"En México, más miedo a policías que a ladrones"
En esa línea divisoria, las más graves violaciones contra migrantes: CNDH
Ampliar la imagen En Tijuana, Baja California, el ombudsman José Luis Soberanes observó la malla colocada en la frontera entre México y Estados Unidos Foto: Notimex /Eduardo Jaramillo
Tijuana, BC, 14 de diciembre. Migrantes que han sido deportados de Estados Unidos a esta ciudad fronteriza denunciaron ante el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández, que al llegar a México le tienen "más miedo a las policías que a los ladrones".
El ombudsman nacional se reunió con un grupo de migrantes que denunciaron las violaciones a los derechos humanos que han padecido. Soberanes anunció que se elaborará una recomendación sobre los robos que sufren, los saqueos y golpes que reciben de los policías, en este caso, municipales, pero, abundó, "los policías federales, estatales y municipales violan los derechos de los migrantes".
Luego, en una reunión con organizaciones no gubernamentales de Tijuana, Mexicali, Ensenada y Estados Unidos que defienden a los migrantes, Soberanes Fernández encabezó la ceremonia del Día Internacional del Migrante, que se conmemora el día 18.
A un lado de la malla colocada en la frontera México-Estados Unidos, el titular de la CNDH aseveró que, efectivamente, hasta aquí llega nuestra patria, pero los derechos humanos de las personas no terminan aquí, van por todo el mundo, porque las personas tienen una característica, la cual es la dignidad.
Y aquí, a un lado del mar, y junto a una mojonera que marca los límites de México con Estados Unidos, Soberanes abundó: "van más de 10 mil personas muertas en su intento de cruzar la frontera, y precisamente por el desprecio a la dignidad de las personas se cometen tantas atrocidades y tantas violaciones".
Aseveró que es momento de que México haga un examen de conciencia muy serio para ver "cuál es nuestra postura frente a un fenómeno de nuestros días, como lo es la migración, y con el poco respeto que se tiene a sus derechos humanos". Por ejemplo, aseguró, "quizá las violaciones más graves de derechos humanos de los migrantes se dan en la frontera sur, allá es donde se cometen las peores violaciones.
"En Tapachula el grado de prostitución es altísimo, precisamente por la alta migración, y cuando los centroamericanos no tienen dinero para pagar las cuotas de los polleros, se ven obligados a entregar a sus niñas inocentes a la prostitución infantil para conseguir lo que tanto anhelan. Aunado a ello, tenemos la explotación que hacen de ellos los policías, los marinos. Se nos debería de caer la cara de vergüenza cuando reclamamos nosotros a Estados Unidos los derechos de nuestros connacionales, si nosotros somos incapaces de garantizar esos derechos a los centroamericanos."
El sacerdote Luis Kendzierski, director de la Casa del Migrante de Tijuana; Enrique Morones, dirigente de la Asociación Angeles de la Frontera, y Arturo Escobar, de la Pastoral social de la diócesis de Mexicali, entre otros, demandaron al ombudsman que interceda ante los presidentes Felipe Calderón y el estadunidense George W. Bush para que se respeten los derechos humanos de los migrantes en ambos países.
Morones, de Angeles de la Frontera, aseveró: "es muy importante que usted (Soberanes) le pida al gobierno que respete aquí lo que exigimos al país del norte".
Hizo referencia a Agustín Martínez, a quien asesinaron en Estados Unidos por la espalda. "Lo mataron sólo porque había ido a trabajar. Lo asesinaron el 30 de diciembre pasado, y a Oscar García lo asesinaron por ser mexicano, y el niño Marco Antonio murió después de días de camino en el desierto, y al no poder respirar, falleció en brazos de su padre".
Luego Kendzierski detalló: "lo que está pasando en los últimos años se va recrudeciendo cada vez más. Un migrante con más de 16 años de permanecer en Estados Unidos decidió venir de vacaciones a México, y no ha podido pasar. Ya ha hecho cinco intentos. Cuando los migrantes se quedan aquí, en Tijuana, varios días, los abusos son el pan de todos los días.
"Llegan todos los días al albergue entre 120 y 130. Los impulsamos a que salgan a buscar trabajo, pero tienen miedo de salir por la policía. Los roban, los amenazan, los golpean. También la seguridad privada los amenaza, los asalta, además de las bandas del crimen organizado.
"Es muy penoso que pase esto con nuestros héroes. Es hora de hacer algo, porque los migrantes me dicen: 'cuando veo un uniformado en Estados Unidos, me siento seguro, pero cuando veo uno aquí, quiero huir, tengo miedo'."
El sacerdote Arturo Corral, de la diócesis de Mexicali, aseveró que la Iglesia debe comprometerse más con el trabajo a favor de los migrantes.
"Esta diócesis ha crecido gracias a ellos, la Iglesia ha salido de su sacristía para defender al migrante".
Las organizaciones no gubernamentales denunciaron ante el ombudsman que "en Estados Unidos asesinan a los migrantes por su color, los discriminan por no hablar inglés, abusan de ellos, los explotan y se aprovechan de su trabajo para fortalecer su economía".
En su oportunidad, el titular de la CNDH subrayó: "nos sorprendió en 1776 la declaración de derechos humanos de Virginia; hoy nos sorprende que en Estados Unidos no respeten los derechos humanos, hagan enmiendas, que vean al migrante como enemigo, como terrorista. Lo ven inferior por su color, porque no habla inglés. Los discriminan. Pero estas personas van a trabajar, a subsidiar aquella economía. Allá hay un terrible discurso hipócrita. Por un lado hablan de defender los derechos humanos, y por otro, el desprecio que le hacen a las personas por ser morenas, porque están sucias, porque no hablan su idioma".