Aprovechan festividades para hacer proselitismo
Priístas y panistas piden al Cristo Negro ser postulados
Tekanto, Yuc., 17 de diciembre. Conforme se acercan los comicios del 20 de mayo, cuando se renovarán la gubernatura de Yucatán, 106 alcaldías y 25 diputaciones locales, precandidatos de diferentes partidos acuden al municipio maya de Tekantó a pedirle al Cristo Negro de la Exaltación que les haga el milagro de ser postulados.
Recientemente la senadora priísta con licencia Ivonne Ortega Pacheco acudió a venerar la imagen.
Desde hace 300 años miles de Yucatecos visitan al Cristo Negro de la Exaltación del 15 de noviembre al 15 de diciembre, en la fiesta tradicional de Tekantó.
Esta celebración se ha convertido en una pasarela de aspirantes a cargos de elección popular, que aprovechan las ofrendas para hacer proselitismo.
La alcaldesa de Tekantó, Yazmín Espadas Sosa, encabezó las peregrinaciones. Es católica y quiere ser diputada estatal.
Ivonne Ortega, de origen maya, tocó la imagen y dijo: ''Me encomiendo como buena católica y también pido para que me dé una ayudadita en la contienda electoral interna de mi partido''.
Días después fue designada candidata del PRI a la gubernatura de Yucatán, con amplia ventaja sobre sus cinco adversarios, entre ellos la ex senadora y ex gobernadora interina Dulce Maria Sauri Riancho, de acuerdo con una encuesta elaborada por la empresa Consulta Mitofsky.
Tekantó se ubica en la región centro-norte del estado, a 50 kilómetros de Mérida. Tiene apenas 3 mil habitantes, muchos de ellos migrantes.
Una de las tradiciones más arraigadas en Tekantó es la celebración del Santo Cristo de la Exaltación. El 15 de noviembre la imagen es traída desde Citilcum, en el municipio vecino de Izamal.
Los fieles van por la imagen a su lugar de origen y la llevan a Tekantó en una procesión de ocho kilómetros.
Posteriormente lo colocan en la iglesia de San Agustín, donde durante un mes se le celebra.
Según la leyenda, hace aproximadamente 300 años los caciques dzules (hombres blancos) torturaban y mataban a los indígenas mayas para tratar de contener las frecuentes rebeliones.
Dos hombres de color, hermanos, se hicieron famosos por cuidar a los desprotegidos. Uno de los hermanos se estableció en Citilcum y el otro en Sitilpech, ambas comunidades del cacicazgo de Izamal.
Un 15 de noviembre del siglo XVIII, un grupo de mayas quiso huir de una matanza cuando vio al hombre negro de Citilcum montado a caballo. Les advirtió que no siguieran su camino porque los matarían, que mejor volvieran a Tekantó y que las matanzas pronto terminarían.
Los mayas obedecieron y, de pronto, las batallas cesaron. La tradición popular indica que el sujeto de color era Cristo.