Inmigrantes mexicanos, la mayoría; su nuevo contrato incluye seguro y vacaciones
Trabajadores de limpieza logran triunfo sin precedente en Houston; fin a un mes de huelga
Ampliar la imagen Hortencia Alvarado, Antonieta Mendoza y María Aguirre, trabajadoras de limpieza de oficinas, celebran el final de la huelga de un mes y los logros del nuevo contrato colectivo que firmarán con beneficios sin precedente en la ciudad de Houston, Texas Foto: Ap
Nueva York, 21 de noviembre. Coreando "sí se pudo", los limpiadores comerciales en Houston lograron un triunfo sin precedente al ratificar el primer contrato colectivo que beneficiará a más de 5 mil 300 trabajadores, después de una huelga de un mes que incluyó acciones masivas de desobediencia civil, más de 60 arrestos, expresiones de solidaridad por todo el país y mensajes de apoyo nacionales e internacionales.
El contrato establece duplicar los ingresos actuales dentro de 24 meses, al incrementarse tanto el salario como las horas de trabajo, y además ofrecerá por primera vez para muchos de estos trabajadores, seis días pagados de vacaciones así como acceso a seguro de salud por un costo reducido, informó el sindicato de trabajadores de servicios SEIU.
"Se trata de una lucha en la cual algunos de los trabajadores inmigrantes más pobres se enfrentaron a algunas de las empresas más ricas justo en tierras de George W. Bush (Texas) y lograron obtener un incremento de salarios, más horas laborales y otros beneficios", declaró Andy McDonald, un vocero del sindicato nacional SEIU a La Jornada. "Es un triunfo enorme" en ese contexto, subrayó.
Miles de limpiadores que fueron agremiados el año pasado por SEIU estallaron la huelga hace un mes en demanda de un contrato colectivo con las cinco principales empresas de servicios de limpieza comercial en Houston. Las demandas principales eran elevar sus salarios de promedio actual de 5.30 a 8.50 dólares, un seguro de salud familiar pagado por la empresa y jornadas de tiempo completo. Después de acciones de bloqueo de accesos a edificios en Houston y decenas de ciudades más, tomar cruces de calles, encadenarse a entradas y ser sujetos a la represión violenta de las autoridades, las negaciones reiniciaron este pasado fin de semana.
El acuerdo ratificado anoche por los huelguistas elevará el salario a 7.75 dólares la hora al fin del tercer año del contrato, se incrementará de cuatro a seis las horas de un turno y se ofrecerá un seguro de salud al cual tendrá que aportar el trabajador entre 20 a 175 dólares mensuales, pero todo esto no será en etapas y sólo llegará a estas metas hasta 2009.
Aunque no fue un triunfo total, sí fue histórico ya que se logró que trabajadores que habían laborado en las sombras sin ninguna protección y sometidos a las condiciones impuestas, lograron sindicalizarse y firmar el primer contrato colectivo de ese sector en un estado reconocido por sus leyes y clima antisindical.
"Obtuvimos justicia; esto cambiará mi vida y la de mi familia", dijo al diario Los Angeles Times la trabajadora de limpieza Mercedes Herrera, de 37 años, después de trabajar años como "una persona invisible". Los limpiadores (o janitors) asean los edificios de las grandes empresas de Houston, entre ellas las petroleras, por poco más del salario mínimo y pocas horas las oficinas de los más ricos. Con este triunfo, repitieron varios trabajadores, "ya no somos invisibles".
A pesar de que en términos objetivos los logros obtenidos en el contrato fueron relativamente modestos, el sindicato y sus trabajadores señalan que es sólo un paso en lo que, prometen, será un esfuerzo más ambicioso para sindicalizar a trabajadores de salarios bajos por toda la región.
De hecho, el SEIU está convocando a una "Convención para el futuro" en Houston con representantes de sectores laborales, comunitarios, religiosos y políticos para desarrollar una campaña contra la pobreza impulsada por la alianza de estos sectores en solidaridad con las acciones de la huelga.
"Esta es una victoria increíble para nuestras familias", declaró Ercilla Sandoval, quien participó en la huelga. "Cuando regrese a trabajar, regresaré con orgullo de lo que hemos logrado, no sólo para nosotros, sino para todos los trabajadores de esta ciudad que se esfuerzan tanto y reciben tan poco. Hemos demostrado qué se puede hacer, qué se necesita hacer para hacer un mejor lugar de Estados Unidos".
"La gente trabajadora en este país está hambrienta de cambio y hay un rechazo cada vez mayor a un país que puede ser tan rico y tan pobre a la vez, por lo tanto, es hora de cambiar eso", opinó McDonald del SEIU, colocando el triunfo de su sindicato aquí en un contexto nacional y señalando que además de varias luchas sindicales recientes se están impulsando iniciativas por salarios dignos en varios estados y los resultados de la elección legislativa nacional.
Los limpiadores son en su gran mayoría inmigrantes mexicanos y centroamericanos, y en esta como tantas iniciativas laborales y comunitarias en este país, frecuentemente encabezan las luchas más dinámicas del momento "para mejorar a Estados Unidos", como dicen. McDonald del SEIU dijo a La Jornada hoy que "son los trabajadores migrantes, el sector más desamparado y vulnerable, los que están luchando por un cambio, y están ganando".
Vale recordar que sólo hace cuatro días, unos mil trabajadores (la mayoría mexicanos) de la empacadora de carne de puerco más grande del mundo en Carolina del Norte realizaron una huelga espontánea, obligaron a la empresa Smithfield a suspender el despido de trabajadores que no podían comprobar su estancia legal en el país y a aceptar por primera vez negociar una disputa laboral directamente con los trabajadores.