México SA
Primera factura, primera
La ''continuidad'' cumplidora
Una más de Bancomer
Más tardaron los barones en rescatar al Felipillo del fracaso electoral y financiar su campaña del miedo, que éste en pagarles la (primera) factura correspondiente, disfrazada de gabinete económico, porque "apostarle a algo distinto implicaría retroceso".
En los primeros días de septiembre pasado el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación aún no atinaba cómo disfrazar su resolución favorable al ex candidato panista, cuando el Consejo Coordinador Empresarial ya le había presentado al michoacano su relación de elegidos para su gabinete económico, el de la "continuidad", en el entendido que "es necesario mantener las políticas que se han ejercido en los últimos 10 años".
Pues bien, en los primeros días del no muy lejano mes de la patria, los barones dispusieron que Agustín Carstens fuera el secretario de Hacienda, y Calderón se los cumplió de inmediato, aunque sólo hasta ayer lo protocolizó. Para la Secretaría de Economía palomearon a Eduardo Sojo (que igual fue escudero de Fox que asesor del mini candidato), y ahora este gris personaje es titular de esa cartera, obviamente incluida en la referida factura. Es el mismo que con Fox en Los Pinos aseguraba que la crítica por el raquítico crecimiento económico y la pérdida neta de empleo eran "puro rollo".
Desde septiembre impulsaron a Luis Téllez, y si bien no lo colocaron en Energía o Pemex como era su "apuesta", Calderón le entregó una envidiable cartera, Comunicaciones y Transportes, justo en el sexenio de la infraestructura (según dicho del michoacano), en la que el ex funcionario salinista (privatizador del campo) y zedillista ("desincorporador" de la energía eléctrica, ferrocarriles, satélites y demás) sólo tiene experiencia como representante en México de la mafia de halcones asociados en The Carlyle Group (Bush padre, James A. Baker, Frank C. Carlucci), aunque presuma su estrecha relación con Televisa, a la que sin duda brindará sus siempre eficientes servicios gerenciales, ahora como secretario del ramo (dicho sea de paso, el consorcio representado por Téllez en el país se asoció con Televisa en su fallido intento por apropiarse de Univisión). Fue vicepresidente ejecutivo del Grupo Desc (Fernando Senderos) y miembro de su consejo de administración, como también de los correspondientes a FEMSA (Eugenio Garza Lagüera), Grupo México (Germán Larrea y sus mineros de Pasta de Conchos). Sempra Energy (perteneciente al oligopolio del gas natural en México y otras gracias) y de la propia Televisa (Emilio Azcárraga). Por cierto, las "inversiones" de Carlyle se especializan en armamento, transporte, energía, tecnología y telecomunicaciones, casualmente.
Y en la fiesta por el primer pago de facturas, aparece Georgina Kessel Martínez como secretaria de Energía. Hasta ayer, la señora hacía su mejor esfuerzo en la Casa de Moneda, aunque la versión oficial asegura que "tiene una amplia experiencia en el sector público y particularmente en el sector energético", porque dos sexenios atrás, en 1994, fue presidenta de la Comisión Reguladora de Energía, originalmente "un órgano consultivo en materia de electricidad". El gusto por las privatizaciones y la desaparición de subsidios sociales la une estrechamente al consentido de los jubilados del país, Santiago Levy.
Lo mejor del caso es que el "presidente del empleo" nombró a un especialista en comunicaciones, ex empleado del Grupo Industrial Alfa y adorador del micrófono, como secretario del Trabajo. Si con monseñor Abascal en el puesto, con todo y la asesoría directa de la madre Tonatzin, de plano el "cambio" no dio una, habrá que imaginar qué sucederá en la "continuidad" con Javier Lozano.
Como remate, Rodolfo Elizondo se mantiene en la Secretaría de Turismo, un grillo puro que por segundo sexenio consecutivo lo dejan en labores administrativas.
Lo interesante de todo esto será cómo, con este gabinete económico que no distingue entre política y negocios (The Nation, 2002), y que desde ya no le apuesta "a nada distinto porque implicaría retroceso", el mini presidente electo supone que rebasará a no se quién por la izquierda y desmantelará los monopolios de quienes financiaron su campaña.
Las rebanadas del pastel:
Viva la banca: "hago del conocimiento público una discreta diligencia interior de cambio de razón social en el banco más grande del país (BBVA-Bancomer). Soy empleado del mismo y recientemente nos han ido informando por pequeños grupos que dicha acción 'forma parte de la restructuración estratégica y administrativa del grupo y le garantiza a usted y a todos los que colaboramos con el mismo, seguridad, permanencia y un trato más homogéneo y justo'. A partir de enero de 2007 ya no seremos Grupo Financiero BBVA-Bancomer. Ahora seremos BBVA-Bancomer Operadora, es decir un outsourcing, maquiladora o como se le quiera ver. Se nos insiste en que esta nueva relación de trabajo no nos afectará en lo mínimo, ni en nuestras prestaciones, antigüedad, puesto o salario, es decir, es transparente; es más, hasta podremos participar en un nueva esquema de retribución variable (un bono de acuerdo con el desempeño). Esto último seguramente para no hacer ruido. Lo relevante del caso es que se da precisamente cuando la empresa ya cumplió cinco años con la misma razón social y debe cumplir con la obligación del reparto de utilidades, las cuales son millonarias y en crecimiento. Sólo para darnos una idea: la contribución de ingresos del grupo a nivel local representa 40 por ciento del total a nivel mundial. Esta es una muestra más de la protección que se les da a las grandes empresas a costa de los trabajadores, sin que autoridad alguna salga en su defensa; por el contrario, se hacen de la vista gorda" (nos reservamos el nombre del denunciante)