La narradora habla de Alta infidelidad, su nueva novela, publicada por Alfaguara
El mayor desafío humano está en el riesgo de escribir: Rosa Beltrán
El amor-pasión persiste como uno de los últimos reductos de la utopía, expresa a La Jornada
La autora explora los celos desde otra perspectiva y sostiene que dejan ganancia
Ampliar la imagen Nos agarramos de todo lo que podemos para combatir la desesperanza, afirmó la escritora Rosa Beltrán ayer, durante la entrevista Foto: Cristina Rodríguez
El lugar idóneo para explorar las emociones, nuestros cambios y las formas de percibir el mundo es la literatura, ''no las ciencias sociales, no los libros de autoayuda ni, inclusive en algunos momentos, la sicología y el sicoanálisis. Si no fuera así, la literatura no nos hablaría de lo que queremos que hable: de este misterio que somos; por eso el mayor desafío está en el riesgo de escribir".
Así lo considera la escritora Rosa Beltrán (DF, 1960), quien describe en su reciente novela Alta infidelidad (Alfaguara) la relación de un hombre ''seductor, filósofo, a punto de cumplir 50 años", con tres mujeres exitosas, es decir, que tienen ''habitación propia y tres guineas al año".
La premisa de ese relato es detallada por la autora: ''Vivimos en una época altamente competitiva, de un individualismo atroz, donde la soledad y la angustia son las características de hombres y mujeres, principalmente de clase media. Ante esa realidad, el amor-pasión sigue siendo uno de los últimos reductos de la utopía".
Relaciones impredecibles
En entrevista con La Jornada, Beltrán añade que en nuestros días el amor-pasión es ''uno de los lugares donde tenemos, por lo menos, la ilusión de poder ser autogestivos, de sentir que somos quienes decidimos cuándo enamoramos, de quién y cómo, cosa que es falsa porque la fascinación de las relaciones radica, precisamente, en que son impredecibles.
''A diferencia de otras novelas que hablan de la infidelidad, aquí me pregunté qué características específicas tendría un Don Juan que estuviera condenado a enamorarse de mujeres exitosas, y si era posible pensar, en literatura, en un hombre así sin que fuera ridículo: a sus casi 50 años le teme, ya no a la muerte, sino a su fecha de caducidad."
Para la narradora, ''Madame Bovary ya no es el personaje representativo de nuestra época" en materia de relaciones amorosas. Ahora, puntualiza, ''consumimos relaciones como antes consumíamos bienes. Entonces, la esperanza de que en alguna de ellas encontraremos ese refugio ante la agresión que implica el mundo de la alta competencia, de las leyes del mercado y de las instituciones que todo lo controlan, es lo que nos hace que sigamos cayendo en conductas que nos hacen cambiar de relaciones como cuando cambiamos de canal y de canal sin estar dispuestos a dejar de ver la televisión, con un alto costo.
''La angustia que nos producen sociedades como la nuestra la estamos combatiendo mediante relaciones sin futuro, cuando no por medio de fármacos, la otra vertiente no humanista, la que pretende que con medicamentos y drogas terminemos con la pandemia de los años 90: la depresión.
''Claro, también están la terapias new age y todo tipo de posibilidades, por contradictorias que sean, por ejemplo, filósofos que toman flores de Bach y hacen meditación trascendental. Nos agarramos de todo lo que podemos para combatir esa enorme desesperanza."
Mundos posibles, no felices
Rosa Beltrán, autora de La corte de los ilusos (Premio Planeta 1995) y El paraíso que fuimos (2002), explica que todo lo que escribe ''está instaurado en una redificación de los antiguos mitos y en la historia de la literatura. Por eso en esta novela exploro, por un lado, el bovarismo, y cuestiono si realmente hoy las mujeres están esperando un hombre, si están dispuestas a renunciar a sus proyectos de vida por ellos. ¿Por qué se siguen dando este tipo de relaciones de amor-pasión? Si las mujeres buscan algo más, ¿qué es eso más que persiguen? Son los temas presentes en Alta infidelidad.
''El amor siempre va a existir, pero va cambiando su conformación, por eso éste no es un libro de autoayuda; la literatura no se dedica a construir mundos felices, sino a crear mundos posibles para entender qué es lo que en realidad ocurre a nuestro alrededor.
''En los cuentos de hadas el amor ideal describía aquello de que se casaron y vivieron felices para siempre. En el romanticismo y el modernismo vemos que la unión no es posible, y en la época posmoderna el amor plantea que una pareja no puede vivir junta, pero tampoco separada.
''Esa ambivalencia es la que abordo, es una contradeclaración a algunas de las formas que en literatura plantean ese tema, una respuesta, por ejemplo, a las interpretaciones en las cuales los celos son descritos por hombres.
''En la novela exploro los celos desde otra óptica y propongo que traen consigo siempre ganancia. Porque si bien los celos te convierten en tu propio Frankenstein y te sacan una persona que no sabías que vivía dentro de ti, develan una potencia, no sólo para mal, también para bien. Los demonios son, en muchos casos, más creativos que los ángeles."
Alta infidelidad, de Rosa Beltrán, se presentará el jueves 30 de noviembre en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, a las 19:30 horas, en el contexto de la serie de encuentros literarios El público presenta a sus autores.