Continúan las investigaciones por la muerte del espía ruso Aleksandr Litvinenko
Posible, un contagio masivo en Londres con polonio 210
Londres, 25 de noviembre. Cientos de personas en esta capital podrían tener que someterse a análisis para distinguir el polonio radiactivo mortal que mató al ex espía ruso Aleksandr Litvinenko. Rastros de polonio 210, con el que supuestamente fue envenenado, fueron hallados en el hotel Millennium de Grosvenor Square, en el restaurante japonés Itsu de Piccadilly ambos en el centro de Londres y en el domicilio del ex agente.
Antes de sentirse indispuesto el primero de noviembre, el ruso había estado en ese hotel y después en el restaurante. La investigación se centra ahora en determinar sus movimientos e identificar a la gente con la que se reunió antes de caer enfermo.
La británica Agencia de Protección de la Salud pidió ser contactada por todos aquéllos que frecuentaron ese día los mismos sitios que el ex agente.
El jefe de los médicos británicos, Liam Donaldson, también aconsejó a hospitales y funcionarios cómo proceder frente a riesgos del polonio 210. "Sólo representa peligro si penetra en el cuerpo, al respirarlo, ponérselo en la boca o si entra en una herida. No es un peligro radiológico mientras permanezca fuera del cuerpo", sostuvo.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, negó cualquier implicación del Kremlin en el asunto y condenó el hecho de que se utilice su muerte como provocación política.
La prensa oficial rusa también apuntó una nueva hipótesis para desvincular al Kremlin con el deceso. El diario Rossiyskaya Gazeta especuló con la posibilidad de que el oligarca ruso Boris Berezovsky, amigo de Litvinenko, hubiera orquestado su asesinato para desacreditar a Moscú.
Según el diario británico The Independent, la policía investiga la hipótesis de que Litvinenko se haya suicidado para fingir un asesinato y acusar del mismo al Kremlin.