Contribución del cuarteto Las Reinas Chulas a la resistencia civil pacífica
Fiesten, pastorela política que retrata las miserias de los católicos en el poder
Ampliar la imagen Las Reinas Chulas en acciones subversivas Foto: Archivo
Felipe y Margarita son los severos, austeros, ignorantes, supersticiosos y autoritarios pilares de una numerosa familia ultraconservadora que encarna todas las aberraciones morales de la nueva extrema derecha mexicana: pedófila, feminicida, homófoba, racista, sexista y, por supuesto, insaciable y frenéticamente corrupta, pero llena de confianza en que el futuro inmediato le permitirá destruir a sus enemigos de clase (léase APPO y PRD): "Con esto de la democracia, van a pasar muchas cosas en este país...", augura entre carcajadas siniestras un integrante del clan.
Herederas de El Hábito, de Jesusa y Liliana, que desde hace año y medio reconvirtieron en El Vicio, las Reinas Chulas el cuarteto de cómicas formado por Ana Francis Mor, Cecilia Sotres, Marisol Gasé y la siempre deliciosa Nora Huerta acaban de estrenar Fiesten, la historia de "una familia de tontas, perdón, de tantas", continuando la tradición de las pastorelas políticas inaugurada en 1992 por las creadoras de ese bar (Madrid 13, colonia del Carmen, Coyoacán).
Espectáculo en dos actos que reúne a 14 comediantes en escena, como si se tratara de una superproducción del desaparecido teatro Silvia Pinal (hoy casa de oración y recogimiento en la colonia Roma), Fiesten es un espejo de nuestros fervientes católicos aferrados al poder, que ahora se sienten elegidos por Dios y los ángeles para "extirpar el cáncer marxista" (como decía Pinochet) y consolidar el predominio de los Legionarios de Cristo.
Bocadillo musical
Muestra inequívoca de ese espíritu es el breve pero sustancioso bocadillo musical en que el tétrico don Felipe (protagonizado por Alberto Eliseo, que se roba la noche de calle) toca villancicos al piano y enseña a sus hijitas gemelas Clara (Cecilia Sotres) y Yema (Nora Huerta) a cantar al son de Noche de paz: "Andrés Manuel ya murió/ y Felipe es amor".
Pero entre risas y juegos las niñas nos revelan que su papito abusa de ellas cuando las enseña a "identificar los órganos y orificios de nuestro cuerpo", mientras Margarita (Ana Francis Mor) dechado de virtudes, a quien su marido no se le acerca sexualmente sino para preñarla sostiene un romance secreto con una prima lejana (Amanda Schmelz), quien vive en Austria, lee La Jornada por Internet y sabe que uno de los convidados a la fiesta de Nochebuena, el Rey de la Terlenka (Alberto Domínguez), favorece a los que explotan la pornografía infantil y tiene vínculos con el narcotráfico.
Otro de los asistentes al ágape (Omar Olvera) resulta ser un hombre de negocios de Ciudad Juárez, no ajeno a los crímenes de odio contra más de 300 mujeres en aquella frontera; su novia, heredera mayor de don Felipe, en realidad aspira a casarse con una de las criadas de la casa, una indígena oaxaqueña perredista, que simpatiza con la APPO y celebra la recién aprobada Ley de Sociedades de Convivencia que autoriza los matrimonios civiles entre personas del mismo sexo.
Sin llegar en ningún momento al clímax de la risa loca, pero metiéndole el dedo a los espectadores en el corazón, Fiesten retrata a una sociedad enfrentada y dividida, pero la muestra desde el lado de los supuestos ganadores de la batalla política de 2006 y descubre que están muertos de miedo ante la irritación de un pueblo al que no saben todavía cómo tendrán que aplastarlo para prevalecer o, en el mejor de los casos, evitar que los cuelgue de los árboles.
Después del horrible accidente carretero que sufrieron en julio, que les impidió sumarse a la resistencia civil pacífica, las Reinas Chulas vuelven a la línea de fuego con esta propuesta en que los 150 pesos del cover no le harán las compras de Santa Clos a ninguno de los 14 integrantes del elenco (¿dónde quedó aquello de que la fórmula para ganar dinero en cabaret mandaba escribir un show para tres actores, un micrófono y una silla?), pero proporcionarán casi dos horas de entretenimiento del bueno. Todos los viernes y sábados, a las 22: 30 horas.