El Caribe y el Golfo de México, las zonas más vulnerables al impacto de huracanes
Peligran 20 millones de mexicanos por efectos del cambio climático
La infraestructura de energía y comunicaciones también está en riesgo, advierte la Comisión Intersecretarial
Urgente, mejorar capacidad de respuesta ante fenómenos hidrometeorológicos
Ampliar la imagen Los resultados del cambio climático ya se observan en todo el planeta. El año pasado, en Groenlandia, se reportó que icebergs flotaban en la bahía de Kulusuk, poniendo en riesgo las actividades comerciales Foto: Ap
Frente al inminente cambio climático México debe establecer medidas de adaptación y mitigación, pues alrededor de 20 millones de personas habitan en áreas vulnerables al impacto de huracanes; las regiones más sensibles son el Caribe y el Golfo de México.
Los fenómenos hidrometeorológicos extremos han propiciado las pérdidas económicas más cuantiosas. "Las grandes aseguradoras están admitiendo que algunas de las mayores catástrofes naturales en diversas partes del mundo están vinculadas con el calentamiento global, por lo que han empezado a integrar los costos previsibles encareciendo los precios de las pólizas", advierte el documento Hacia una estrategia nacional de acción climática, elaborado por la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático.
Detalla que el huracán Wilma ocasionó la muerte de 42 personas y pérdidas materiales por 18 mil millones de dólares en México, el Caribe y Estados Unidos. Stan, por su parte, provocó el deceso de 840 y daños por 3 mil millones de dólares en América central.
Destaca que "una condición fundamental para garantizar nuestra seguridad futura consiste en salvaguardar la integridad de los ecosistemas y de los servicios ambientales que hacen viable el desarrollo económico y social".
El documento afirma que en México se prevé un alza en la precipitación media anual en la zona noroeste y un aumento en la frecuencia y severidad de las sequías que afectan buena parte del país, además del incremento en la intensidad ciclónica en el Caribe y el Golfo de México.
Indica que la temporada de huracanes de 2004 fue la tercera más activa desde 1950, y la de 2005 la más fuerte en la historia, ya que en ese año los ciclones Stan y Wilma provocaron en México daños por alrededor de 30 mil millones de pesos.
Señala que continuará la modificación de los regímenes de precipitación y se intensificarán las sequías y los huracanes; además, dice, cambiarán las fronteras de regiones ecológicas; crecerán las presiones que provocan la degradación de tierras; se transformará la distribución, abundancia y accesibilidad de especies silvestres de interés comercial; aumentarán los riesgos para la salud pública y quedarán expuestas a mayores riesgos las infraestructuras de energía, comunicaciones, transportes, urbanas e industriales.
Los efectos adversos del cambio climático afectarán de manera desigual y combinada todos los sectores productivos y las regiones del país. Frente a ello, el documento propone "posicionar la actual capacidad de respuesta ante los impactos tradicionales de la actual variabilidad climática".
Sostiene que se debe dar prioridad al desarrollo de capacidades de respuesta a los eventos hidrometeorológicos extremos, fortalecer los sistemas de monitoreo del clima, actualizar escenarios regionales a consecuencia del cambio climático, mejorar la eficiencia energética, reducir emisiones y adecuarse a los impactos negativos del clima.