Usted está aquí: lunes 20 de noviembre de 2006 Deportes La banca tocó ayer el pasodoble del ex niño prodigio

La banca tocó ayer el pasodoble del ex niño prodigio

LUMBRERA CHICO

Julián López El Juli ya tiene su pasodoble y lo escuchó ayer. Se lo compuso el maestro Félix Méndez, primer trombón de la Banda Sinfónica de la Secretaría de Marina y uno de los metales estelares de la nueva banda de música de la Monumental Plaza México que desde hace tres domingos, cuando arrancó la temporada "un poco menos chica" 2006-2007, se ha convertido en protagonista de la fiesta.

Para escribir esa pieza en honor del ex niño prodigio madrileño, el maestro Méndez siguió un curso de música popular española, de un año de duración, en el Conservatorio de Madrid, al que fue admitido gracias a su espléndida calidad artística, rasgos que distinguen a otros integrantes del conjunto que alegra las pausas entre toro y toro en el embudo de Mixcoac.

La nueva etapa comenzó ocho meses atrás, cuando falleció el maestro Elfego Cerero, de 72 años, que dirigía al grupo desde 2002; antes de él, éste había sonado bajo la batuta del maestro Vidal Arcega, quien luego también de una intensa labor de tres años renunció para dedicarse de tiempo completo a su propia orquesta, la Danzonera México. Pero antes de él, varios distinguidos músicos rigieron a la banda fundada en 1946 por el inolvidable maestro Genaro Núñez, que la tuvo a su cargo por más de tres décadas.

El nuevo director del agrupamiento es el maestro Reynaldo Vázquez Martínez, clarinetista que desde hace nueve años forma parte del equipo que domingo a domingo, en el último palco de sombra, junto al alambre divisorio, encima del zarzo de garapuyos, conserva viva la herencia musical de la tauromaquia, en cuyo acervo ocupa un sitial de honor Agustín Lara.

Con gran tesón, el maestro Vázquez Martínez ha incorporado a los mejores trompestistas de la música clásica en México, tales como Constantino y Miguel Blas e Hildeberto Arias, pero también a un talento reconocido como el del maestro Austreberto Pérez, primer clarinete de la Orquesta Sinfónica Nacional. La banda del pozo de Insurgentes, que en sus años dorados llegó a contar con 40 ejecutantes, hoy tiene 21, de los cuales 18 tocan los pasodobles y tres más ­dos timbales y un clarín­ actuan en el biombo del juez como cambiadores de suertes e impartidores de avisos.

Los instrumentos que participan en una orchestrina de esta naturaleza son los de la llamada sección de "maderas", a saber, clarinetes y saxofones, y los de la sección de metales, es decir, trompetas, cornos, trombones y tuba más un bombardino barítono así como una batería de jazz, elegida por su tamaño para ocupar poco espacio aunque en realidad lo ideal es que en lugar de ella hubiera dos timbales, tarola, platillos y hasta un triángulo, como exigen los cánones.

Desde que empezó la actual temporada, hace tres domingos, la nueva banda de música se ha ganado la simpatía de los aficionados que le aplauden a rabiar después de cada número. Este empuje se debe quizá a que la mitad de sus integrantes son de reciente ingreso y viven la tarde con una una emoción que ya habían perdido los más veteranos.

 
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