LA MUERTE DE PINOCHET
Se oponen a rendirle un funeral de Estado 55% de chilenos: sondeo
Ni duelo nacional ni honores de ex presidente, ordena Michelle Bachelet
Santiago, 10 de diciembre. Alrededor de las cuatro de la tarde de este domingo el comandante en jefe del ejército de Chile, Oscar Izurieta, llegó a la residencia de la presidenta Michelle Bachelet, en una tarde soleada y cálida en la capital chilena. Allí, junto a la jefa del Ejecutivo, aguardaban su vocero y el ministro del Interior. El jefe militar arribó para conocer las decisiones que ya había tomado la mandataria, una vez conocida la muerte de Augusto Pinochet dos horas antes.
Bachelet le indicó a Izurieta que, finalmente, no habría honores de ex presidente al dictador. Tampoco habría duelo nacional y, en definitiva, ella no implementaría ninguna medida considerada en el protocolo del Estado chileno por la muerte del Pinochet. Ni las fuerzas armadas ni el cuerpo de carabineros tendrían por qué realizar ceremonias o tomar medidas protocolarias o especiales por el fallecimiento del antiguo general.
De esa manera categórica, la presidenta Bachelet cerró toda posibilidad de que el gobierno tenga algún gesto o alguna participación en torno de lo que serán las exequias del ex dictador. Ya en campaña el año pasado, Michelle Bachelet había dicho que "violentaba la conciencia" de los chilenos siquiera pensar en rendir honores de Estado y de ex presidente a quien condujo el cruento golpe de Estado de 1973 que puso fin al gobierno popular de Salvador Allende y produjo más de 4 mil ejecutados y desaparecidos políticos.
La presidenta le reiteró al jefe del ejército que sólo se permitiría y se respetaría lo establecido por el Servicio de Guarnición del ejército en el caso de muertes de ex comandantes en jefe del ejército, cargo que ostentó Pinochet desde 1972 hasta 1997. Eso incluye el velorio del tirano en la Escuela Militar "Bernardo O'Higgins", que se realizará este lunes y martes; la misa del martes a las once horas; los honores militares, la entrega de una bandera chilena a Lucía Hiriart viuda de Pinochet que, por cierto, estaba de cumpleaños el mismo día que murió su marido y el traslado con guardia militar al cementerio Parque del Recuerdo al norte de esta capital donde el dictador será cremado para entregar sus cenizas a la familia.
A la misa oficial de mañana martes sólo concurrirá, en representación del gobierno, la ministra de Defensa Vivianne Blanlot, cumpliendo con una normativa formal en caso de funerales de un ex jefe de alguna rama de las fuerzas armadas.
Todo indica que la reunión entre la presidenta Bachelet y el general Izurieta fue fluida, sin mayores problemas, seguramente porque con antelación habrían avanzado en la pauta a implementar en caso de muerte de Pinochet en una reunión, también privada, que sostuvieron hace exactamente una semana durante dos horas en el palacio de La Moneda.
Todas las versiones de prensa y políticas apuntan a que la presidenta Bachelet decidió mantenerse al margen de toda actividad o gesto relacionado con los funerales del dictador. La indiferencia o al menos la mirada crítica de la mandataria chilena cuyo padre Alberto Bachelet, general de la Fuerza Aérea, falleció producto de las torturas de sus carceleros después del golpe militar de 1973 se reflejó en el comunicado oficial del gobierno en el cual en ninguno de los breves seis párrafos se entregaron condolencias; sólo se dijo que se "respeta el dolor de los familiares por el deceso del general Augusto Pinochet".
Por cierto, precisamente ayer domingo se conoció una encuesta en que 55% de los chilenos se oponía a que al tirano se le rindieran honores de Estado y como ex presidente. Esa fue, en definitiva, la decisión de la jefa de Estado.