Usted está aquí: domingo 10 de diciembre de 2006 Cultura Por desconocimiento se menosprecia al clavecín, considera Agueda González

Presentará mañana en Bellas Artes un disco con material contemporáneo

Por desconocimiento se menosprecia al clavecín, considera Agueda González

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Agueda González durante la entrevista Foto: Yazmín Ortega Cortés

Considerar obsoleto al clavecín es un error enorme, además de un gran acto de injusticia, sostiene Agueda González:

"El hecho de que se le relacione casi de manera exclusiva con música antigua no significa que no sea un instrumento actual, contemporáneo; lo es desde el momento mismo en que hoy día existe alguien que lo toca."

Una forma como la intérprete demuestra la vigencia y el buen estado de salud de ese instrumento es la realización de un disco compacto integrado únicamente con repertorio contemporáneo.

Agueda González: XX-XXI Música mexicana para clavecín es el título de dicho álbum, coproducido por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y Quindecim Recordings, el cual será presentado este lunes, a las 19 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Contiene una selección de 13 piezas de autores nacionales escritas ex profeso para esta clavecinista, aunque en épocas distintas. Así, hay obras entre las que median hasta casi 25 años de diferencia.

Tal es el caso de una de las tres piezas de Hilda Paredes, compuesta en 1978, en relación con sendas de Jorge Torres Sáenz y Horacia Uribe, que se remontan al año 2000.

El disco incluye partituras asimismo del fallecido Manuel Enríquez, Federico Ibarra, Oscar Olea, Hugo Rosales, Georgina Derbez, Hilda Paredes, Ernesto García de León y Lucía Alvarez.

La intérprete asume que éste bien podría ser considerado un material extravagante, dado que aún no es muy frecuente que los clavecinistas aborden repertorio nuevo y tan específico, como que sea exclusivamente de autores de un solo país.

Aunque reitera su convencimiento acerca de la vigencia del mencionado instrumento, acepta que éste, en el caso de México, permanece todavía un tanto relegado. Muestra de ello es que en el país existen alrededor de 25 clavecinistas y el repertorio para clavecín solo no rebasa las 50 obras

Empero, resalta que se trata de un instrumento que es bien recibido por el público nacional y puede calar aún más, merced a cuestiones culturales y de idiosincrasia.

"El clavecín, para mí, es como una guitarra grandota, aunque con teclado y con muchas más posibilidades sonoras. En todo este tiempo de carrera me he dado cuenta de que el carácter del mexicano gusta de la guitarra, cuyo sonido se produce por medio de herir la cuerda, al igual que el clavecín y el arpa", abunda.

"Esa forma de producir sonido se apega a como somos los mexicanos en cuanto a nuestra forma querer: ese sí y no que tanto hiere."

A juicio de Agueda González, el desconocimiento, los prejuicios e incluso los tabúes que existen en torno del clavecín se deben a esa falsa definición que lo sitúa como el antecesor del piano.

"Son instrumentos totalmente diferentes, que lo único que tienen en común es el teclado, igual que el órgano. Es necesario quitar de los libros esa definición. Uno no confunde un contrabajo con un violín, aunque ambos son instrumentos de cuerda o ¿sí?"

Egresada de la Escuela Nacional de Música de la UNAM e integrante del grupo Concertista de Bellas Artes desde 1988, la intérprete cuenta que su incursión en la música contemporánea se remonta hace 30 años.

"No me parece un agravio ni un insulto utilizar al clavecín con música de hoy. Es algo que depende de las características de cada intérprete. Hay a quienes les funciona tocar música del siglo XII, pero también a quienes nos funciona tocar la del siglo XXI. En mi caso, representa un bello respiro ir de un repertorio a otro."

 
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