Dmitri Kovtun es testigo clave; Scotland Yard investiga
Otro ex espía ruso, con los mismos síntomas del asesinado Litvinenko
Ampliar la imagen Fotografía de archivo de Dmitri Kovtun Foto: Ap
Moscú, 7 de diciembre. No deja de ser una extraña coincidencia que, apenas la policía londinense recalificó como asesinato la sospechosa muerte de Aleksandr Litvinenko, "fuentes dignas de crédito" confiaron a una agencia noticiosa rusa que Dmitri Kovtun, testigo clave por ser uno de los tres ex agentes de los servicios secretos rusos reconvertidos en empresarios que se reunieron con su antiguo colega el día que resultó envenenado con polonio 210, presenta los mismos síntomas y hasta entró en coma.
Se afirma que el repentino agravamiento de la salud de Kovtun se produjo poco después de ser interrogado esta tarde por representantes de la procuraduría rusa, en presencia de varios de los detectives de Scotland Yard que vinieron a Moscú a investigar el asesinato de Litvinenko siguiendo la pista que consideran más verosímil.
El abogado de Kovtun, sin embargo, desmintió por la noche esta información y dijo que el estado de su cliente no ha cambiado, aunque continúa siendo "delicado".
El simple hecho de que la policía de Londres esté convencida de que hay que buscar a los asesinos de Litvinenko en Moscú provocó una reacción colérica en el Kremlin, que se tradujo en una ofensiva diplomática con el reiterado mensaje de que se está afectando la relación bilateral, al tiempo que dio línea a los medios de comunicación bajo su control de atribuir hasta la saciedad la autoría del crimen a "los enemigos de Rusia".
La procuraduría local, obsesionada por cumplir el encargo superior de lograr la extradición de connotados opositores rusos que encontraron refugio en Londres como asilados políticos, algunos señalados como enemigos personales del presidente Vladimir Putin, no puso objeción a colaborar con Scotland Yard.
Pero detrás de la aparente buena voluntad se está imponiendo la engañosa fórmula de ayudar entorpeciendo la labor de los detectives británicos en Moscú, que todavía siguen esperando que los médicos autoricen rendir declaración a Andrei Lugovoi, fuera del alcance de preguntas incómodas en una clínica de esta ciudad.
En la lógica de arrebatar la iniciativa a Scotland Yard parece inscribirse el repentino empeoramiento de Kovtun, quien durante un buen rato tampoco tendrá que responder más preguntas y, mientras se confirma o desmiente la gravedad de su estado, sirvió de fundamento a la procuraduría rusa para abrir una investigación penal propia por "el intento de asesinato del ciudadano ruso Dmitri Kovtun en Londres".
Desde Londres, agencias noticiosas reportaron que el cuerpo de Litvinenko fue enterrado en el cementerio Highgate, donde también están los restos de Karl Marx. Unas 30 personas familiares y amigos acudieron al funeral y a la ceremonia en una mezquita islámica, religión a la cual se convirtió el ex espía en sus últimas semanas de vida.
También en esa capital, siete empleados del hotel Millennium, donde estuvo Litvinenko a principios de noviembre, dieron positivo en la prueba de detección de polonio 210, aunque en "bajos niveles".