Explosivo concilio de cucos y malditos en el Bulldog
El Bulldog ladró a ritmo de rock y ska, el pasado jueves, con la actuación de Maldita Vecindad y La Cuca, grupos que llenaron el antro de Rubens y Revolución. Abrieron los tapatíos con temas de su nuevo disco: Cuca con pelotas. José Fors, líder de la banda, echó relajo con tono estudiantil secundariano, con frases de ingenio disparejo, pero que de todas formas provocaron risas.
Los cientos de muchachos habían ingerido algunas de las caras cervezas y el ánimo estaba en ebullición. Fors, con su voz potente se reventó con Más rock and roll y La Cuca llegó.
El tíbiri rockero se elevó en línea recta con Metrosexual. Vinieron las cotorras Hijo del lechero, producto de un trauma; Don Goyo, y Gordibuenas. Galo, el guitarrista, pidió a Fors que se aventara Black dog, de Led Zeppelin, una de sus bandas favoritas. El vocalista se la echó en español. Entre las olas de muchachos se sincronizaron y movían la cabeza con el clásico martinete.
Nada de rock-nena. La Cuca siguió con Mátame antes, Necesito cirugía e Implacable. Cara de pizza se coció aparte. La que pegó entre pecho y espalda fue La balada. "Esta canción es más de ustedes", expresó Fors. El son del dolor, el preámbulo de un final feliz, que llegó con La pucha asesina.
Los eternos malditos
Una pausa para seguir refrescando el túnel de la cantada, como le llamaba Rockdrigo. A la 1:40 arribaron los sempiternos de Maldita Vecindad. Los pachuchotes comenzaron con Solín, Morenaza y El quinto patio ska. "Bienvenidos a esta fiesta de paz y resistencia", exclamó Rocco, el vocalista. A brincar con Pata de perro, El circo, Marcianos, Lo pasado, pasado (cóver skasero del clásico híper lagrimal de José José). A darle al slam con El tieso, Los agachados, Sangre y Don palabras. Las más esperadas, como siempre, fueron Pachuco y Kumbala. Misión cumplida.