Los Zorros dominaron los primeros 50 minutos, pero luego perdieron efectividad
América vino de atrás y con la ayuda de Blanco eliminó al Atlas
El clásico ante Chivas, el extra en la liguilla
Gracias al espíritu combativo avanzamos: Tena
Veníamos jugando a la perfección, se lamenta Romano
Ampliar la imagen El ingreso de Cuauhtémoc Blanco marcó la diferencia para el América Foto: Ap
Lo que parecía un encuentro de mero trámite, estuvo a punto de atragantársele al América que debió esperar el ingreso de Cuauhtémoc Blanco para darle dirección al equipo y empujarlo al empate 3-3 ante Atlas, con lo que logró el pase a las semifinales, gracias al global 6-4.
Ahora, el equipo de Coapa protagonizará una vez más el clásico del futbol nacional al enfrentar al Guadalajara, para dirimir a uno de los finalistas del Apertura 2006, ya que el otro invitado a la fiesta última saldrá de entre Toluca y Pachuca.
El exceso de confianza por el marcador a su favor obtenido en Jalisco hizo desaparecer del terreno de juego al cuadro local, que se caracterizó por sus imprecisiones, ante un Atlas que mostró no sólo orden, sino eficacia en sus avances, como demostró el primer gol anotado por Andrés Guardado al minuto 14, cuando envió un tiro cruzado desde fuera del área, muy lejos del alcance del portero Guillermo Ochoa.
Tuvieron dos oportunidades más los rojinegros, por conducto de Hugo Rodallega, quien no supo aprovechar, pero sí causó espanto entre los aproximadamente 50 mil aficionados que incrédulos observaban cómo el cuadro local estaba bajo el dominio de los Zorros.
Y mayor fue el susto cuando al 26, Guardado mandó un centro donde los zagueros americanistas nada hicieron a la llegada de Daniel Osorno, quien rubricó el 2-0, que ponía en la antesala de las semifinales a los visitantes, que seguían dominando.
Para la segunda parte, Luis Fernando Tena hizo ingresar a Cuauhtémoc Blanco, pero la tónica del cotejo no varío en nada y lejos de despertar el cuadro anfitrión, recibió lo que parecía ser el gol que los aniquilaba, al darle el pase al Atlas momentáneamente. Al minuto 56 Manuel Tripa Pérez disparó con maestría y colocación un cañonazo desde fuera del área para el 3-0. Un verdadero golazo.
Debieron pasar unos minutos más para que el ingreso de Blanco surtiera el efecto esperado, ya que al 73, sin ningún compañero desmarcado, optó por probar suerte y con un disparo desde fuera del área hizo respirar de nuevo a los suyos con el 3-1.
Atlas no bajó los brazos, puso en peligro una vez más al marco de Ochoa, pero éste con buenas estiradas evitó la anotación, no así su homólogo Mario Rodríguez, quien nada pudo hacer para impedir el 3-2 de Salvador Cabañas.
A nueve minutos del final, América volvió a armar una jugada que lo llevó al marco rival; José Antonio Castro intentó definir con potente disparo, pero Juan Santiago alcanzó a desviar, pero para su mala fortuna incrustó el esférico en su propia portería para el 3-3 definitivo.
El estratega americanista, Luis Fernando Tena, destacó que "la banca nos respondió", ya que los tres cambios que hizo le dieron los resultados esperados al lograr las anotaciones necesarias, pero fue el "espíritu combativo" lo que los condujo a las semifinales.
Y fue más allá al dejar en claro que el suyo, es "un equipo con mucho carácter y personalidad, que lucha siempre hasta el último momento. Creo que a este América hay que matarlo dos veces".
El director técnico de los rojinegros, el argentino Rubén Omar Romano, debió admitir que Blanco marcó la diferencia, pues el América estaba prácticamente eliminado de la liguilla, aunque reconoció el espléndido papel hecho por los suyos al anotarle tres goles a las Aguilas en su propio estadio.
Luego de apuntar el "extraordinario primer tiempo que hicimos, veníamos jugando a la perfección", insistió en que la anotación de Blanco "fue la clave que cambió el partido", indicó Romano, al ser también un fuerte golpe en lo anímico para sus pupilos.