Cuando circula más dinero aumenta la producción, señala
Teoría simplona, argumento de que subir percepciones generará inflación: experto
El argumento en que se basa la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM), por instrucción de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para asegurar que un alza considerable de la minipercepción desatará inflación es una "teoría monetaria simplona", aseveró Enrique de la Garza Toledo, investigador y profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana.
El experto en temas laborales precisó que esta suposición deja de lado el aspecto de la producción, y remarcó que justamente en ese punto es donde radica la debilidad de la teoría, pues cuando "circula más dinero para comprar insumos, es decir se incentiva la demanda de bienes, se genera un aumento de la producción; no es que se acaben las cosas y eso permita la elevación de los precios por escasez; no es que se acaben los huevos y si alguien le quiere vender un huevo a 100 pesos usted lo compre y de inmediato el precio del huevo suba; no es tan simplista el asunto", consideró.
En entrevista con este diario el experto refirió que existe una "obsesión" gubernamental en torno al citado criterio y consideró que a esto se suma el hecho de que los empresarios lo "quieren todo; quieren salarios bajos que no se relacionen con la productividad; no están dispuestos a soltar más dinero, quieren intactas y abundantes sus ganancias, tampoco quieren más impuestos; ahora mismo hay un lloradero de empresarios por los nuevos impuestos".
Detalló que desde principios de los años 80 se estila esa "lógica" en que se contiene el alza de los salarios con la proyección de la inflación para el año siguiente.
"Esta es la forma neoliberal que se utiliza y ni siquiera la discuten; antes se daba el aumento conforme a la pérdida del poder adquisitivo; incluso durante el gobierno de Carlos Salinas hubo una propuesta de subir los sueldos conforme a la inflación del año siguiente más el aumento de la producción, pero no prosperó".
De la Garza detalló que desde 1993 a 2005 el salario real cayó 33 por ciento, el contractual 20 por ciento y agregó que durante el gobierno de Vicente Fox Quesada esta última percepción, cuyos aumentos las negocian los sindicatos con sus patrones "mejoró sólo un poco pues el aumento fue de 4 por ciento".
Destacó que las remuneraciones totales al personal ocupado (éstas incluyen prestaciones) en el sector de la manufactura creció entre 2000 a 2005 apenas 6 por ciento.
De la Garza Toledo añadió que en general la política de entrega de bonos y estímulos por productividad a los trabajadores "no ha funcionado en el país porque la mayor parte de los empresarios no se han querido comprometer con esto; durante el sexenio de Fox las revisiones salariales con bonos disminuyeron 12 por ciento y el número de trabajadores con bono o estímulos disminuyó en 5 por ciento (con contrato o sin contrato colectivo).
Apuntó que el porcentaje de revisiones con convenios de productividad que "no tienen metas (sólo se refieren a premios por asistencia y puntualidad) es de 53 por ciento, y éstos en realidad son bonos y estímulos falsos porque no están ligados con el aumento de la productividad y no impactan ni las prestaciones ni las jubilaciones; en realidad las empresas que otorgan bonos que se miden sobre la productividad son muy pocas".
Respecto a la CNSM, descartó que ésta deba desaparecer, pero señaló que sí debe cambiar la sumisión que tiene ante Hacienda. "Esta comisión está dominada por la secretaría, esta última hace los cálculos de la inflación y le indica de cuánto puede ser el aumento, y ésta ha sido muy obediente".
En opinión del experto desaparecerla sería darle el gusto a los empresarios, pues "la intención empresarial es que no haya salario mínimo, así que aunque no cumple bien su función, por lo pronto es mejor que exista, pero hay que mejorarla".
Por último el especialista indicó que "no ha habido una política muy decidida de recuperación salarial porque no hay una buena política industrial; ha habido bajo promedio crecimiento económico, menor al que hubo incluso en el sexenio de Ernesto Zedillo y esto repercutió sobre las condiciones laborales".