Políticos, deportistas y miles de ciudadanos despidieron al crack
Funeral con honores de Estado para Ferenc Puskas en Hungría
Ampliar la imagen El féretro de Puskas fue trasladado en un carruaje con seis caballos negros Foto: Ap
Budapest, 9 de diciembre. El mundo del futbol y del deporte en general, la clase política húngara y miles de ciudadanos anónimos dieron hoy un emocionado adiós al futbolista Ferenc Puskas, en un funeral con honores de jefe de Estado celebrado en el estadio nacional de Budapest.
Más de 10 mil personas en silencio, muchas portando velas al atardecer, rindieron homenaje a Puskas cuando su féretro hizo entrada en el césped del estadio que el Pequeño Hermano, como afectivamente lo llamaban sus compatriotas, tantas veces pisó.
El ataúd, cubierto con la bandera húngara, reposó durante la ceremonia en un enorme pedestal rodeado de antorchas.
"Nos deja unos recuerdos imborrables", afirmó Ramón Calderón, presidente del Real Madrid. "Gracias a Hungría por traer al mundo a este genio del futbol y por compartirlo con nosotros. Deberíamos hacer todo lo posible para asegurarnos de que su memoria siga viva".
Puskas anotó 512 goles para el club merengue y marcó cuatro en el partido que el Real Madrid ganó 7-3 al Eintracht Francfort en la final de la Copa Europea en 1960.
Entre los presentes se encontraban también el alemán Franz Beckenbauer, el ex presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
El talento del genio húngaro estuvo presente en su funeral, y no sólo el futbolístico. Un video lo mostró cantando una canción, lo que arrancó un aplauso espontáneo de los asistentes.
En los descansos de la ceremonia, pantallas gigantes mostraron imágenes de Puskas jugando, driblando defensas y anotando goles con su mágico pie izquierdo.
Tras la ceremonia pública, el féretro fue depositado en un carruaje tirado por seis caballos negros y así salió del estadio que desde hace varios años lleva su nombre.
Su cuerpo fue transportado a través de la ciudad con escolta hasta la Plaza de los Héroes, donde recibió un funeral militar. Puskas fue oficial del ejército húngaro y tras su muerte fue ascendido a brigadier general.
Una muchedumbre acompañó a la cureña mientras se trasladaba a la Basílica de San Esteban, donde estuvo expuesto el ataúd desde el jueves. Allí, el presidente de Hungría, Laszlo Solyom, rindió tributo al mítico futbolista.