Miguel Sabah hizo el empate, pero desperdició dos oportunidades claras de gol
Guadalajara descarrila a Cruz Azul y es el primer semifinalista
Oswaldo Sánchez volvió a lucir en la meta rojiblanca con grandes lances
El marcador global favoreció a los visitantes (4-2)
Chepo de la Torre cedió la iniciativa a los Cementeros
Ampliar la imagen Anotación de Miguel Sabah, al 60 de acción, para dar el empate 2-2 a Cruz Azul Foto: José Antonio López
La maldición del superlíder hizo descarrilar a un Cruz Azul que ayer empató 2-2 ante las Chivas, pero quedó eliminado con global de 4-2. La Máquina dio un gran partido, pero el ex chiva Miguel Sabah en forma increíble falló goles cantados y Oswaldo tuvo a la diosa fortuna de su lado, así el Guadalajara se convirtió en el primer semifinalista, a la espera de conocer a su rival en el siguiente escalón rumbo al título.
Por Chivas destacó Ramón Morales al anotar por la vía penal al minuto 38 y al 47, mientras por La Máquina Richard Núñez anotó al 44 y Miguel Sabah marcó el 2-2 al 60 de acción.
El estratega de Chivas, José Manuel de la Torre, saltó a la cancha del estadio Azul con un planteamiento defensivo y cedió la iniciativa y el balón al Cruz Azul que abrumó a la zaga rojiblanca. Hasta el defensa Joel Huiqui se animó a enviar un par de disparos sobre la meta de Oswaldo Sánchez, quien lució en una espectacular atajada al minuto 16 ante un potente remate del uruguayo Richard Núñez.
Mientras en el graderío las playeras en rojo y blanco cubrían tres cuartas partes, en la cancha el dominio era azul absoluto. César Chelito Delgado buscó surtir de balones a Miguel Sabah, en tanto Núñez y Gabriel Pereyra redondeaban el acoso, al punto de que Oswaldo recibió un cartón amarillo por hacer tiempo, en el intento de darse un respiro.
Parecía que el gol celeste era cuestión de tiempo, sin embargo, en una descolgada Alberto Medina avanzó por el carril derecho, centró en busca de Omar Bravo, quien fue fauleado con un codazo por Salvador Carmona, y el silbante Manuel Glower decretó la pena máxima al tiempo que amonestó a Carmona. Ramón Morales anotó con tiro por abajo a la izquierda.
Cruz Azul arrastraba sus últimas esperanzas y decidió sacar el resto de amor propio. Al 44 de acción Oswaldo trabó al Chelito Delgado en lo que parecía un claro penal, el cual hubiera significado la segunda amarilla y expulsión para el guardameta tapatío; sin embargo, el silbante decidió aplicar la ley de la ventaja porque enseguida apareció Núñez para anidar el balón en las redes con tiro cruzado.
En el complemento, Morales enfrió el brío de los Cementeros con un gol tempranero. El estrafalario Adolfo Bautista, con guantes rojos, medias transparentes, un zapato blanco y otro rojo, sirvió para Bravo, cuyo centro fue conectado por Morales, un fogonazo cruzado ante el que Oscar Conejo Pérez nada pudo hacer.
El júbilo estalló en las tribunas porque el estadio Azul no fue la excepción y el Rebaño Sagrado jugó como en cualquier plaza del país, como en casa, cobijado por su gran afición.
El empate para La Máquina derivó de un tiro de esquina que cobró Delgado, Pereyra cabeceó y al contrarremate llegó Sabah.
De la Torre optó por defender su ventaja en el marcador global y dar descanso a sus principales atacantes. Bravo hizo gran berrinche ante la orden de salir para el ingreso de José Patlán; enseguida salieron Ramón Morales y Adolfo Bautista, para dejar sus lugares a Omar Esparza y Sergio Santana.
Antes de irse al descanso Morales estuvo a punto de clavar un tercer tanto, pero su tiro resultó muy elevado. Los de casa siguieron en plan de vender cara su derrota, no obstante, los lamentos acompañaron cada arribo ante la gran tarde de Oswaldo, quien además tuvo buena suerte, lo que contrastó con Sabah, quien pareció tener el corazón todavía del lado chiva, su ex equipo, pues falló increíbles opciones.
En una de los más vistosos arribos cementeros el Chelito Delgado limpió el carril derecho, dejó sembrados a tres contrarios, llegó casi a línea de fondo para servir a Sabah, quien ante marco abierto remitió un tiro infame que se fue por arriba. Tres minutos después, con la marca encimosa de Héctor Reynoso, Sabah estrelló la pelota en el poste derecho.