Cientos de italianos calificaron la decisión de "vergonzosa" e "insensible"
Protestan en Roma porque la Iglesia negó funeral religioso a un hombre
Piergiorgio Welby, quien padecía distrofia muscular, había solicitado la eutanasia
Ampliar la imagen En Chihuahua, debido a las bajas temperaturas, autoridades municipales repartieron cobijas a personas de escasos recursos Foto: Notimex/Andrés Fernández
Roma, 25 de diciembre. Alrededor de mil personas, entre ellas algunas que coreaban "¡vergüenza!", asistieron el domingo al funeral laico de un hombre paralizado, a quien se negó el oficio católico debido a que pidió la eutanasia.
El papa Benedicto XVI empezó el debate sobre la muerte de Piergiorgio Welby condenando la eutanasia y señalando que la vida era sagrada hasta el "ocaso natural".
Welby falleció el miércoles, luego que un médico le suministró un cóctel de sedantes y desconectó el respirador que lo mantenía vivo y sufriendo de una distrofia muscular desde hacía años.
El servicio laico para el hombre, de 60 años de edad, ferviente partidario de la eutanasia, se desarrolló en las afueras de una parroquia donde su familia, particularmente su devota madre, quería que se llevara a cabo un funeral religioso.
Algunos personas afligidas gritaron "¡vergüenza, vergüenza, vergüenza!", en protesta por la determinación de la Iglesia de negar a Welby un funeral religioso.
El sacerdote de la parroquia local estaba dispuesto a ofrecer el servicio religioso, pero tuvo que plegarse a la decisión de la vicaría de Roma, so pena de actuar a despacho del obispo, que indicaba que Welby había afirmado repetidamente su deseo de poner fin a su vida, lo que va en contra de la doctrina católica.
Muchas personas en Italia, incluidos algunos católicos, calificaron la determinación de "insensible".
En declaraciones la víspera de la Navidad, desde el Vaticano, en momentos en que el funeral laico finalizaba al otro lado de la ciudad, el Papa recalcó la postura de la Iglesia católica sobre la eutanasia.
"El nacimiento de Cristo nos ayuda a entender cuánto valor tiene la vida humana, la vida de cada ser humano, desde el primer instante hasta su ocaso natural", aseveró ante fieles y turistas en la plaza de San Pedro, durante su discurso semanal.
Welby vivía confinado a su cama y se comunicaba principalmente a través de un computador que interpretaba los movimientos de sus ojos. El enfermo había solicitando que lo dejaran morir.
La multitud en el funeral aplaudió los discursos de aquellos que apoyaban la petición de Welby, entre quienes se encontraban su esposa Mina y la ex comisionada de la Unión Europea, Emma Bonino. Más tarde, el féretro fue trasladado a un recinto de cremación.