Descarta perdonar a causantes de disturbios; anuncia que va por la barricada de Cinco Señores
Esto se está normalizando, señala Ruiz rodeado de policías y priístas
Cegeacheros, atencos y panchos villa, la mayoría de los participantes en la violencia, descalifica
Ampliar la imagen Ulises Ruiz, durante su recorrido de ayer Foto: Francisco Olvera
Oaxaca, Oax., 26 de noviembre. No cesaban de volar los helicópteros de la policía estatal y de la Policía Federal Preventiva (PFP); en tierra, los rondines de las corporaciones oaxaqueña y federal en calles céntricas fue el entorno en que el gobernador, Ulises Ruiz volvió al centro histórico para sugerir: "esto se está normalizando..."
Desde temprano cuadrillas municipales y estatales se afanaron en limpiar los estragos de la batalla para que Ruiz sólo recorriera los edificios que fueron incendiados sin las muestras de la refriega. El sitio donde hasta ayer permanecía el campamento de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) fue el escenario que el gobernador usó para proclamar que no habrá perdón; que se irá tras los "delincuentes" que provocaron los "disturbios" y hasta para anunciar, engallado por el cerco policiaco, "vamos a levantar la barricada de Cinco Señores".
Irá por todos
Ruiz ocupó ese espacio para dar su parte de detenidos: 160 que, dijo, serán consignados bajo la premisa de aplicar "todo el peso de la ley". No sólo eso, anticipó que van a ir por todos los que participaron en los hechos violentos, en su mayoría, dijo en afán descalificatorio de la movilización, "son atencos, cegeacheros y panchos villa".
Contrariamente a la versión del gobernador ofrecida la víspera sobre la ausencia de heridos, la Cruz Roja reportó 53 atenciones que requirieron hospitalización y, un vez atendidos, salieron. Decenas más, atendidos en siete puntos del centro de la ciudad, en su mayoría por irritación en los ojos y por afecciones en vías respiratorios producto de los gases lanzados por la PFP. Reportes extraoficiales daban cuenta de al menos 10 personas hospitalizadas en clínicas del IMSS por heridas de bala.
Los informes de daños materiales oficiales no precisaron el número de inmuebles afectados; la Dirección de Tránsito del estado reportó casi 40 automóviles incendiados.
Desde el púlpito, el arzobispo José Luis Chávez Botello advirtió que "es urgente establecer nuevas y mejores relaciones de los gobernantes con cada uno de los sectores y con toda la sociedad. No olvidemos que a todos, pero especialmente a quienes están investidos de responsabilidad política, jurídica y profesional, corresponde ser testigos de una convivencia digna del hombre".
Meses sin pararse en el corazón de la capital oaxaqueña y hoy lo hizo como si fuera un candidato. Arropado por sus huestes priístas que lo vitorearon pero no le quitaron el semblante preocupado, descompuesto aún más por los estornudos causados por los gases que la víspera fueron lanzados masivamente durante la intensa refriega entre la PFP y la APPO.
Muy de mañana los rondines de la policía estatal comenzaron para no detenerse en casi todo el día. La PFP se replegó de nuevo a salvaguardar el centro histórico y sólo ofrecer "apoyo coordinado" a las policías estatal y municipales cuando lo requieran.
Así, se presentaron en el sector Reforma, donde se reportó un incendio provocado según mandos policiacos "por dos encapuchados que amarraron al vigilante de las oficinas".
Quien también se apersonó en los edificios incendiados fue la procuradora estatal, Lizbeth Caña Cadesa, donde los peritos de la dependencia levantaban pruebas de los sucesos. Caña dijo que 40 agentes del Ministerio Público que conforman el área del centro histórico de la ciudad estaban integrando las averiguaciones previas relativas a los incendios.
Según el gobernador, entre los inmuebles afectados se encuentran las sedes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) local, la Secretaría de Turismo, el teatro Juárez y la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Oaxaca.
En el recorrido una cauda de priístas combinaban consignas por la permanencia del gobernador con los consabidos "Muerte a la APPO" y "Fuera PRD".
Durante casi hora y media verificó que la vida en el estado "vuelve a normalidad", dijo, flanqueado por el líder del Congreso, Bulmaro Rito Salinas, y el presidente del TSJ, Hector Anuar Mafud, quien señaló que ardieron 6 mil expedientes en los hechos del sábado. Sólo los que corresponden a los juzgados penales podrían recuperarse, no así en los casos de los procesos civiles.
Los gritos de 50 priístas lo arroparon en su recorrido por las zonas afectadas, pero Ruiz no pudo evitar osadas manifestaciones de repudio. De entre su séquito surgió una mujer que le soltó: "Ulises, ya renuncia, queremos paz" y pasos adelante otra que le exigió "No a la amnistía".
Esta última parece ser la línea que seguirá el gobernador, según anuncio tras referirse a las detenciones de la víspera: "vamos a seguir avanzando hoy contra quienes cometieron actos vandálicos; que paguen, vamos a defender las instituciones. Es una ciudad que ya se está normalizando, estos actos vandálicos son precisamente eso, que ante la falta de convocatoria, se recurre a ello".
Se habla de que hubo torturas en las detenciones se le planteó.
No, de ninguna manera, pero de cualquier forma ahí están las instancias legales.
Ruiz aseveró que hubo varios extranjeros en la movilización y que buena parte de los detenidos provienen de la capital del país y el estado de México.
Como colofón del recorrido, en uno de los parques cercanos a Santo Domingo, Ruiz atendió por teléfono a una entrevista radiofónica, en la que insistió en que "el conflicto se está superando".
Los recorridos policiacos continuaron todo el domingo, la vísperas de que, como anunció la APPO, hoy busque reinstalar el plantón en la plaza Santo Domingo.