La inquietud del filósofo por la libertad y la justicia nació en esa región autónoma
Homenaje de Andalucía a Adolfo Sánchez Vázquez, en la FIL
Fue ''en Málaga donde afloraron mis tempranas vocaciones: la literaria y la política'', escribió en texto que leyó su hija Aurora
La labor que se le reconoce la desarrolló casi toda en México
Guadalajara, Jal., 27 de noviembre. Con el doble gozo de que fue su natal Andalucía quien lo promovió y que la sede escogida fue el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, Adolfo Sánchez Vázquez (Cádiz, 1915) recibió un homenaje este mediodía.
La calidez llenó un recinto con pocas personas, una especie de exilio a varios kilómetros de la Feria Internacional del Libro (FIL) que se desarrolla en Expo Guadalajara, donde en voz de su hija Aurora, el poeta y filósofo quien no pudo asistir por motivos de salud recordó que aquí recibió dos años atrás el doctorado honoris causa, un día lluvioso en el cual se dio el lujo de olvidarse de academicismos y denunciar abiertamente la detención, tortura y procesos penales en contra de altermundistas vejados el 28 de mayo de ese 2004, después de la marcha de protesta contra las políticas neoliberales que se ventilaban en la reunión de jefes de Estado y Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea.
Los recuerdos del exilio anudaron gargantas primero e hicieron que las lágrimas asomaran después. Sus amigos Luis Villoro y Federico Alvarez hablaron de encuentros y desencuentros en el ir y venir luego de terminado el exilio forzoso, tras el que queda el voluntario, porque nunca se deja de ser exiliado.
''Tuve la fortuna, como miles de republicanos, de poder acogerme al terminar la guerra a la hospitalidad, tan generosa como desinteresada, que nos brindó el entonces presidente de México Lázaro Cárdenas, y fue aquí donde se desarrolló la trayectoria que hoy reconoce la Junta de Andalucía que tan dignamente representa a la Andalucía demócrata y autónoma de hoy, más justa e igualitaria que la que yo conocí y con la que soñé durante tantos años en el exilio", dijo Sánchez Vázquez desde la distancia de su lecho en la ciudad de México, apenas hace unos días, en dictado a su hija Aurora, quien lo leyó debajo de los murales de José Clemente Orozco.
En el texto leído, el filósofo agradece a la Junta de Andalucía, pero en particular se detiene en México para recordar que sus más de 50 años como docente y la treintena de libros publicados no habrían sido posibles ''sin esta noble hospitalidad" que, extendió, también recibió en la UNAM.
''La trayectoria que tan honrosamente para mí se reconoce, se desarrolló casi toda su totalidad en México, en el transcurso del larguísimo exilio y los años posteriores a éste. Dentro de esta larga trayectoria debo precisar que fue en tierras andaluzas y concretamente en Málaga, donde afloraron mis tempranas vocaciones. La primera fue la literaria, que se tradujo en un libro de poemas El pulso ardiendo y la fundación de la revista Sur (...) La segunda vocación en la Málaga convulsa de los años 30 del siglo pasado fue la política, que encontró su cauce en mi activa militancia en la Juventud Comunista después de fundirse ésta con la Juventud Socialista".
De ahí, agregó, obtuvo la marca y siguió los valores de libertad, justicia e igualdad social como propios para moldear una ideología humanista y socialista ''que me inspiró desde mis años juveniles hasta hoy".