Antes trabajó en cantinas, bares y fiestas de todo tipo

María Isabel Díaz es la nueva chica Almodóvar

IPS

La Habana, 21 de diciembre. Ella barría el piso, cambiaba ceniceros y seguía con la mirada ansiosa y hambrienta los platos de comida que servían los meseros. Después, cuando las luces se apagaban y sonaba la música, aparecía en el escenario y cantaba "yo quiero ser una chica Almodóvar".

"Con un vestido brillante y un turbante cantaba aquella canción que había repetido tantas veces frente al espejo de mi apartamento, en La Habana, y al final le daba la espalda al público. Entonces se podía ver, bajo el traje de noche, mi pobre atuendo de camarera", cuenta la actriz cubana María Isabel Díaz.

El espectáculo había sido preparado por la propia Díaz luego de su llegada a España, en 1996, y durante mucho tiempo lo adaptó para bares y cantinas, despedidas de solteras y fiestas de todo tipo. Era la manera de ganarse la vida y abrirse paso en el país que había escogido para "vivir una experiencia nueva".

La futura actriz sintió "ganas de volar" en medio de la crisis económica que vivía Cuba en la pasada década.

Trabajar con Pedro Almodóvar, director de películas "entrañables" para Díaz, como Mujeres al borde de un ataque de nervios o Todo sobre mi madre, no era factible pese a viajar a Barcelona.

Convertida ahora en la primera "chica Almodóvar" cubana, la actriz confiesa que trabajar con el director de sus sueños en Volver, nominada a los Oscar, que cerró el 28 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, fue un reto "muy divertido".

"Se trabajó con tanta alegría. Hubo tensiones, como en todas las películas, pero no nos enterábamos. Pedro es un hombre que cuida mucho a los actores, es muy humano y apegado a la tierra. He llegado a pensar que tanto talento le viene de su humanidad. Me sorprendió mucho", aseguró.

Para Díaz, el director es un hombre que "se preocupa de todo, hasta de si sientes frío". Y eso, comenta, "es algo muy raro en estos tiempos que vivimos".

Formación de Díaz

Graduada en el Instituto Superior de Arte de Cuba, Díaz tenía 16 o 17 años cuando empezó a actuar en el grupo de teatro de la secundaria, junto al hoy trovador Carlos Varela, la rockera Tanya, el actor René de la Cruz (hijo), la actriz Daysi Quintana, la cantante Mayra de la Vega y el director de teatro Víctor Varela.

Aún estudiaba cuando fue llamada por el cineasta Orlando Rojas para el papel protagónico de la gorda en la película Una novia para David (1985).

Después siguieron Papeles secundarios (1989), La vida en rosa (1990), Hello Hemingway (1993), El Plano (1995) y Melodrama (1996). Más tarde, y durante cuatro años, protagonizó el espacio televisivo La hora de las brujas.