Se niegan a declarar los estudiantes de NL acusados de secuestro
Monterrey, NL, 26 de diciembre. Después de ser recluidos en el penal del Topo Chico, hoy se presentaron ante el juzgado cuarto penal dos estudiantes de la Universidad de Monterrey (UdeM) acusados del secuestro de un compañero, por cuya liberación exigían un rescate de cinco millones de pesos, pero terminaron aceptando 275 mil pesos.
Los acusados se negaron a declarar, con base en el artículo 20 constitucional.
En febrero de 2004 tres alumnos de la misma institución de orientación católica, patrocinada por destacados empresarios de Nuevo León, participaron en el secuestro de una compañera de estudios por cuya liberación cobraron una ''recompensa'' de 150 mil pesos.
Días después fueron capturados y en febrero los secuestradores, defendidos por la abogada Raquenel Villanueva, fueron sentenciados a 15 años de prisión.
En el caso más reciente los acusados son Carlos Isaac Villalobos Castillo, oriundo de Ciudad Madero, Tamaulipas, con domicilio reciente en la colonia Cumbres, en Monterrey, y Rolando Oziel Hernández González, originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, residente de la colonia Los Sauces, municipio de San Pedro Garza García. Ambos son estudiantes de economía de la UdeM.
La víctima, Fernando Mier Martínez, era su amigo. Es originario de Reynosa, Tamaulipas. Estudió arquitectura en la UdeM y después fue a radicar a la ciudad de México.
Cuando regresó a Monterrey para pasar las fiestas decembrinas, Carlos y Rolando decidieron secuestrarlo, aseguró el procurador estatal, Luis Carlos Treviño.
El 23 de diciembre los estudiantes invitaron a Fernando a una comida en el departamento que uno de ellos tiene en la colonia Cumbres. Ahí lo durmieron con una droga. Después lo golpearon en la cabeza con una botella, lo amordazaron y lo ataron de manos.
Los procesados solicitaron inicialmente un rescate de cinco millones de pesos, pero aceptaron recibir 74 mil pesos en efectivo y 200 mil pesos en joyería. Sin embargo, la policía los capturó cuando acudieron a recibir el dinero y las joyas en un parque de la colonia Cumbres.