Usted está aquí: jueves 21 de diciembre de 2006 Deportes Kramnik admitió sus límites ante la máquina Deep Fritz

Lo batió este 2006, no en 2010 como vaticinó

Kramnik admitió sus límites ante la máquina Deep Fritz

DPA

Hamburgo, 20 de diciembre. Los humanos tienen por fin a su indiscutido campeón mundial de ajedrez, aunque 2006 les sirvió para comprobar que sus límites son claros: ni siquiera el mejor ajedrecista es capaz de imponerse a la inteligencia artificial de la máquina.

A principios de diciembre, el campeón del orbe Vladimir Kramnik fue vapuleado 4-2 por Deep Fritz, en duelo a seis partidas.

El gran maestro moscovita, de 31 años, quien no ganó ni una sola vez, no olvidará jamás la segunda partida, en la que pasó por alto el mate que lo amenazaba en una jugada, ni tampoco la última, donde lo acorraló por completo el cerebro electrónico, capaz de evaluar ocho millones de posiciones por segundo.

Antes del encuentro el campeón se había mostrado cauteloso sobre sus perspectivas: "Fritz examina millones de movimientos por segundo, el ser humano dos o tres. Es muy difícil jugar contra un monstruo calculador como ése.

"Quizá sea ésta la última oportunidad para el hombre de batir el programa. Tal vez en 2010 ya no sea posible", dijo Kramnik. Y no le faltaba razón, sólo que su pronóstico se hizo realidad cuatro años antes.

Kramnik, que se embolsó medio millón de dólares simplemente por jugar, llegó a Bonn cargado de laureles, pues en octubre, en Elista, capital de la república autónoma rusa de Kalmukia, había derrotado en excitante duelo al búlgaro Vesselin Topalov, poniendo fin al cisma del ajedrez.

La división duraba ya 13 años, desde que en 1993 el entonces campeón mundial Garri Kasparov rompió con la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), inconforme con la cuantía de los premios.

El entonces líder del ajedrez mundial creó junto con el gran maestro británico Nigel Short una organización rival, la Asociación Profesional de Ajedrez (PCA), que a partir de entonces organizó sus propios campeonatos del mundo. El cisma del ajedrez acababa de comenzar.

 
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