Usted está aquí: martes 19 de diciembre de 2006 Mundo Más de 250 mdd invertidos en TV y Radio Martí con nulos resultados de audiencia

Tras 10 años de transmisiones, menos de uno por ciento de cubanos ve o escucha la señal

Más de 250 mdd invertidos en TV y Radio Martí con nulos resultados de audiencia

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York,18 de diciembre. Más de 250 millones de dólares en 10 años, 149 empleados con salarios promedio de 80 mil dólares anuales, otros 200 contratistas, todo para un señal de televisión y radio que pocos ven o escuchan, con nulo impacto, pero que resulta ser gran negocio para unos cuantos: esto es TV y Radio Martí.

Cada vez surgen más detalles que generan dudas sobre las operaciones de TV y Radio Martí, y la organización encargada de ambos, la Oficina de Trasmisión para Cuba (Office of Cuba Broadcasting, OCB) establecidos y financiados por el gobierno de Estados Unidos. Investigaciones hechas durante los últimos años han revelado desperdicio de recursos, prácticas de empleo "inapropiadas e inadecuadas" (según una auditoría federal), y documentación del fracaso casi absoluto de la misión de este medio para alcanzar el público en Cuba.

Una investigación del Miami Herald publicada en su edición de hoy descubrió, entre otras cosas, que TV Martí gastó más de 10 millones de dólares en el último año fiscal para producir y transmitir programación que la abrumadora mayoría de los cubanos jamás vio.

En parte, según los directores de OCB, fue porque el avión militar encargado de superar el jamming de la señal por el gobierno cubano, fue reasignado a tareas en Irak el año pasado.

Según las pocas estadísticas que se tienen sobre el alcance de TV Martí, sólo una décima del uno por ciento de la población adulta de Cuba (9 mil de un total de 8.9 millones) ve la señal cada semana.

TV y Radio Martí gastaron 37 millones de dólares este año. La investigación del Herald encontró que aunque OCB contaba con 149 empleados con un salario anual promedio de casi 80 mil dólares (18 de ellos ganan más de 100 mil), gastó más de 2 millones para unos 200 contratistas externos, incluida una persona condenada por un delito mayor, que es amigo del director de OCB, Pedro Roig. Entre los contratistas hay por lo menos 49 periodistas y comentaristas que trabajan para otros medios latinos en Florida, entre ellos el Canal 41, Telemundo, Unvision y hasta recientemente El Nuevo Herald.

A pesar de cientos de miles de dólares en gastos para su sitio de Internet, OCB sólo logró recibir un máximo de 388 visitas desde Cuba (en total, el sitio www.martinoticias.com sólo recibió 423 mil visitas durante el mes reciente de más visitas).

El director Pedro Roig y defensores como el representante Lincoln Díaz-Balart insisten en la misión de TV y Radio Martí como elementos fundamentales en la promoción de la democracia en Cuba a través de esta "herramienta" de información "libre". Lo que en cualquier otro país del mundo se llamaría técnicamente "propaganda" enfrenta una tarea difícil en comprobar su eficacia, ya que sin escuchas o televidentes, es difícil argumentar que esta iniciativa cumple con sus objetivos.

Tal vez fue porque existe un medio sin público por la que hoy, por primera vez, se transmitieron programas de TV Martí no en Cuba sino en Miami. Una estación local en el sur de Florida, WPMF-TV ­ afiliada local de la cadena Azteca Américas (la entidad de TV Azteca en Estados Unidos) empezó a transmitir programas producidos por TV Martí. Así, TV Martí por primera vez sale al aire en Estados Unidos, en este caso con un noticiero de media hora. Al parecer, no preocupaba a los directores de la estación que estuvieran transmitiendo programación 100 por ciento financiada por el gobierno federal para propósitos de propaganda anticastrista. Con ello, se ofrece un ejemplo más sobre la "libertad" y la "independencia" de los medios en este país.

Toda esta información sobre las operaciones de TV y Radio Martí, además de las revelaciones del uso de fondos cuestionable por otras iniciativas así como los programas de asistencia federal a agrupaciones anticastristas, ahora estarán bajo la mira del nuevo Congreso, donde algunos legisladores ya han señalado su intención de evaluar y posiblemente anular algunos rubros de estos esfuerzos.

 
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