Cambio de gobierno
Anoche ya no hubo "serenatas" en San Lázaro; el cerco militar agrava la tensión
La tregua propicia que la piyamada deviene en tamalada blanquiazul
La falta de acuerdos entre dirigentes de PRD y PAN abonó, por segunda jornada, al teatro del absurdo entre los diputados de ambos partidos, quienes cambiaron el rostro de la tribuna del Congreso por la de un mercado donde amanecieron, en extraña convivencia, degustando finos tamales.
A diferencia de la madrugada del miércoles, cuando las letras de las piezas musicales de José Alfredo Jiménez surgían del bando panista, anoche el rey del tomate, Andrés Bermúdez, no logró que sus compañeros blanquiazules lo acompañaran a cantar Las mañanitas.
La lucha cuerpo a cuerpo, que el martes intensificó el encono entre los legisladores de PAN y PRD, cambió a una forzada convivencia entre aquellos que aseguran que no son iguales a sus iguales y manifiestan representar a las clases pudientes, y quienes enarbolan la bandera de la pobreza. A distancia, sin llegar a la camaradería, no les quedó más remedio que soportarse.
Así transcurrieron las horas. Con la misma imagen de la tribuna camaral la misma que ya dio la vuelta al mundo tomada por panistas y perredistas. De lo chusco de la serenata de los legisladores federales se pasó al ambiente de lonchería.
No fue un desayuno de tamales de carrito, aquellos de chile, de dulce y de manteca. No, la exquisitez hizo ac- to de presencia y los panistas se atendieron muy bien dadas las condiciones, al mandar hacer de champiñones, de pollo y queso manchego con rajas. Alrededor de 50 legisladores, de los 226 que integran la bancada, se dejaron consentir por un empleado de servicios parlamentarios del PAN, que iba y venía por toda la mesa directiva y la secretaría de la cámara con una charola humeante.
Ser diputado tiene sus privilegios: no cualquier mexicano puede presumir haberse desayunado un tamal en el sitio donde son investidos los jefes del Estado mexicano. Y es que a las ocho de la mañana, al final de la segunda madrugada en resguardo de la tribuna y de la "legalidad", como claman ellos en una manta, los diputados de Acción Nacional recibieron tamales para el desayuno.
Y como ya todo en el salón de plenos de la Cámara de Diputados es chunga, desde el "corral de la ignominia" los somnolientos fotógrafos gritaron, como ocurre en cualquier esquina de la capital: "¡Haaaay tamaaaales!"
En el Palacio Legislativo, durante las pasadas dos noches se ha diluido el pudor en torno a las instituciones. Si los diputados han pasado casi 72 horas apoltronados en la tribuna, como si se tratara de la sala de su casa, qué más daba deshojar un tamal y comérselo a en el mismísimo lugar donde pretenden que Felipe Calderón Hinojosa tome protesta hoy como presidente de la República.
La mofa de fotógrafos y un grupo de reporteros provocó que la diputada panista por Guanajuato Elia Hernández Núñez, despeinada y en pants, se acercara al corral para compartir el desayuno con los que quisieron. ¡La operación tamal en el Poder Legislativo! Y todo transmitido en vivo por el Canal del Congreso, que en estos días ha alcanzado uno de sus máximos raitings, al transmitir el reality show legislativo, y nada menos que VIP, es decir, lo que hace la very important people de Acción Nacional.
Las diputadas del PAN, por ejemplo, asumieron como silla la madera de la tribuna y ahí se aposentaron. Pero no, según ellas, los nacos son los perredistas, y así se los hacen sentir desde la derecha con esa manta puntillosa: "PRD, ya basta de circo político".
Aunque en el blanquiazul también hay algún viso de arrepentimiento. El sonorense Luis Fernando Rodríguez Ahumada, quien intercambió insultos con cuanto perredista se le puso enfrente la tarde del martes, ayer distribuyó una carta a sus compañeros para "sincerarse" con un lenguaje propio de un catedrático de la Universidad del Noreste, donde es docente:
"En las posiciones radicales nos estamos llevando entre las patas el prestigio de este poder el Estado mexicano. La pobreza de millones de mexicanos, la inseguridad, la falta de desarrollo o el fortalecimiento de la democracia y la transparencia no se superarán peleándonos como perros y gatos. Seguir haciendo de la política un circo no nos llevará a ningún cauce positivo."
A los panistas se les agotaron, en las primeras horas de ayer, las ganas de cantar en la tribuna. Salvo Andrés Bermúdez, el rey del tomate, que se perdió de las trifulcas porque estaba "en el otro lado", y eso que había prometido públicamente enfrentar a los perredistas que pretendieran evitar la toma de protesta de Calderón, se paseó en la madrugada por el salón cantando Las mañanitas, junto con su compañero de bancada Nicolás Morales.
Ahora se sabe que no se quita la tejana ni las botas para dormir, y a las cuatro de la madrugada, de plano, se bajó de la mesa directiva y caminó hacia el corralito que contiene a los informadores:
"¡Tengo que echarle bronca a los medios; se me están durmiendo!", exclamó, y a zancadas alcanzó la zona de curules y después se acercó a los reporteros.
Tan singular personaje, siempre vestido de negro y ahora también de diputado del PAN vaticinó que las últimas cuatro horas previas a la toma de protesta de Calderón serán las más difíciles, porque, según su punto de vista, el PRD tratará de hacerse del control de la tribuna. "Lo van a intentar, están desesperados", dijo.
Para el rey del tomate, si el Frente Amplio Progresista ya le tomó protesta a Andrés Manuel López Obrador como "presidente legítimo", y el PAN no les boicoteó ese acto, ahora PRD, PT y Convergencia deben actuar recíprocamente: "que nos dejen que tome protesta el Presidente".
¿Y sí va a rendir protesta, o no?
¡Cueste lo que cueste y aquí, en este recinto! exclamó envalentonado.
El cerco a San Lázaro
Poco después de la medianoche, el cerco policiaco y del Estado Mayor Presidencial se reforzó con la llegada de unos 200 marinos de la Armada de México, con uniforme de campaña y pasamontañas. La Policía Federal Preventiva reforzó las vallas y nuevamente se fortaleció el cerco a San Lázaro.
El arribo de esas fuerzas especiales fue discreto. Instalaron como base el nuevo edificio administrativo aún por concluir, y desde ahí los mandos dirigen los desplazamientos y posiciones de sus subordinados. En todos los edificios de San Lázaro operan los militares vestidos de civil, que vigilaban a la distancia y anotaban los movimientos de periodistas y empleados del Congreso.
Durante el día, los coordinadores sólo consiguieron ampliar hasta la medianoche la tregua, para evitar nuevos enfrentamientos entre los panistas y perredistas que se mantienen en la tribuna,