La 109 legislatura acabó sólo con un muro, que se está cayendo antes de construirse
Evade nueva mayoría demócrata impulsar una reforma migratoria en Congreso de EU
Washington, 7 de diciembre. La 109 legislatura, que empezó su ciclo con promesas de una reforma migratoria integral pero acabó sólo con un muro (que incluso se está cayendo antes de ser construido), está por entrar a la historia y su sucesora aún no ofrece promesas sobre qué hacer con los inmigrantes.
La derrota de la mayoría republicana en las elecciones legislativas del 7 de noviembre marcó el fin de un liderazgo particularmente en la Cámara baja que había apostado a la carta antimigrante como parte de su fracasada estrategia electoral.
Legisladores que habían centrado sus campañas en el rechazo a una reforma y la promoción de medidas antimigrantes como el muro fueron derrotados en las urnas. Sin embargo, el triunfo de los demócratas, que controlarán ambas cámaras a partir de enero, no implica que habrá un renovado impulso a una reforma migratoria integral ni el fin de las medidas, y retórica, antimigrante.
Bill Richardson, gobernador de Nuevo México y figura del Partido Demócrata (está considerando postularse candidato presidencial en 2008, y hoy fue nombrado enviado especial de la Organización de Estados Americanos para asuntos hemisféricos, con énfasis en migración), declaró aquí que el primer paso hacia una solución del asunto migratorio es anular la legislación para construir el muro fronterizo.
"El Congreso debería abandonar por completo el muro", afirmó Richardson en discurso en la Universidad de Georgetown, y criticó las propuestas sobre migración como "un monumento a la demagogia". Consideró que "el nuevo elenco político en Washington implica que el Congreso tiene los números para aprobar una reforma migratoria comprensiva el próximo año que el presidente promulgará... tenemos una oportunidad histórica para resolver un problema que está deshaciendo a nuestro país".
Pero al parecer, Richardson es un poco optimista ya que el liderazgo de la nueva mayoría demócrata no ha mencionado el asunto, y ha buscado evadirlo. Al ofrecer las prioridades inmediatas de la agenda legislativa al inicio del nuevo Congreso en enero, el tema no fue mencionado en los últimos días por la próxima presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, ni por el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid.
El senador Joseph Biden, quien será el próximo presidente del Comité de Relaciones Exteriores, abordó el tema recientemente al señalar que el "sistema corrupto" de México es responsable de la migración y el flujo de drogas hacia Estados Unidos.
Biden y su colega la estrella demócrata Barack Obama votaron en favor del muro. Dos de sus nuevos pares demócratas que ganaron curules en la Cámara alta en esta elección Claire McCaskill, de Missouri, y James Webb, de Virginia han declarado su oposición a una amnistía a indocumentados.
"Sólo porque somos mayoría no implica que tenemos suficientes votos para un proyecto de ley de reforma migratoria", dijo recientemente la representante demócrata Loretta Sánchez a Los Angeles Times, y señaló que tendrán que evaluar la disposición de la nueva mayoría para proceder.
Un estratega demócrata de la Cámara calcula que aproximadamente la mitad de las casi 30 curules que los demócratas ganaron a los republicanos fueron obtenidas por quienes asumieron posiciones conservadoras en el tema, dijo el rotativo angelino.
Jeanne Butterfield, directora de la Asociación Americana de Abogados de Migración, considera que "ambos partidos tienen divisiones en sus filas sobre migración", y aún está por verse qué tan profundas son las divisiones entre los propios demócratas.
Otros analistas subrayan que cualquier reforma tendrá que gozar de apoyo bipartidista. Frank Sharry, director del Foro Nacional sobre Migración, advirtió que por las divisiones demócratas, una reforma "tendrá que ser bipartidista", o sea, gozar de apoyo republicano. Aun así, comentó Sharry a los medios, "en el mejor de los casos es 50-50".
Sin embargo, el hecho de que en la elección por lo menos cinco de los políticos más antimigrantes incluyendo uno cofundador de los Minuteman fueron derrotados, casi todos por altos márgenes, alienta a los promotores de una reforma.
Junto con ello hay indicadores de que la carta antimigrante no sólo no tuvo buena recepción en el electorado, sino que causó el deterioro del Partido Republicano en el apoyo que gozaba entre los latinos. En una de las encuestas de salida durante la elección, 57 por ciento de los votantes opinó que a los indocumentados se les debería ofrecer un mecanismo de legalización, y sólo 38 por ciento favoreció la deportación.
Pero el tema es sumamente espinoso, y el debate polarizado. Los nuevos líderes demócratas prefieren no abordar el tema de inmediato, tal vez ni por un año, y enfocarse en objetivos políticos menos contenciosos al iniciar su estancia como mayoría.
Tal vez una razón por la cual la 109 legislatura sólo logró aprobar un muro es que no tenía tiempo suficiente. Cuando concluya este viernes sus labores, éste será uno de los congresos que menos días trabajo tuvo, y durante 2006 habrá trabajado un total de 103 días, siete menos que el famoso ocioso Capitolio de 1948.
De hecho, el nuevo liderazgo anunció que los legisladores trabajarán cinco días a la semana en Washington, lo que provocó ira y pánico en algunos políticos profesionales. Mientras, el muro sigue como el gran símbolo del trabajo legislativo de este año y muestra de la gran relación de cooperación con México, discurso que repiten al infinito líderes de ambos lados de la frontera.