Sería un agravio a los mandatarios chilenos, sostiene
Senador se opone a que Pinochet tenga un busto en la galería de presidentes
Santiago, 18 de diciembre. El vicepresidente del Senado, el socialista Jaime Naranjo, manifestó su rechazo a la idea de que el fallecido ex dictador Augusto Pinochet tenga un busto en un corredor del Palacio de La Moneda, donde figuran todos los mandatarios del país, al argumentar que esto "sería un agravio a la memoria de los mandatarios elegidos democráticamente".
Naranjo recordó que fue "el muerto tirano" quien ordenó el ataque por tierra y aire que destruyó el 11 de septiembre de 1973 el edificio colonial y que incluso se jactó, hace poco, en una entrevista, de que sus compañeros en la aventura golpista titubearon en lanzar a la aviación contra La Moneda, frente a lo cual insistió y logró que se bombardeara.
Por eso, dijo, "resulta incomprensible que mientras la comunidad nacional e internacional aún recuerda esa imagen y la de la bandera chilena envuelta en llamas, se instale un busto de Pinochet en la galería de los presidentes".
Además, dijo, "es una ofensa para quienes pagaron con sus vidas el haber estado en el Palacio de La Moneda junto al Presidente Allende para defender la institucionalidad y la democracia. No es posible obviar que muchos de ellos fueron hechos prisioneros y luego ejecutados sin que sus restos hayan sido recuperados hasta ahora".
La ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, dijo el domingo al diario El Mercurio que "aunque mucha gente se horrorice", Pinochet debe tener un busto allí.
En tanto, el ejército analizó en una reunión de su alto mando dirigida por el comandante en jefe Oscar Izurieta, la tensión surgida dentro de la institución tras la baja de dos oficiales, la semana pasada, que reivindicaron el golpe de Estado que encabezó Pinochet.
Fuentes castrenses señalaron que con esta reunión, el ejército que por 25 años comandó Pinochet intentó dar vuelta la página después de la expulsión del nieto del ex dictador, el capitán Augusto Pinochet Molina, y el séptimo hombre en la línea de mando, el general Ricardo Hargreaves.
La medida fue apoyada por la presidenta Michelle Bachelet y por Blanlot, quien recalcó la prohibición de que los militares deliberen o intervengan en asuntos políticos.
De otro lado, la diputada socialista Isabel Allende, hija de Salvador Allende, afirmó a El Mercurio que las celebraciones de detractores de Pinochet y los miles de partidario que asistieron a su velorio, demuestran que en Chile las heridas siguen abiertas, "en gran medida porque los primeros años de la concertación no logramos avanzar en el ámbito de la justicia".