En una reunión, líderes de CT y CTM halagan al secretario y expresan apoyo a Calderón
Las metas laborales siguen sin cumplirse, reconoce la STPS
Ampliar la imagen El secretario del Trabajo, Javier Lozano, muestra sus mancuernillas al líder de los ferrocarrileros, Víctor Flores Morales, quien saludó al funcionario con un "mi jefe de jefes" Foto: José Antonio López
El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano Alarcón, aseveró que al gobierno calderonista "no le temblará la mano" para que la Ley Federal del Trabajo (LFT) se cumpla sin regateos ni simulaciones.
Admitió, sin embargo, que no se han cumplido las metas en materia de empleo y recuperación salarial: "No hay que autoengañarnos cuando las metas laborales no se cumplieron", dijo.
En su primera visita al edificio del Congreso del Trabajo (CT), sector obrero del PRI, el funcionario encontró dirigentes sindicales obsequiosos que manifestaron "apoyo y solidaridad" al presidente Felipe Calderón.
En ese ambiente, el funcionario (quien surgió de los gobiernos emanados del tricolor) no desaprovechó la oportunidad para afianzar viejas amistades y ganarse el apoyo de aquellos que controlan la vida laboral en la mayoría de empresas públicas y privadas del país.
"Vamos a sacar esto juntos", les proponía a algunos líderes sindicales, entre abrazos navideños y apretón de manos. Ahí estaba también, para la foto, Elías Morales, el secretario general del sindicato minero, reconocido por la STPS.
Gamboa Pascoe, "un chingón"
En la tanda de halagos, Lozano Alarcón le dijo en corto a Joaquín Gamboa Pascoe, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) "es usted un chingón".
Incluso, antes de salir del inmueble ubicado en Tlatelolco, el joven secretario del Trabajo (44 años recién cumplidos) buscaba antes de hablar con la prensa despedirse de Gamboa, representante del sector obrero ante el Infonavit por más de tres décadas.
Ese mismo dirigente de los cetemistas del Distrito Federal, quien en los años 80 optaba por realizar viajes a Africa; de especial gusto por los autos de lujo y convencido de que el hecho que los obreros sean pobres no significa que los dirigentes también deban serlo.
El responsable de la política laboral se dejó apapachar también por el dirigente de los ferrocarrileros, Víctor Flores Morales, a quien presumió sus mancuernillas: "mire, mire, a ver mi líder, ¿quién me las regaló?"
Por supuesto, quien controla los destinos del gremio ferrocarrilero desde hace 15 años preservó para los funcionarios calderonistas su modo peculiar de rendir pleitesía: "jefe, mi jefe de jefes", frase que estrenó en público hace seis años con el entonces presidente Vicente Fox, el primer mandatario que ganó una elección al PRI.
Ansioso de hablar en privado con el funcionario, Flores pidió "¡tiempoo!" para intentar cortar la entrevista que Lozano daba a los reporteros.
Con el respeto mutuo manifiesto en todos los discursos, Lozano Alarcón se comprometió a vigilar el cumplimiento del artículo 123 constitucional (derecho a huelga y contratación colectiva, entre otras conquistas), aunque dejó en claro de la misma forma que lo hicieron sus antecesores que la única vía para que los trabajadores del país mejoren su nivel de vida y poder adquisitivo es a través de empleos generados en el sector formal de la economía y con ingresos acordes al nivel de productividad alcanzado.
Es momento, destacó, de revisar la Ley Federal del Trabajo y cumplir con esta normatividad a cabalidad.
Con ese mismo enfoque advirtió que el registro de asociaciones (herramienta en la cual el Estado define la legalidad de sindicatos y revisiones contractuales) no debe convertirse en instrumento político o capricho.
Consciente de que el CT es la fuerza obrera del PRI, el funcionario agradeció la voluntad de cooperación hacia Calderón de la llamada cúpula obrera.
En su discurso, Gamboa Pascoe expresó: "los trabajadores estamos cansados de sátrapas y enmascarados de la política que pretenden un poder que nunca alcanzaron (...) Los trabajadores nunca seguimos esas aventuras; nosotros nos apoyamos en las leyes y en las instituciones". Ese fue el preámbulo para sellar el apoyo al Ejecutivo.
Asimismo, deslizó una crítica a los empresarios que no modernizan sus equipos y, sobre todo, a quienes esperan más productividad sin dar nada a cambio a los obreros.
"Es como si yo tengo un auto de 1927 y quiero que corra a 150 kilómetros por hora. Les debería dar vergüenza (a los empleadores) que se enorgullecen del reciente aumento a los salarios mínimos (3.9 por ciento para quedar este indicador en cerca de 50 pesos por jornada diaria) cuando nosotros con humildad lo aceptamos".
Al final de su discurso, el dirigente cetemista refrendó el apoyo del CT al Presidente. "Ya no hay lucha de clases, sino lucha por el progreso y el sustento que gente como usted (Lozano) y como Calderón representan".
El presidente del CT en turno, Enrique Aguilar Borrego, solicitó a Lozano que gestione una reunión entre los líderes de este organismo con el mandatario. El funcionario respondió que en los primeros días de 2007 les dará la fecha para efectuar ese diálogo.