Se violó la Constitución, dice el Cereal
El alza de apenas un peso y 90 centavos diarios al minisalario demuestra que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM) "nuevamente sacrificó a los trabajadores en función de los indicadores macroeconómicos, utilizando el obsoleto discurso de que gracias a este irracional aumento se dará tranquilidad a los mercados y se contendrá la inflación", deploró el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal).
Resaltó que al tomar la determinación de aumentar los salarios apenas 3.9 por ciento, la CNSM "no considera al más de 40 por ciento de trabajadores que sobreviven con un promedio de hasta dos salarios mínimos por día, que a partir de enero significará 101.14 pesos, frente a una canasta básica que ha incrementado su costo tras el aumento al precio de la gasolina, y de la que aun con el incremento a las percepciones mínimas sólo se puede adquirir 22.5 por ciento".
Según el Cereal, el "voto de confianza" que dieron sindicatos y empresarios al gobierno del presidente Felipe Calderón "costó apenas 3.9 por ciento". Precisaron que el salario promedio pasa de 48.67 a 50.57 pesos diarios, en la zona A, para 2007, y que la discusión para la fijación de este "raquítico salario" se realizó sin que se representara auténticamente a la clase trabajadora, la cual nuevamente "se verá forzada a sobrevivir con un salario mínimo no solamente violatorio de la propia Constitución, sino de diversos tratados internacionales en materia de derechos humanos, entre ellos el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC)".
Subraya que debido a la pérdida del poder adquisitivo que ha experimentado el salario mínimo en los últimos años, el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de la Organización de Naciones Unidas recomendó al gobierno federal "velar" por que las percepciones fijados por la CNSM aseguren a todos los trabajadores y empleados, en particular a las mujeres y los indígenas, condiciones de vida dignas para ellos y para sus familias. Sin embargo, esta recomendación hecha en mayo de este año y las realizadas en 1993 y 1999 "no fueron consideradas durante la fijación del salario mínimo".
Con esta acción asevera, queda clara la política laboral que regirá durante el sexenio de Calderón: "la profundización de la precariedad laboral y familiar, con un salario que viola los derechos humanos laborales y que permite el aumento de la explotación de los trabajadores, con empleos eventuales y sin prestaciones".