Usted está aquí: domingo 26 de noviembre de 2006 Política "Este país duele por todas partes": Marcos

Escucha lamentos desesperados al dejar Tamaulipas

"Este país duele por todas partes": Marcos

Eugenio Hernández, dos años engañando a todos, dice

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ampliar la imagen El delegado Zero encabezó el mitin de ayer en la Plaza de la Libertad en la ciudad de Tampico, adonde asistieron centenares de personas Foto: Víctor Camacho

Ampliar la imagen El subcomandante Marcos, durante la concentración de ayer en Tampico Foto: Víctor Camacho

Tampico, Tamps., 25 de noviembre. "Este país duele por todas partes", afirmó esta noche el subcomandante Marcos en la Plaza de la Libertad, en el centro histórico, ante centenares de personas que lo aclamaban mientras él enumeraba el dolor de ser indígena, anciano, mujer, obrero, empleado, chofer, pequeño comerciante. O campesino "hoy que el gran latifundista está regresando como hace 100 años", sólo que ahora "es un terrateniente que nadie conoce, porque ni siquiera es de este país". Duele, dijo, "cualquier cosa que seamos". Y recapituló: "Después de recorrer el país, vimos que en todas partes está igual".

Tamaulipas en particular permite comprobar que el gobernador Eugenio Hernández "es un sinvergüenza" que lleva casi dos años engañando a todos como si gobernara, mientras la miseria y la corrupción hacen estragos en la frontera norte. Recordando el paso de Augusto César Sandino por este puerto, dijo: "Respirar el aire de Tampico da malas ideas de rebelión, de rebeldía", y aseguró que lo que queda más cerca del sureste de Tamaulipas no es Estados Unidos, sino las montañas del sureste mexicano.

En referencia a las ciudades de Tampico, Altamira y Madero, dijo: "Lo que tiene este rincón de Tamaulipas es que junta la rebeldía del norte, la que se vio en la Revolución; la resistencia de los costeños contra las invasiones extranjeras, y la puerta de la Huasteca y de la sabiduría indígena".

Horas antes, la otra campaña se había reunido en un pequeño espacio teatral, donde se escucharon las voces locales. "Tampico fue un lugar nacionalista, donde se organizaron los primeros sindicatos. Pero ahora mucha gente ya quiere ser de Estados Unidos, y celebrar la fiesta esa del pavo (Acción de Gracias, o Thanksgiving)", lamenta un hombre ya mayor. "Una ciudad donde han corrido millones y millones de dinero, y sólo tiene una calle de entrada y otra de salida, y muchas calles no están pavimentadas", señala alguien más.

En este puerto terminó el recorrido tamaulipeco de la otra campaña, tras las reuniones del delegado Zero con adherentes de la Sexta declaración de la selva Lacandona en Ciudad Victoria, Altamira y Tampico, además de un encuentro con pobladores de la colonia popular Azteca, en Victoria, y otro con los pescadores de Nuevo Padilla, a orillas de la presa Vicente Guerrero. Lo que va del desencanto con el Estado y los partidos políticos a la búsqueda de alternativas, la disposición a transitar caminos inéditos.

Nuevo Padilla es el poblado que sustituye al Viejo Padilla hoy bajo las aguas de la presa. En los primeros tiempos de la nación independiente, allí fue fusilado el fallido emperador Agustín de Iturbide, lo cual impidió la restauración realista. Republicanos y todo, sus pobladores actuales sufren el olvido, la disminución y el engaño que ya son el sello de fábrica del neoliberalismo que gobierna México. Otra vez, pescadores a los que se les impide desarrollar esa actividad, para mejor favorecer a los ricos.

En las afueras de un templo cristiano, y con algunos "aleluya" de por medio, los pescadores relataron penurias y peripecias. Un hombre describió cómo elementos de la Armada lo despojaron violentamente de su embarcación, lo golpearon hasta fracturarle un brazo y lo arrojaron al agua junto con dos menores que lo acompañaban; nadaron tres kilómetros; poco faltó para que se ahogaran. ¿Su "delito"? Pescar lobina negra, privilegio exclusivo de los "deportistas" nacionales y extranjeros que participan en "prestigiados" torneos internacionales de tan estúpido "deporte" que aporta divisas al gobierno y a los inversionistas.

Los lugareños en cambio, temerosos siempre de que los despojen de barcas, redes y hasta sus viviendas, no tienen otra posibilidad de trabajo. Se les impide organizar cooperativas o sindicatos. Tampoco hay opciones de trabajo en la cabecera municipal. A sus habitantes se les trata oficialmente como enemigos o como estorbo. El agua de Nuevo Padilla no es potable, pues la contamina el drenaje de Barretal, lo cual causa enfermedades y decesos. Esto, a pesar de los tres ríos que rodean la localidad. Las tarifas de agua y luz resultan impagables, pues por increíble que parezca, ahora sale más caro ser pobre que rico. No hay una clínica de buena calidad. La biblioteca pública fue desmantelada. Para colmo, quienes toman la palabra ante el delegado Zero lo hacen con miedo. "El gobierno nos tiene con su pie en nuestra cabeza", manifiesta una mujer.

Por lo demás, abundaron testimonios de cómo la delincuencia organizada domina Tamaulipas. Así, los narcojuniors del grupo La Malla aterrorizan en las playas de Tampico, asesinan impunemente, asaltan, y en los bares que controlan abusan de mujeres. En la reunión de adherentes de Tampico se afirmó que el narcotráfico se ha recrudecido en meses recientes, desde que llegó a la gubernatura el priísta Eugenio Hernández. En la capital misma, Victoria, es vox pópuli que la policía está al servicio de las bandas del narco que controlan la ciudad. En Tampico, las "fuerzas oscuras" secuestran mujeres, "castigan" a ciudadanos. Estamos, dijo un adherente, "bajo el crimen y el capitalismo más atrasado y depredador". Predominan el control sindical corrupto, los contratos de protección que benefician a las empresas y la explotación laboral fuera de la ley en industrias y maquiladoras.

En la colonia Monte Alto de la ciudad industrial de Altamira, el subcomandante Marcos había dicho: "Hemos recorrido ya todo el país y no hay ningún cambio. El gobierno y los jueces están para servir a los que tienen dinero. Hasta para recibir créditos se necesitan recursos; a los que no tienen, no les dan". Advirtió a simpatizantes y vecinos que se aproximaron que su lucha representa "la segunda independencia", ahora contra todos los que se están adueñando de territorios y recursos.

Por eso, Marcos había expresado a los pescadores de Nuevo Padilla: "Queremos una nueva Constitución que diga que el trabajo es de los trabajadores, y la tierra de los campesinos".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.