Cristóbal, Ochoa, Castilla, Beristáin y Salazar, los galardonados ayer en Los Pinos
A toda prisa Fox entregó los Premios Nacionales del Deporte
La ceremonia, programada para una hora, sólo duró 30 minutos
El entusiasmo de 170 deportistas que la Conade llevó al salón Adolfo López Mateos rompió el ambiente gélido
Ampliar la imagen José Cristóbal Quirino posa con su familia junto al presidente Fox y Marta Sahagún Foto: Notimex
Lo que estaba programado para una hora se redujo a 30 minutos para que el presidente Vicente Fox Quesada entregara los Premios Nacionales del Deporte a Lorena Ochoa, José Everardo Cristóbal Quirino, Vinicio Castilla, Moisés Beristáin y Reinaldo Salazar, en el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos.
La solemne ceremonia que desde hace 31 años se realizaba en Palacio Nacional como parte de los festejos de la Revolución Mexicana del 20 de noviembre, y debió cambiarse a la casa presidencial por decisión de Fox, estuvo a tono con el clima frío que imperó ayer.
De no haber sido por los aplausos de los 170 deportistas que llevó la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) futuros habitantes de la denominada obra deportiva del sexenio que entregará el presidente el próximo lunes en la Magdalena Mixhiuca, de la emoción de los familiares de los galardonados, el escenario no habría estado a la altura de los premiados, a quienes Fox, en su breve intervención, ponderó por sus destacadas actuaciones.
"Con sus triunfos han cumplido sus sueños y nos han llenado de alegría. Ustedes son la fuerza, el ejemplo, la energía que día con día abren nuevos espacios para el engrandecimiento de nuestra nación'', subrayó el mandatario.
El primer campeón mundial de canotaje en el país, José Everardo Cristóbal, dejó el presidium para pronunciar un discurso que practicó durante dos días, pero que a la mera hora no pudo memorizar y prefirió, con papel en mano, leer de corrido.
"Estoy nervioso, pero les voy hablar con el corazón'', dijo el michoacano, y una cascada de aplausos tuvo como respuesta, la cual aumentó cuando el oriundo de la isla de Urandén recordó que hace cuatro años ni siquiera era monarca nacional "y hoy soy campeón mundial'', título que se suma a sus logros centroamericano y panamericano.
Sin levantar la mirada para no distraer su lectura, el canoísta insistió en que su medalla de oro obtenida este año en Hungría no fue producto de la casualidad, pues así como admiraba a los europeos que allí derrotó, ahora tiene como meta vencerlos en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Fox entregó los reconocimientos, primero a José Everardo, quien recibió un cheque de 340 mil pesos, diploma y medalla de oro. Le siguió una sonriente Lorena Ochoa, a pesar de que los organizadores la anunciaron como "Lorenza Ochoa'', la mejor jugadora del año, campeona mundial, y primer lugar en ganancias (más de 2 millones de dólares) y promedio de score.
La jalisciense, quien llegó la noche del domingo procedente de Florida, tras obtener un segundo lugar y con seis títulos LPGA cosechados este 2006, recibió el galardón por segunda vez, ahora como profesional, diploma y una medalla de oro.
Luego pasaría el "ídolo'' de los mexicanos en las Grandes Ligas, el ex toletero oaxaqueño Vinicio Castilla, a quien entregaron su diploma y presea, mientras el maratonista paralímpico Moisés Beristáin y el entrenador Reinaldo Salazar, padre de Oscar e Iridia, medallistas olímpicos de Atenas 2004 en taekwondo, también recibieron sus cheques por la misma cantidad.
Acaso por estar al final del sexenio, Fox y su esposa Marta Sahagún se mostraron apresurados para dar por terminada la ceremonia, no sin antes tomarse la acostumbrada foto con los ganadores, que seguramente aparecerán en su museo.