Pese al frío, los atletas mostraron su musculatura y arrancaron aplausos
Desfilan deportistas del DF para conmemorar la Revolución Mexicana
Pumas y politécnicos corearon sus porras; otros regalaron balones para promover las actividades físicas
El medallista olímpico en clavados Joaquín Capilla recibió un homenaje
Fue una mañana fría y nublada la que se vivió este lunes 20 de noviembre en la capital del país, mas eso no ahuyentó a los ciudadanos que salieron a presenciar del desfile deportivo conmemorativo del 96 aniversario de la Revolución Mexicana.
Luego de la representación artística de la gesta histórica que protagonizaron los héroes patrios a principios del siglo pasado, y de la entrega de manos del jefe de Gobierno capitalino, Alejandro Encinas Rodríguez, del Premio Estatal del Deporte a Miryam Muñoz, Rosa María Flores, de frontón, y Julio Granados, de pentatlón moderno, dio inicio el desfile deportivo.
Al inicio, el ex clavadista Joaquín Capilla, máximo ganador de preseas olímpicas con cuatro metales, saludaba con alegría desde el vehículo. Más tarde recibiría un homenaje a 50 años de obtener su medalla áurea.
Luego dieron rienda suelta los carros alegóricos y los grupos deportivos de las 16 delegaciones. En riguroso orden alfabético desfilaron frente al templete de honor, donde observaron sonrientes y con un meneo de mano, además de Encinas, Bernardo Bátiz, procurador general de Justicia del Distrito Federal; Dione Anguiano, titular del instituto del deporte capitalino, así como Luis Regueiro Urquiola, de actividades deportivas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Colorido y tablas gimnásticas
El colorido de las ropas contrastaba con el del papel picado que era disparado al paso de los contingentes; algunos vestidos con trajes regionales, otros con pants y chamarras o la vestimenta de artes marciales, además de tenis o patines.
No podían faltar las bandas de guerra que amenizaban el andar de los contingentes, varios de los cuales hicieron un alto ante las autoridades para mostrar sus ensayadas tablas gimnásticas, sus ejecuciones de karate y la eficacia para romper en dos, de una patada, una tabla de triplay.
Cuajimalpa, Benito Juárez, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Iztacalco, una tras otra, hasta completarlas todas, y luego se escuchó el "Goya... Goya... ", cantado por los Pumas de la UNAM del futbol americano, y compartido, a todo pulmón, por las autoridades allí presentes.
Y de repente, empezó a llover... pero balones de futbol y volibol lanzados desde el carro alegórico del 25 (de 2007) Maratón Internacional de la Ciudad de México. Benjamín Paredes, Wanda Panfil y otros corredores eran los encargados de dejar a su paso los regalos para fomentar el deporte entre los asistentes.
Llegaron los luchadores enmascarados, los púgiles amateurs y profesionales, como Ultiminio Ramos, Raúl Ratón Macías, Agustín Zaragoza, entre otras grandes glorias del pugilismo nacional.
Las niñas gimnastas, las bastoneras, los motociclistas avanzaban lentamente y, entre ellos, apareció nada menos que Emiliano Zapata, con su fusil y sus carrilleras... pero en fotografía.
No podían faltar las comisiones de boxeo y lucha del Distrito Federal, ni los luchadores de la Triple AAA y, en un convertible rojo, la presencia del médico Jacinto Licea, coach de las Aguilas Blancas y de la selección de futbol americano del Instituto Politécnico Nacional (IPN), una leyenda viviente en el deporte nacional. Unos metros atrás, los deportistas de esa casa de estudios lo acompañaban con la frente en alto, bajo el lema "Orgullo guinda". Todos entonaron el clásico e infaltable "Huelum... Huelum... a la cachi cachi porra..."
Desafían al frío
Tampoco se perdieron el desfile los representantes del fisicoconstructivismo y fitness, quienes, sin importar el frío, lucieron su musculatura sin recato alguno, lo que arrancó aplausos y silbidos de las y los presentes. Se lucieron las damas con su escasa vestimenta, y fuerzan sus bíceps y pectorales los caballeros para impresionar a la concurrencia.
Los competidores de sillas de ruedas, ciegos y débiles visuales se llevaron los máximos aplausos y bravos, sin hacer menos a la "RB", la Revolución Blanca formada por los adultos mayores.
Finalmente cerraron los dignos representantes del heroico Cuerpo de Bomberos, los charros de la Secretaría de Seguridad Pública y el otro ejército, ese que lustra las calles: el de limpieza que, con escoba en mano y máquinas barredoras, dejaron listo el escenario para la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente legítimo de México.
Por algo una pareja de paseaba por el Zócalo con una cartulina que decía: "Los locos y renegados sí tenemos presidente".