Ministros que deseen relevar a Azuela deberán presentar su programa de trabajo
Comienza hoy un inusitado proceso de sucesión en la Suprema Corte de Justicia
Juan Silva y Guillermo Ortiz, quienes tienen más posibilidades de ser electos
Este lunes se inicia un proceso de sucesión inusitado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Por decisión del pleno, los ministros que busquen suceder a Mariano Azuela Güitrón en la presidencia del máximo tribunal deberán hacer oficial, a más tardar mañana, su interés con la presentación de su programa de trabajo.
Información obtenida en el máximo tribunal señala que los ministros Juan N. Silva Meza y Guillermo I. Ortiz Mayagoitia son quienes tienen mayores posibilidades de ser elegidos en la sesión pública del 2 de enero próximo, aunque se sabe que José de Jesús Gudiño Pelayo y Sergio Valls Hernández preparan los proyectos necesarios para cumplir dicho requisito, en tanto que Olga Sánchez Cordero todavía analiza si entra a la contienda.
Según fuentes de primer nivel consultadas, en esta ocasión el relevo, en el que compiten palmo a palmo Silva Meza y Ortiz Mayagoitia, va más allá de la sustitución de un funcionario.
Se trata de dos visiones sobre cómo debe actuar la Corte ante las nuevas condiciones del país. Por un lado, explicaron los informantes, está el ministro Silva Meza, quien ha dejado huella en la búsqueda de nuevas formas de ver el derecho.
Por ejemplo, su postura solitaria de que el delito de genocidio no sólo debe ser imprescriptible, sino que también sea perseguido de manera retroactiva con base en la Convención de delitos de lesa humanidad; su decisión en favor de que la investigación sobre la presunta violación a las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho llegue al fondo, y que la Corte investigue las redes de pederastia que han sido denunciadas (el asunto sigue en trámite). Además, su exigencia al Consejo de la Judicatura Federal para que revise el método de selección de jueces y magistrados federales, ante el fracaso en años recientes.
Esas y otras opiniones dan constancia de una forma más abierta de ver el derecho, opinaron. Eso contrasta con el estilo de Ortiz Mayagoitia, quien es más ortodoxo y apegado a lo que está estrictamente establecido en la Constitución. Curiosamente, en el asunto de Lydia Cacho se opuso a que la SCJN ejerciera su facultad para investigar inicialmente los hechos.
De acuerdo con las opiniones recabadas, Silva Meza y Ortiz Mayagotia tienen en común que son ministros con carrera judicial sólida y reconocida, pero la diferencia en su forma de resolver los asuntos es evidente en el quehacer cotidiano de la Suprema Corte.
Por otra parte, hay quienes señalan que desde hace muchos años la SCJN no ha tenido un presidente que pertenezca a la primera sala, la cual ya presidió Silva Meza, quien por cierto es el único penalista reconocido que integra actualmente el máximo tribunal.
Ortiz Mayagoitia, por su parte, pertenece a la segunda sala, la cual, en su momento, también encabezó.
Según fuentes consultadas, Ortiz Mayagotia contaría con el apoyo del ministro presidente, Mariano Azuela Güitrón, y tendría en su favor el voto de dos de sus compañeros.
En tanto, Silva Meza tendría asegurados tres sufragios.
A dos votos
Así, los dos ministros están a dos votos de conseguir la mayoría necesaria para ser electos. Eso en espera de que en los próximos días el Senado designe al sucesor de Juan Díaz Romero, quien dejó su cargo el pasado 30 de noviembre.
Sin embargo, debido a lo cerrado de la contienda, el que los ministros Gudiño Pelayo, Valls Hernández y, eventualmente, Sánchez Cordero presenten también su proyecto, abre la posibilidad de "destrabar" la elección en caso de que no haya acuerdos y los ministros opten por "otra salida" que no genere conflicto a la institución.
Este lunes y martes, de acuerdo con la reciente modificación del reglamento interno del pleno de la SCJN, todos los aspirantes deberán presentar su proyecto de trabajo el plazo vence el 5 de diciembre, con lo que oficialmente se dará inicio a la carrera por la presidencia de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal, órgano encargado de vigilar y administrar la carrera de jueces y magistrados.
Anteriormente, las intenciones de quienes aspiraban a la presidencia de la SCJN se mantenían en privado. No era necesario presentar ningún proyecto de trabajo, y los "amarres" salían a la luz pública el día de la elección.