En una década, México redujo 12% el índice de analfabetismo: SITEAL
En la década de los 90, la reducción de la tasa de analfabetismo en Argentina, Chile, Brasil y Honduras fue más acentuada que en México, que a comienzos de esa década presentaba 11.2 por ciento de analfabetos.
A lo largo de esos 10 años, México redujo la tasa total en 12 por ciento, pero el resto de los países logró abatir el analfabetismo hasta 25 por ciento o más, revela un estudio del Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL), desarrollado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE-UNESCO), con base en Buenos Aires Argentina, y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).
Guatemala, el más atrasado
Para el año 2000, añade el SITEAL en su estudio Tendencias del analfabetismo en América Latina, entre los países con mayor índice de analfabetismo se encontraba Guatemala donde casi un tercio de la población era analfabeta, Nicaragua y Honduras. A esos países le seguían Perú, Brasil y Bolivia, con tasas de entre 11 y 14 por ciento, y México y Paraguay, con 10 por ciento. Los índices más bajos se registraron en Chile y en el área urbana de Argentina.
Para ese mismo año, los países que presentaban las disparidades geográficas más altas eran Perú, Bolivia y Chile, donde el índice de analfabetismo rural casi quintuplicaba al urbano. En México la relación era de cuatro a uno, mientras que en el resto de los países las tasas rurales triplicaban en forma aproximada a las urbanas.
En la gran mayoría de los países de la región la incidencia del analfabetismo entre los jóvenes de 15 a 24 años era muy baja, excepto en Nicaragua, Honduras y Guatemala, donde el porcentaje de jóvenes que no leen ni escriben era significativo, mientras que en el resto era de 4 por ciento o menos.
Los mayores logros en el decrecimiento de la tasa de analfabetismo se registraron al comparar el grupo de 50 años o más con el de entre 35 y 49 años. En Chile, Perú, Bolivia y México el porcentaje de población analfabeta de este último grupo de edad equivalía a la tercera parte o menos que aquel que representaba la población de 50 años o más.