Casi mil 300 obreros fueron detenidos en envasadoras de carne de seis estados

Redada en plantas empacadoras de EU contra trabajadores inmigrantes

Pancarta en Greeley, Colorado, demanda a las autoridades "regalos, no lágrimas, para la Navidad"

"Caza" de mexicanos, guatemaltecos, hondureños, salvadoreños, peruanos, sudaneses y laosianos

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Washington, 13 de diciembre. "Regalos, no lágrimas, para la Navidad", se leía en la pancarta frente a una planta empacadora de carnes, donde familiares lloraban al atestiguar una redada de trabajadores inmigrantes el pasado martes en Greeley, Colorado.

En lo que las autoridades migratorias llamaron hoy "redada de lugares de trabajo" contra la más grande migración "ilegal", casi mil 300 trabajadores fueron detenidos en plantas empacadoras de carnes en seis estados en una acción coordinada por el Departamento de Seguridad Interna.

Las plantas, todas de Swift and Company, la segunda empacadora de carne más grande del mundo, fueron objeto del operativo, informaron las autoridades, resultado de una investigación sobre la utilización de documentos de identificación robados.

La empresa había calculado que 40 por ciento de sus 14 mil empleados podrían ser afectados por este tipo de acciones y había buscado evitar la realización de esta operación antinmigrante.

El sindicato nacional de trabajadores de la rama alimenticia, el UFCW, protestó la acción y buscará impulsar medidas legales para detener la fiscalización de los detenidos, mientras representantes de iglesias y grupos comunitarios expresaron alarma por los niños y familiares que dejan atrás los mil 282 trabajadores detenidos.

Las redadas fueron realizadas en plantas de Utah, Colorado, Texas, Nebraska, Iowa y Minnesotta. Entre los detenidos hay migrantes mexicanos, guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y peruanos, además de sudaneses, etíopes y laosianos, entre otros.

Michael Chertoff, secretario de Seguridad Interna, declaró que las acciones demuestran como "las violaciones de nuestras leyes migratorias van ligadas a derechos de privacidad", ya que se realizaron con la justificación de actuar contra el robo de identidades.

Pero las redadas son sólo una acción más de la guerra contra los migrantes en Estados Unidos, la cual continúa sin tregua mediante leyes locales, intimidación laboral, crímenes racistas, mensajes xenófobos, declaraciones de políticos de ambos partidos y hasta la utilización de libros para niños.

Con la continua ausencia de una política nacional (y binacional) para abordar el fenómeno de la migración, con las mismas declaraciones de compromiso con "la defensa de los migrantes" sin ninguna acción concreta para cumplir de los políticos de ambos lados de la frontera, los migrantes continúan vulnerables a los caprichos, intereses políticos, preocupaciones legítimas (aunque a veces ignorantes) y el racismo de autoridades y agrupaciones en pueblos y regiones de todo el país.

Aunque el liderazgo político antimigrante nacional sufrió una derrota en las recientes elecciones legislativas federales y los republicanos ya no tendrán el mismo poder para promover esa agenda (además de que varios legisladores que centraron sus campañas en la amenaza migrante fueron derrotados), el ambiente no ha mejorado a escala local y nacional.

Los demócratas que tomarán el control de ambas cámaras del Congreso en enero titubean respecto de cómo avanzar con una reforma migratoria limitada, y varios aconsejan evitar el tema por completo por algunos meses.

A su vez, gobiernos municipales, regionales y estatales encabezan la "lucha" contra los migrantes y, a la vez, agrupaciones antinmigrantes no han cesado de generar un clima xenófobo en el país.

Y a escala federal, las nuevas leyes antiterroristas tienen un aspecto ominoso para los inmigrantes, ya que el Departamento de Justicia ha afirmado que cualquier indocumentado puede ser detenido por sospecha de actividades "terroristas" y ser encarcelado indefinidamente sin juicio previo ni apelar su detención.

El gobernador Mitt Romney, de Massachussets, tenía programado hoy firmar un acuerdo con el gobierno federal para otorgar a la policía estatal autoridad para detener a indocumentados.

En varias ciudades, se han promovido medidas antinmigrantes de todo tipo. En Hazleton, Pennsylvania, se promueven algunas de las más severas, en búsqueda de penalizar cualquier intercambio con indocumentados.

En Escondido, California, se promulgó una ley que multa a caseros si rentan vivienda a indocumentados. Farmers Ranch, pueblo en las afueras de Dallas, se convirtió en el primero en Texas en promulgar una ley antimigrante que multa a caseros por rentar a indocumentados; proclama como idioma oficial el inglés y, además, autoriza a sus policías a actuar en calidad de agentes de migración.

Pero también hay medidas antinmigrantes que llegan casi a lo cómico. En el pueblo de Pahrump, Nevada, el gobierno municipal niega beneficios a "ilegales" a pesar de que no parecen existir indocumentados en la localidad.

Además, se declaró el inglés idioma oficial y se prohibió la exhibición de cualquier bandera extranjera. Un habitante, en un acto de desobediencia civil, izó una bandera italiana frente a su casa, la que fue atacada con huevos poco después, al parecer por estadunidenses que pensaron que era el lábaro mexicano.

Estas son sólo algunas de las más de 60 municipalidades en 21 estados que están impulsando medidas antinmigrantes (por lo menos en 15 se han aprobado).

Racismo ordinario

Aunque organizaciones como el Fondo de Defensa legal y Educación Mexicano-Americano combaten esas iniciativas en tribunales por anticonstitucionales y discriminatorias, las autoridades locales se dicen frustradas por la falta de acción del gobierno federal para enfrentar los costos de la inmigración en sus comunidades.

A la vez, continúan las actividades de los autoproclamados "vigilantes" fronterizos, como los Minuteman y otros, que intimidan a veces con armas a migrantes.

También se reportan disturbios por racismo en varias localidades del país, lo que muchos consideran consecuencia del clima antimigrante promovido por políticos y grupos ultraderechistas.

Hay ejemplos: un nuevo libro ilustrado para niños, Hot House Flowers, advierte de los efectos de la inmigración "no regulada" en un cuento sobre cómo bellas flores son dañadas cuando hierbas malas invaden su invernadero.

"Tiene la intención de describir la defensa del hogar y la defensa del país, y las razones de esa defensa", declaró el autor, el juez de tribunal criminal en Brooklyn, John Wilson, reportó recientemente el New York Daily News.

Aunque organizaciones de defensa de inmigrantes, de derechos y libertades civiles, sindicatos y otras están realizando acciones legales de educación y movilización, y ganan en unos casos contramedidas y demandan de manera exitosa a "vigilantes", la ola antimigrante a todo nivel amenaza a millones de personas, las más vulnerables por falta de derechos, de todo el país.

Habrá más redadas, más noticias de migrantes atacados, intimidados, despedidos y que mueren cruzando a este país, mientras los políticos evalúan si hay condiciones para responder a esto.

Mientras tanto, no pocos se preocupan sobre si su regalo de Navidad serán más lágrimas y si podrán pasar los días festivos con sus hijos, o si estarán encarcelados por el delito de laborar donde hay trabajo, lejos de sus tierras en México y América Latina, Asia y Africa, algunos de los lugares de donde salieron los Reyes Magos.