LA MUERTE DE PINOCHET
Sintetiza las características más negativas del ser humano, afirma Isidoro Bustos
Estaba muerto el ex dictador hace muchos años, dice en Berlín ex funcionario chileno
Ampliar la imagen Pinochet violó todos los derechos fundamentales, dice Isidoro Bustos Valderrama Foto: Eva Usi
Berlín, 12 de diciembre. La comunidad chilena en Alemania está profundamente impactada con la muerte del dictador Augusto Pinochet. En Berlín, donde viven unos 500 chilenos, hubo celebraciones privadas espontáneas. Para muchos, su muerte significa la tranquilidad de que un ser tan despreciable ha puesto fin a sus días, aunque hay pesar porque ningún tribunal haya podido castigarlo con una pena de cárcel.
Isidoro Bustos Valderrama era director de Planeación del Ministerio de Justicia durante el gobierno de Salvador Allende. Después del golpe militar de 1973 fue detenido por Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), que lo mantuvo recluido en distintos lugares durante más de un año.
Conoció los campos de concentración y los centros de interrogatorios más connotados de la dictadura, hasta que por presión de Amnistía Internacional logró salir del país con destino a Berlín, Alemania.
"Pinochet sintetiza para mí todas las características más negativas de un ser humano", dice Bustos Valderrama en conversación con La Jornada. El intelectual recuerda cómo el dictador fingió hasta el último minuto lealtad al gobierno constitucional de Salvador Allende.
"En una recepción en el palacio de La Moneda, brindó por la lealtad del ejército con el gobierno de la república y enseguida traicionó ese juramento de lealtad y respeto a la Constitución y a las leyes", relató.
"Pinochet asumió un poder absoluto y llevó a cabo cuanta barbaridad puede cometer un gobernante con todo el poder en sus manos. Violó todos los derechos fundamentales, cometió delitos contra la humanidad que no es posible dejar de sancionar en un Estado de derecho. Finalmente fue descubierto como un sujeto que había sustraído recursos públicos y se había enriquecido ilícitamente. Nunca tuvo un compromiso con nada que no fuera consigo mismo", sostuvo.
Bustos Valderrama fue detenido en dos ocasiones por la dictadura militar, y la primera vez fue puesto en libertad al percatarse los militares de que era funcionario del Ministerio de Justicia: "No sabían en que se estaban metiendo y como no tenían mayores antecedentes de mí, salvo mi militancia en el Partido Socialista de Chile, me dejaron en libertad. Los militares no tenían claro que podían hacer, por eso la represión indiscriminada y brutal. En vez de salir del país optamos por quedarnos en Chile".
Añadió: "Posteriormente la Dina empezó a juntar antecedentes masivamente y mi nombre apareció en diversas listas de los buscados. Acabaron ubicándome. Fui detenido y recluido en la casa de la calle Londres que había sido la sede del Partido Socialista antes del golpe, que los militares transformaron en centro de detención", señaló.
Luego fue enviado a la central de la Dina, la policía secreta, ubicada en el puerto de San Antonio, en un lugar llamado Tejas Verdes, y "después volví a estar en un estadio, en el centro de Santiago, para después ser trasladado al campo de concentración de Chacabuco, en el desierto".
El intelectual chileno resistió todo tipo de vejaciones y torturas hasta que la presión internacional logró su liberación, para posteriormente salir al exilio.
El autor de varios libros sobre democracia y derechos humanos en Chile, está convencido de que las investigaciones de la justicia por enriquecimiento ilícito del clan Pinochet continuarán, tanto los casos de cuentas en Estados Unidos, en donde el dictador tenía una buena cantidad de millones de dólares, como en torno a supuestos depósitos de oro en Hong Kong, sobre lo que no hay pruebas definitivas.
En los círculos intelectuales chilenos ya se preveía el golpe de 1973: "Desde 1958, cuando Allende estuvo a punto de ganar las elecciones, hacíamos especulaciones sobre las posibilidades de un golpe, de ganar las elecciones y ascender al poder, de manera que la posibilidad de un alzamiento castrense contra un gobierno de izquierda con un proyecto socialista formaba parte de nuestro presupuesto político cotidiano".
El catedrático señaló que Allende se equivocó al no hacer una limpieza en el ejército, como recomendó entonces el comandante en jefe en funciones del ejército, el general Carlos Prats, quien fue posteriormente asesinado por encargo de Pinochet.
¿Cómo es posible que Allende no haya previsto ese inminente peligro?
Yo creo que lo previó. Pero se hizo la ilusión de que era posible la transición pacífica y confió en sus años de manejo del escenario político. Cuando fue evidente que no había espacio para continuar con el proceso de transformaciones sociales e institucionales, era tarde y Allende fue consciente de que no había ninguna salida, porque, eso sí, no pensó por ningún motivo abandonar el proyecto de transición al socialismo para conservar el gobierno en sus manos. Como escribiría años más tarde el escritor Gabriel García Márquez, ganador del Premio Nobel de Literatura, "era la crónica de una muerte anunciada", no sólo de Allende sino del proceso político de la Unidad Popular.
¿Qué legado deja Pinochet en Chile?
Pinochet estaba muerto hacía muchos años. Particularmente después de su detención en Londres, había dejado de tener peso político. El dictador fue un instrumento de un modelo que intenta dominar completamente al mundo, y ese modelo de autoritarismo que se distancia del fascismo tradicional, es clásico de la concepción liberal originaria y se expresa claramente en el modelo neoliberal hoy en día imperante. Es un sistema que hace del Estado un prisionero del orden establecido, económico y social. Un prisionero de una institucionalidad política en donde está permitido todo menos cambiar las cosas, que garantiza bajo formalidades democráticas la continuidad de una hegemonía y un capitalismo sin controles. El Estado acaba limitándose a garantizar las condiciones de existencia del régimen y no plantearse modificaciones del mismo.
¿Hay ya algunos intentos por detenerlo o cambiar las reglas del juego?
En realidad el modelo neoliberal en América Latina ha demostrado su fracaso. Consecuencia de ello es el surgimiento de alternativas en un contexto en que los pueblos originarios empiezan a reclamar sus derechos. No nos olvidemos que la inmensa mayoría, a pesar de la arrogancia de pertenecer a la raza blanca que tienen sus elites, es una población mestiza. En Chile, 60 por ciento o más de la población es mestiza, no es de origen puramente europeo. Con mayor razón en otros países en donde hay mayorías indígenas. Estas poblaciones donde se juntan el campesino, el trabajador y el indígena, éste último que cumple alguna de esas funciones, toman conciencia de sus derechos y de la necesidad de vivir procesos de desarrollo distintos que no signifiquen continuar el dictado de los países industrializados.
"De manera que en medio de la crisis del modelo neoliberal en América Latina, es muy posible que continúen madurando las alternativas que están en el seno de las sociedades latinoamericanas mismas".
El chileno Isidoro Bustos Valderrama es abogado, politólogo y doctor en ciencias económicas y sociales. Ha trabajado como docente en la Universidad Libre de Berlín y es investigador en la Fundación Heinrich Böll, cercana al Partido Los Verdes. También es miembro del directorio del Centro de Documentación y de Investigación Chile Latinoamérica, con sede en Berlín.