México SA
Seguirá negro el panorama para el empleo
Aplicación poco transparente de la ley de transparencia
Ampliar la imagen El presidente Felipe Calderón y su equipo de gobierno, tras la firma del decreto de austeridad en Los Pinos, el pasado 3 de diciembre Foto: María Meléndrez Parada
Es una lástima, porque tampoco Felipe Calderón cumplirá una de sus principales promesas de campaña, la de convertirse en "el presidente del empleo". Cuando menos no en el primer año de estancia en Los Pinos, con ganas de incumplir durante el sexenio completo, como hicieran sus cuatro predecesores.
De entrada, la lectura distorsionada de la realidad nacional (abreviada en el paquete económico 2007, entregado a la Cámara de Diputados) lo lleva a pronunciar una sentencia verdaderamente temeraria. En los Criterios de Política Económica, que ya conocen los inquilinos de San Lázaro, presume que "el dinamismo registrado por la actividad económica se ha reflejado en una clara mejoría de los indicadores del mercado laboral, puesto que las cifras de empleo formal han alcanzado máximos históricos, las tasas de desocupación nacional y urbana han disminuido y los salarios reales han mantenido su crecimiento".
Dicha lectura es prácticamente idéntica a la que celebraba en los últimos días del "cambio" el vocero de Los Pinos, cuando aseguraba que "hay noticias económicas extraordinarias, realmente extraordinarias...", y lo festinaba justo cuando el INEGI daba a conocer que la tasa oficial de desempleo abierto en el país se incrementó a 4.02 por ciento, y en las zonas urbanas a 5.11 por ciento, ambas cifras en octubre pasado, con lo que confirmaba que el déficit de empleo a lo largo del sexenio foxista, sólo en él, se aproximaba a 6 millones de plazas.
Como lector de la realidad nacional, el nuevo mini inquilino de Los Pinos rápidamente pasa las páginas en negro y se concentra en las pocas, muy pocas, en blanco. Por ejemplo, es feliz al recordar que en 2006 (hasta la primera quincena de noviembre) un millón 33 mil empleos formales (55 por ciento de ellos eventuales) se registraron en el IMSS, con lo que según ellos, existe "una clara mejoría de los indicadores del mercado laboral", aunque parece olvidar que en busca de empleo 3 millones de mexicanos emigraron al dorado norte a lo largo del "cambio".
Concluye, entonces, que las cosas van de maravilla. La realidad, sin embargo, es tajantemente distinta: durante el "cambio", sólo se generó el 18 por ciento de los puestos de trabajo demandados en ese mercado laboral que, dice, muestra "una clara mejoría", lo que desmenuzado implica que en cada uno de los años del sexenio foxista se crearon, en promedio, 224 mil empleos en la economía formal, contra un millón 200 mil requeridos.
Días atrás, el flamante secretario de Economía, Eduardo Sojo, se quejaba (no creo que fuera por presunción) de que en los últimos 25 años la generación promedio anual de empleo sólo ha sido de 290 mil plazas anuales, pero en el exceso durante el foxismo (de cuyos dislates Sojo no puede zafarse) ese de por sí raquítico monto se redujo a 224 mil por año, y para colmo la mayoría eventuales. ¿Esta es, acaso, muestra de "una clara mejoría de los indicadores del mercado laboral"?
Sólo que lea con gruesos lentes oscuros, sin luz y de noche se entiende aquello de la "clara mejoría", porque en el sexenio del "cambio" la demanda real de puestos de trabajo en el sector formal no fue menor a 7.2 millones de empleos, la que deberá satisfacer, más o menos en la misma proporción, el gerente de la "continuidad" con todo y magnates.
Para colmo, el "presidente del empleo" adelanta que en 2007 "se estima que la tasa de desocupación aumentará ligeramente" (con respecto a 2006), y que, de entrada, alrededor de 21 mil burócratas dejarán de serlo por la mágica tijera del recorte de personal entre los trabajadores al servicio del Estado.
Entonces, si el mini inquilino de Los Pinos pretende retomar la práctica foxista de negar lo evidente, utilizar la misma calculadora (la que suma o resta a conveniencia) y manipular el micrófono para sustituir la realidad, pues también está frito.
Las rebanadas del pastel
De Francisco A. Servín de Alba ([email protected]): "el 2 de octubre de 2006 hice una solicitud al Instituto Nacional de Migración, mediante el Sistema Integral de Solicitudes de Información (folio SISI 0411100042006), en la que pedí se me informara de dónde provino la supuesta solicitud para expulsar del país a los abogados y al dirigente de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes, organización establecida en Estados Unidos, que vinieron a dar una conferencia de prensa en septiembre pasado. Hace unos días se me contestó con la negativa que establece el artículo 14, fracción lV de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental. ¿Qué dice ese artículo en esa fracción?: 'Artículo 14. También se considerará como información reservada... IV. Los expedientes judiciales o de los procedimientos administrativos seguidos en forma de juicio en tanto no hayan causado estado'. Muy bien, acepté con el argumento rotundo del razonamiento. Obviamente, después de consultar a un amigo abogado qué significaba causar estado, lo cual me resolvió muy fácilmente al decirme: cerrar toda posibilidad de reclamo, dar por concluido un asunto en pocas y normales palabras. Pero, cuál sería mi sorpresa hoy por la mañana, cuando leí en la página en Internet del periódico Reforma la siguiente noticia: 'Acumula la PGR 79 casos de AMLO. Un informe del IFAI reveló que López Obrador tiene un récord de 79 averiguaciones previas iniciadas durante la última década en la PGR'. Sin ningún empacho se pasaron la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental por el arco del triunfo. ¿Será porque era información en contra del enemigo (que no adversario para ellos) político? Con base en esto ingresaré un recurso al IFAI, y seguramente en un tiempo más podré darles la información que pedí el 2 de octubre pasado".