Frustrado cabildeo de dirigentes de partidos en favor de compañías refresqueras
Sin objeciones, aprueban en San Lázaro el paquete fiscal para 2007
Las firmas ferrocarrileras privatizadas quedarán sin beneficios al diesel
El gravamen al tabaco llegará a 160%
En atípica unanimidad los diputados coinciden: urge la reforma hacendaria
Ampliar la imagen Los grupos parlamentarios se aplaudieron tras aprobar de manera unánime el paquete fiscal para el año próximo, ayer en San Lázaro Foto: María Meléndrez Parada
Por unanimidad de 425 votos y una solitaria abstención, la Cámara de Diputados aprobó, sin objeciones de ninguna de las fuerzas políticas, el paquete fiscal para 2007. La aplanadora legislativa incluso desechó las presiones de los dirigentes de sus partidos, que cabildearon con sus correligionarios en favor de las compañías refresqueras para desechar el impuesto de 5 por ciento a todas las bebidas endulzadas con azúcar.
Como no ocurría desde tiempos de mayoriteos priístas, los diputados en menos de tres horas dieron trámite a la Ley de Ingresos y la Miscelánea Fiscal propuestas por el presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Las modificaciones al proyecto felipista redundaron en incrementar el monto de los ingresos en 30 mil 70 millones de pesos y la imposición del gravamen a los refrescos, así como un incremento gradual al precio de los cigarros en cajetilla, de 110 a 160 por ciento, pero también a los puros labrados, que actualmente pagan una tasa del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) de 20.9 por ciento.
Uno de los principales efectos de la Ley de Ingresos será la modificación de los beneficios fiscales al diesel que se vende a las compañías ferrocarrileras privatizadas por el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) y del hoy secretario de Comunicaciones y Transportes Luis Téllez Kuenzler. "No se justifica otorgar este beneficio a las locomotoras, dado que las circunstancias que lo originaron, han cambiado", señala el dictamen aprobado.
La tersa aprobación de los dictámenes que constituyen el paquete fiscal contrastó con el frenesí de los cabilderos que trabajan en la Cámara a favor de los intereses de las grandes empresas privadas, al observar que ambos productos de consumo (refrescos y tabacos) serían irremediablemente gravados.
Así, la sesión que presagiaba una tormenta política por el ajuste del IEPS a los refrescos, aguas carbonatadas, bebidas hidratantes, concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores, inició entre las curules de los diputados con un debate del priísta José Murat y los perredistas Juan Guerra Ochoa y Humberto Zazueta.
El ex gobernador de Oaxaca reclamó con dureza la aprobación de los dictámenes en la Comisión de Hacienda, el sábado pasado: "a mí me dijeron que no habría sesión el fin de semana, pero aparte se subvalúa el precio del petróleo al ponerle un precio más bajo. Esto afectará a los estados y yo sé por qué, lo digo como ex gobernador de un estado".
Además, señaló, la aprobación del impuesto a los refrescos, compañías como Fomento Económico Mexicano (FEMSA) "se llevarán una lanota, porque se afecta al consumidor final".
Juan Guerra, el vicecoordinador de la bancada perredista, respondió crudamente: "hay muchos diputados que andan defendiendo el refresco, diciendo que no hay agua potable en miles de comunidades. Es una vergüenza que los panistas y los refresqueros digan que son artículo de primera necesidad".
Murat respondió al diputado del sol azteca: "¡dejémonos de chingaderas! Necesitamos una reforma estructural a fondo, porque al final hacemos más de lo mismo".
Sin sentirse reducido ante la presencia del ex gobernador, Juan Guerra le replicó: "a ver, Murat, asegúrame que el PRI no se va a rajar a la hora del respaldo a nuestra propuesta de obtener los 31 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros".
Murat blandió su índice derecho, y comprometió: "el PRI va por esa bolsa, pero, como te digo, este impuesto a los refrescos no impactará los bolsillos de los dueños. A quien se van a chingar es al consumidor".
Reforma necesaria
Tan atípica fue la sesión para aprobar la Ley de Ingresos y la Miscelánea Fiscal, que la Junta de Coordinación Política aprobó un solo posicionamiento por partido, incluyendo todos los dictámenes. La unanimidad también se reflejó en los discursos de los diputados que subieron a tribuna: la reforma fiscal.
El petista Humberto Vela expresó la urgencia de no posponer la reforma integral al marco tributario, con objeto de hacer menos complicada la recaudación impositiva. "Tiene que ser sencilla, accesible para que todo mundo pueda pagar sus impuestos, pero al mismo tiempo progresiva para que quien gane y tenga más, pague más", sostuvo.
Ausente el debate, la sesión continuó. Manuel Cárdenas, de Nueva Alianza, anunció la disposición de su partido a emprender en enero las pláticas y los encuentros necesarios para allanar el camino al urgente cambio fiscal.
"Recogemos el compromiso para que nos sentemos en una mesa plural el Poder Legislativo y el Ejecutivo, y revisar las políticas de gasto y los instrumentos jurídicos de ingreso. Quien no tenga esa disposición, para entonces, no honrará la palabra y el compromiso de salir adelante con mecanismos e instrumentos de ley que posibiliten que las políticas públicas vayan en beneficio" de la ciudadanía, declaró.
Por la misma ruta, Cuauhtémoc Velasco, diputado de Convergencia, argumentó que en México debe desterrarse la política hacendaria que sólo favorece a grupos reducidos, los cuales aprovechan su posición privilegiada para evadir impuestos.
"El punto de partida es la construcción de la política hacendaria y distributiva... recordemos que el 14 de diciembre pasado, el jefe del Servicio de Administración Tributaria reconoció que la evasión del impuesto sobre la renta (ISR) de las personas morales (empresas), en México, asciende a 40 mil millones de pesos", aseveró.
Para hablar a favor del dictamen, el presidente de la Comisión de Hacienda, Jorge Charbel Estefan Chidiac, delineó los cambios que habrán de discutirse durante 2007.
"Si bien (este paquete) es más de lo mismo, no habrá una crisis sexenal ni de transición en función de alguna decisión irresponsable, tanto del Ejecutivo como parte de la Legislatura. Queda pendiente la reforma hacendaria integral y mi grupo parlamentario el tricolor, ratifica su disposición para que a partir de la primera semana de enero podamos discutir y analizar esta reforma, que incluya ingreso, gasto, transparencia, federalismo y que, al mismo tiempo, revise la reforma de pensiones, la energética, en materia de monopolios y competencia, y una serie de elementos que ayudarán a este país vivir mejor", abundó.
Con dureza, Juan Guerra Ochoa denunció desde la tribuna que en México los grandes empresarios han constituido un paraíso donde se fijan precios de monopolio, se evaden impuestos y se incrementa de forma sustancial la acumulación y la riqueza.
"Nosotros no estamos de acuerdo que se mantengan regímenes de excepción ni que las empresas paguen menos que los causantes; es decir, los que somos cautivos. No estamos de acuerdo que en el ISR quien paga más es el cautivo y tribute más de 50 por ciento de ese gravamen mientras las empresas no lo hacen. Se requiere una reforma."
Para concluir con la ronda de posicionamientos, el panista Ricardo Rodríguez ponderó que su partido siempre ha buscado trabajar en consenso, y la aprobación del paquete fiscal fue prueba de ello, pero al mismo tiempo elogió a la administración calderonista: "hemos de manifestar que este paquete económico enviado por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados es un proyecto elaborado de manera responsable y bien estructurada, paquete que refleja la amplia preocupación del Ejecutivo federal por mantener sanas las finanzas públicas".
En cascada devino una larga lectura de argumentaciones contenidas en los dictámenes, y la consecuente aprobación sin mediar solicitudes de utilizar la tribuna para debatir. Automáticamente, los diputados federales aprobaron todo cuando se presentaba por la secretaría de la mesa directiva a su consideración.
El ambiente era tan diáfano, que José Manuel del Río Virgen fue el único que subió a solicitar dos modificaciones a los artículos 4 y 31 de la Ley de Ingresos. El pleno desechó su primera moción y aprobó la segunda, sin objeción.
En medio de todo ello, en la bancada del sol azteca persistía el enojo, la sorpresa y el repudio contra el dirigente nacional de ese partido, Leonel Cota Montaño, quien fue presa del cabildeo de las compañías refresqueras en torno al incremento de 5 por ciento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas producidas con azúcar de caña.
Resulta confiaron diputados del sol azteca-- que Cota les llamó para sugerirles que se abstuvieran de votar a favor del gravamen, como lo hicieron el sábado los perredistas de la Comisión de Hacienda. Esa acción de su dirigente fue calificada como bochornosa por los diputados que revelaron las presiones. Algunos ironizaron: "seguramente le llegaron al precio, pero no vamos a cejar en el impuesto a esas bebidas, que dañan la salud de muchos mexicanos".
En el dictamen de Ley de Ingresos, aprobado por unanimidad en el pleno, la Comisión de Hacienda presentó un total de recaudación por 2 billones 264 mil 445 millones de pesos; "es decir 30 mil 70 millones de pesos con respecto a la iniciativa de ley presentada por el Ejecutivo federal". En tanto, la recaudación federal participable se ubicará en un billón 279 mil 536 millones de pesos, monto superior al señalado por el gobierno en su iniciativa en 22 mil 143 millones de pesos.