Hace 12 meses Guillermo Martínez fue abatido con un disparo por la espalda

La Patrulla Fronteriza impide pesquisas sobre asesinato de mexicano en EU

ONG teme que este caso quede impune, ya que las autoridades estadunidenses no cooperan

JOSE ANTONIO ROMAN

A casi un año de que el ciudadano mexicano Guillermo Martínez Rodríguez fue asesinado por la espalda por un agente de la Patrulla Fronteriza, y la cancillería anunciara que no escatimaría esfuerzo alguno para exigir el pleno esclarecimiento del caso, todavía no se conoce el resultado de la investigación que, según dijeron las autoridades estadunidenses, se había iniciado.

José Moreno Mena, vocero de la Coalición Pro Defensa del Migrante, red bajacaliforniana de albergues, denunció que la Patrulla Fronteriza tiene como práctica común obstruir toda investigación que deslinde responsabilidades en contra de sus agentes, por lo que existe impunidad ante este tipo de delitos.

Este homicidio, agregó, es un claro ejemplo de esta impunidad cuando se trata de investigar agresiones, abusos y violaciones a los derechos humanos de ciudadanos extranjeros.

Guillermo Martínez fue baleado por un agente de la Patrulla Fronteriza el 30 de diciembre de 2005 en el Cañón Zapata, en Tijuana.

De acuerdo con la investigación forense, el arma fue disparada a una distancia de entre dos y cinco metros de distancia, y el proyectil lo impactó por la espalda, presumiblemente cuando corría de regreso a territorio mexicano para evitar ser capturado.

Además, la bala era expansiva, calibre 40, diseñada para "reventar" dentro del cuerpo, y que prácticamente asegura la muerte, puesto que se alcanzan vasos sanguíneos mayores u órganos vitales.

En sus primeras versiones, la Patrulla Fronteriza dijo que Martínez Rodríguez arrojó piedras y estaba por arrojar otra más. Pero, ¿por qué responder a supuestas piedras con balas (expansivas, además)? ¿Y cómo es que le dispararon por la espalda?

En aquel momento, un vocero de esa corporación calificó a Martínez como "un conocido traficante de personas", algo irrelevante bajo las circunstancias en que se le dio muerte, insisten diversos grupos de apoyo al migrante.

Aunque el hoy occiso hubiese estado asociado a ese delito, las normas que dictan cuando los agentes tienen permitido recurrir a la fuerza mortal son las mismas que en el caso de un supuesto enfrenamiento con un migrante; es decir, únicamente cuando los agentes temen que su vida esté en peligro, o que serán lesionados gravemente. Ese temor debe ser "objetivamente razonable". Y, por las pruebas existentes, Martínez fue baleado en un momento en el que no estaba en posibilidad de ser una amenaza para el agente.

La coalición informó también que para conmemorar el Día Internacional del Migrante, instituido por la ONU el 18 de diciembre, diversos grupos de apoyo y ayuda al trabajadores en Tijuana se han dado a la tarea de remplazar cientos de cruces instaladas en la barda metálica entre Tijuana y San Diego desde 1995, año en que se puso en marcha el Operativo Guardián. Son casi mil cruces ­una cruz para cada migrante muerto en el intento de entrar a Estado Unidos por Baja California, aunque esta cifra apenas representa la cuarta parte de los más de 4 mil muertes ocurridas a lo largo de la frontera. Las cruces se remplazarán dada la condición de deterioro en que se encuentran por estar expuestas a los elementos naturales.

Una de las nuevas cruces llevará el nombre de Guillermo Martínez Rodríguez, como un reclamo al uso desmesurado y "criminal" de la fuerza por parte de la Patrulla Fronteriza, que una vez más podría quedar impune.