fueron liberados por la mañana, que sumados a los cinco que un día antes habían dejado libres los secuestradores sólo quedaban ocho en la zona de las palapas, donde los internos reciben las visitas familiares.

Justifican incursión

Por la noche, los gobiernos del estado y de la República emitieron un boletín conjunto en el que explican que los presos exigían un vehículo abastecido de gasolina, nada de operativos policiales ni presencia de medios de comunicación, a efecto de huir sin ser perseguidos, llevándose a los rehenes, a quienes liberarían posteriormente.

Siempre según la versión oficial, a "las 14 horas aproximadamente los presos dejaron de comunicarse con el negociador.

"A las 15:15 horas se escucharon alrededor de 12 detonaciones de arma de fuego, a la vez que uno de los rehenes, mediante radio, por el cual se sostenían las pláticas, solicitó auxilio, pues los presos les estaban disparando, situación que obligó al ingreso inmediato de elementos de la AFI, quienes al aproximarse al sitio donde se encontraban presos y rehenes fueron recibidos con disparos."

Tras la intervención policial, agrega, se logró rescatar con vida a cinco de los ocho rehenes que aún se encontraban retenidos por los reos. Lamentablemente, tres perdieron la vida y dos más resultaron lesionados. En todo momento, durante la negociación y la obligada intervención policial, se mantuvo el orden en el Cereso, el cual alberga una población superior a los 2 mil internos, indica el comunicado.

"Es importante destacar que la negociación, así como el operativo de rescate, se dieron en coordinación entre el gobierno federal, mediante las secretarías de Gobernación, de Seguridad Pública, la PGR y el gobierno de Michoacán (secretarías de Gobierno, Seguridad Publica y la Procuraduría General de Justicia", concluye.