Usted está aquí: domingo 19 de noviembre de 2006 Opinión Las imposiciones de las potencias económicas

Editorial

Las imposiciones de las potencias económicas

Los líderes de las potencias económicas reunidos en Melbourne, Australia, y Hanoi, Vietnam, buscan encontrar mecanismos para mantener e incrementar "la prosperidad mundial" actual, bonanza que, por otra parte, excluye a casi un tercio de la población mundial.

En Oceanía, los representantes del G-20 destacaron la importancia de adoptar acciones comunes para aprovechar una situación económica positiva "en términos de crecimiento". El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), el español Rodrigo Rato, aseguró que para ello es necesario aplicar una política monetaria responsable, que considere especialmente el peligro de la inflación.

Por su parte, en el Pacífico asiático, los líderes de las 21 naciones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) se comprometieron a hacer todo lo posible para romper el estancamiento de las negociaciones de la Ronda de Doha, detenidas desde julio pasado.

En ambas cumbres se han hecho serias advertencias sobre los retos que enfrentará el mundo en los próximos años, desde la crisis energética, la abrumadora desigualdad entre países ricos y pobres, hasta el cambio climático.

Si bien esos temas generan real preocupación entre los líderes del mundo, la realidad es que son pocas las decisiones que se toman para solucionar esos problemas. Un claro ejemplo es la crisis ambiental: de acuerdo con un estudio del gobierno británico, si en los próximos 10 años no se adoptan medidas para controlar las consecuencias del efecto invernadero, esto le costará al mundo casi 7 mil millones de dólares, cifra superior al total de las pérdidas de las primera y segunda guerras mundiales, más las de la recesión económica de Estados Unidos en la década de los 30 del siglo XX, y causarán 200 millones de "refugiados víctimas de la contaminación ambiental".

Sin embargo, las grandes potencias, los principales productores de gases contaminantes, no dan señales de hacer lo necesario para reducir sus emisiones, punto crucial para evitar la catástrofe pronosticada por el informe británico. Estados Unidos, responsable de gran parte de los contaminantes lanzados a la atmósfera, destinará apenas uno por ciento de su producto interno bruto para resolver este problema. El resto de las naciones industrializadas tomarán medidas semejantes, insuficientes para paliar los efectos del cambio climático. Washington ha demostrado una y otra vez su desdén por este problema al negarse a ratificar el Protocolo de Kyoto.

El egoísmo y la ambición también prevalecen en las negociaciones comerciales en el marco de los Acuerdos de Doha, vitales para cambiar la composición del mundo, dividido entre unos pocos países prósperos y decenas de naciones endeudas y miserables. La negativa de Estados Unidos y la Unión Europea para eliminar sus subsidios agrícolas es un enorme obstáculo para alcanzar un tratado equilibrado, necesario para reducir la desigualdad imperante en el planeta. Según Rato, es necesario que "muchas políticas fiscales de economías emergentes demasiado rígidas o ineficaces se concentren en los tres aspectos cruciales para el futuro: inversión para infraestructuras, educación y salud". Hay que recordar que, como se ha demostrado en estos años, las recetas del FMI únicamente han agudizado el desequilibrio en la repartición de ingresos.

No importan las palabras, al final, reuniones como las del G20 y del APEC sirven únicamente para que las potencias económicas impongan sus agendas particulares, por encima del bien común. Afortunadamente, existen movimientos ­tanto de países como de organismos civiles­ que presionan para cambiar este orden de cosas. Son tiempos cruciales para tomar las decisiones correctas que favorezcan un desarrollo equilibrado que beneficie a todos los países y no sólo a unos cuantos, y que eviten catástrofes que podrían resultar muy caras para la humanidad en su conjunto. La cuestión es si las grandes potencias harán caso de las advertencias o se cruzarán de brazos, una vez más.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.