El director del museo del sitio arqueológico adelanta parte del proyecto a La Jornada
Tlaltecuhtli presidirá la entrada a la zona del Templo Mayor
El monolito de la diosa mexica de la Tierra recibirá a los visitantes en el lugar donde fue descubierta: Juan Alberto Román
Ahora sólo puede ser vista durante 15 minutos por expertos
Ampliar la imagen Monolito de la diosa mexica de la Tierra, Tlaltecuhtli, hallado en el predio de Las Ajaracas en el Templo Mayor Foto: Yazmín Ortega Cortés
El monolito de Tlaltecuhtli, deidad mexica de la Tierra, será la carta de presentación del Templo Mayor y la entrada a la zona arqueológica se hará por el lugar en que se localiza la monumental escultura, según el proyecto urbanístico integral que se proyecta, explicó el antropólogo Juan Alberto Román Berrelleza.
El también director del Museo del Templo Mayor adelantó a La Jornada parte del proyecto para unir la zona arqueológica a esa parte del predio Las Ajaracas, donado por el Gobierno del DF al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Ello significa, abundó Román, que Tlaltecuhtli será restaurada y conservada in situ para que el público la vea en el mismo lugar en que fue hallada y ahora ya se colocó una gran base en color azul donde será emplazada para que los arqueólogos continúen los trabajos de excavación.
Abundó: ''La pretensión, por supuesto, es unir ese espacio de Las Ajaracas y es parte definitivamente de Templo Mayor; la idea es unir ambos espacios y hacer la entrada definitiva a toda la zona arqueológica por esa área, que el monolito sea la carta de presentación para la visita a la zona arqueológica a futuro para que el recorrido se conforme en una sola línea de visita".
Acciones en dos frentes
El programa integral urbanístico, prosiguió el titular del Museo del Templo Mayor, se está diseñando desde la perspectiva del INAH por conducto de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos para rescatar esa esquina y que esa área, de la mejor manera en que pueda concebirse, sea recuperada con toda su carga histórica.
Prosiguió: ''Te adelanto que dentro del diseño se contempla esa ventana arqueológica, que es un plan similar al que tenemos en la zona arqueológica, es decir, va existir un pasillo y unas escalinatas para que entren y salgan de la misma manera".
Román explicó que antes de que sea movido el monolito a la base, que ya se encuentra en el predio, ''estamos trabajando en dos frentes: el de la consolidación para la conservación y restauración de la pieza y, por otro lado, el del diseño de cómo será la ventana arqueológica".
Eso implica, continuó, que el proyecto debe pasar por varios niveles y ser aprobado por la Dirección General del instituto, por el Consejo de Arqueología y, por supuesto, presentar el proyecto formal, con todos los diseños, y todos los aspectos discutidos a todas las instancias que corresponden desde el punto de vista reglamentario, y entonces se pondrían manos a la obra cuando haya recursos.
Aunque las fechas todavía no se precisan para el cambio de la entrada al Templo Mayor, ''también quien nos marca el paso es la pieza misma".
Es decir, ''no la podemos mostrar hasta que no le construyamos un buen receptáculo, un buen lugar para quedar protegida de las inclemencias climáticas como el aire, sol, esmog y lluvia ácida".
La protección se piensa que sería una techumbre, ''una especie de local cerrado, además de reunir ciertas condiciones para asegurar que la piedra esté en perfectas condiciones".
Juan Alberto Román dijo que los especialistas están enfocados ''al proceso de estabilización de la pieza que ostenta policromía y requiere de un tratamiento de conservación y restauración muy meticuloso y muy paulatino.
''Este tipo de piedra en que está elaborada la imagen de Tlaltecuhtli es una muy porosa y absorbió muchas sales por los siglos de enterramiento y se debe controlar que esas sales al cambiar el ambiente no perjudiquen la pieza, y hasta ahora se le ha dejado una capa muy delgadita de tierra para que salgan y en el exterior se cristalicen sobre la tierra y no sobre la piedra y los pigmentos."
Esto, dijo, es un proceso que puede tardar meses dependiendo de qué tantas sales absorbió durante el enterramiento. Estamos en el proceso de estabilizar esa evolución de las sales para que puedan ser retiradas sin que el pigmento ni la piedra sufran daños.
Labores de estabilización
En dos o tres meses prosiguió Román Berrelleza los restauradores y conservadores serán quienes determinen que la piedra sea trasladada a una base metálica, donde se continuará una estabilización de tipo mecánico para poderla trabajar con más cuidado.
Posteriormente, ''se pretende excavar debajo de la piedra para eliminar cualquier posibilidad de que existan otros vestigios arqueológicos, como ofrendas por ejemplo, y después sondear toda el área".
Después de que Tlaltecuhtli deje la base metálica tiene que regresar a su lugar originario, puntualizó.
Hasta ahora, la deidad bisexual de la Tierra sólo puede ser vista durante 15 minutos en cuanto marcan las 10 de la mañana por expertos y personas vinculadas con las labores arqueológicas.
Entonces es cuando Tlaltecuhtli es despojada de los paños húmedos y de lo grandes pedazos de unicel que la protegen para que el arqueólogo José Alvaro Barrera explique la importancia del hallazgo a los invitados y en ese cuarto de hora el gran monolito no queda desprotegido, pues lo cubren con grandes lonas por los costados y el techo que se improvisó desde su descubrimiento el pasado 2 de octubre.